El domingo recién pasado, el centro cultural GAM anunció la suspensión de sus actividades. La decisión siguió las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto de evitar encuentros masivos ante el brote de coronavirus en el país.
De esa forma, pronto se sumaron otras instituciones al llamado, entre ellas, el Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC), Matucana 100, el Museo Interactivo Mirador (MIM), el Centro CorpArtes, el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo de la Solidaridad Salvador Allende y el Teatro Biobío.
No obstante con ello, también quedó en evidencia toda una fragilidad del sistema cultural chileno: si en Alemania e Inglaterra ya se habían tomado medidas para que los artistas no vieran afectadas sus remuneraciones,producto del cierre de espacios culturales, ¿cuál era la apuesta de la institucionalidad local?
En esa línea, desde la Unión Nacional de Artistas señalaron: “en Chile, ya el sector creativo se vio especialmente afectado con la crisis social de octubre. Necesitamos que esta vez se adopten medidas especiales para un sector ya precarizado, por lo que solicitamos una mesa de trabajo con las autoridades de los ministerios de las Culturas y Hacienda”.
Rápidamente, desde la cartera emitieron un comunicado indicando que se suspendería el Día del Patrimonio y que se darían todas las facilidades y flexibilidades respecto de fondos y convenios acordados con la Subsecretaría de las Culturas: “Estamos muy preocupados y atentos a cómo esta contingencia afectará a los artistas en Chile”, manifestó la Ministra Consuelo Valdés.
Aun así, para instituciones como el GAM, la situación que arrastró la emergencia sanitaria no deja de ser preocupante.
“Es un tema súper complicado, porque suspendimos más de 36 funciones que se realizaban por los diez años del centro cultural en distintos teatros amigos y más de 70 que estaban en el mismo edificio”, dijo Felipe Mella, director ejecutivo del espacio.
“Lo que proyectamos es que son 14 compañías y 90 artistas se verán afectados con esto”, añadió.
Luego del estallido de octubre recién pasado, el GAM ya había hecho una evaluación negativa en términos económicos, sobre todo porque al ubicarse en la “zona cero” de las manifestaciones debió frenar buena parte de su programación.
Respecto de ello, Mella indicó que para 2020, el espacio calcula un saldo negativo de entre 300 y 400 millones de pesos: “Ahora, estamos con un plan de contingencia comercial bastante importante, viendo cómo bajar los costos internamente”, dijo.
“Pero una de las cosas que ya definimos fue hacer una reducción de nuestra programación. Acordamos, por ejemplo, bajar algunas obras internacionales. Es importante no hacer traslado de fronteras de artistas por su resguardo y por la seguridad de los trabajadores del GAM y del público”, manifestó.
Para Carlos Aldunate, director del Museo Chileno de Arte Precolombino, la situación es similar: el 30 por ciento de su presupuesto proviene de la venta de entradas y del arriendo de una cafetería.
“Estamos muy preocupados, porque el Museo va a estar cerrado y no va a tener ninguna de estos ingresos. Además, hasta febrero la asistencia iba bien, pero con una pequeña merma porque el turismo comenzó a bajar. Entonces, hemos tenido una disminución del público desde entonces”, señaló.
“Es lamentable, porque teníamos programado para el 7 de abril una exposición muy interesante sobre figuras femeninas. Ese era un proyecto que nos gustaba mucho y que no sabemos si vamos a poder hacer”, sostuvo.
Francisca Peró, directora ejecutiva del Teatro BioBío, también sintió la suspensión de las actividades del escenario que dirige, sin embargo, subrayó que hoy lo importante es tomar las medidas de prevención frente al virus. Por lo mismo, indicó que, durante los primeros días de la crisis sanitaria, convocó a un comité de emergencia.
“Incluso, tomamos medidas antes de la suspensión de actividades de hasta 500 personas. Ya habíamos decidido no hacer actividades para esa cantidad de público”, dijo.
Ahora bien, indicó que una de las prioridades de la institución será ir en la ayuda de los artistas que se verán afectados producto del cierre de los espacios culturales: “El impacto va a ser transversal. Nosotros generamos un 30 por ciento de los recursos y eso ya se veía castigado, pero ahora tenemos que proyectar un año mucho más complejo, porque, además de la suspensión de las actividades, los trabajadores de las artes escénicas se verán fuertemente perjudicados”.
“Por tanto, vamos a tener que trabajar sectorialmente con el Ministerio de las Culturas para ver cómo hacer frente a esta crisis que va a afectar, fuertemente, la economía de estas familias”, subrayó.
Por otro lado, sostuvo que una de las misiones de la institución que dirige será reprogramar el cien por ciento de las actividades proyectadas para 2020. “Ese es nuestro objetivo principal, tener un futuro muy activo para cuando esta crisis pase”, enfatizó.
Durante la tarde de este martes, el Ministerio de las Culturas convocó a los principales espacios culturales del país a realizar una reunión para abordar cada uno de estos temas. Se espera, en esa línea, que durante los próximos días, la cartera active una serie de medidas con el fin de paliar la precarización laboral en la que hoy se ven sometidos los artistas nacionales.