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Adultos mayores en tiempos de coronavirus: cuando la salud mental se vuelve fundamental

Ante la amenaza de la pandemia, muchos centros y programas que trabajan con adultos mayores han debido tomar los resguardos pertinentes afectando, inevitablemente, el diario vivir de sus usuarios.

Camilo Villa J.

  Lunes 30 de marzo 2020 21:24 hrs. 
Adultos mayores

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12 adultos mayores contagiados con coronavirus en un mismo lugar. La lamentable situación fue confirmada, la tarde de este lunes, por el subsecretario de Redes Asistenciales, Arturo Zuñiga. El escenario de tal panorama es un hogar de ancianos ubicado en Puente Alto, donde, hasta hace algunos días, se hablaba sólo de seis casos.

El panorama es complejo, pues el grupo etario afectado representa población de riesgo y, por lo mismo, la prevención y el cuidado deben doblegarse.

Ante la amenaza de la pandemia, muchos centros y programas que trabajan con adultos mayores han debido tomar los resguardos pertinentes afectando, inevitablemente, el diario vivir de sus usuarios.

Y es una situación delicada, pues con virus o sin este, la tercera edad en Chile no es un asunto de primera línea en las políticas pública, dejando a muchos adultos mayores a la deriva de un progreso que parece llegar solo para algunos.

Consultada por Radio y Diario Universidad de Chile, la kinesióloga Paulina Castro, quien trabaja en el programa Más Adultos Mayores Autovalentes, en la comuna de Puente Alto, enfatizó en que más allá del cuidado físico de los pacientes, la salud mental es determinante para su bienestar, sobre todo en tiempos como los actuales, donde la crisis sanitaria modifica las rutinas y complejiza la realidad.

En ese sentido, el Estado se encontraría en deuda con sus adultos mayores.

“Es complejo el cómo se aborda, más allá de su situación biológica, el cómo ellos están frente a una situación tan caótica, no tienen acceso a otros medios de comunicación más que la televisión, son personas que se angustian mucho y, por lo tanto, solo se ha trabajado con el fin de que no se contagien pero no se ha hecho un trabajo como tal en cuanto a su salud mental, solo se basan en recomendaciones. Desde ahí creo que faltan políticas públicas en que se visualice un problema que sí o sí va a generar un impacto muy grande de aquí a un tiempo más”.

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Para Paulina Castro, cuidar la salud física de los adultos mayores es fundamental, pero debe ir de la mano con la salud mental y, en eso, el manejo comunicacional debe abordarse de manera distinta para no asustar a este segmento de la población acostumbrado a sentirse el último eslabón de la cadena.

“Hoy en día solo se está dando énfasis a salvar vidas, a poder controlar este virus, pero ¿qué pasa con los adultos mayores que están encerrados en sus casas, que no tienen muchas redes, que no tienen muchas posibilidades de comunicación y que, además, tienen el temor -porque sale en todos lados- de que ellos son la población de riesgo, que ellos son los que están muriendo? Entonces hay un mal manejo comunicacional en cómo podemos hacer sentir o cómo podemos darle seguridad para que ellos puedan vivir de forma más segura estos días”.

Similar opinión tiene Trinidad Callejas, directora de del Centro Kintun, recinto ubicado en Peñalolén y que tiene por objetivo acompañar a personas -adultos mayores en riesgo social, en su gran mayoría- que padecen alguna demencia.

Para ella, la situación que vive el país propicia el estrés y desórdenes mentales para las personas más longevas, las cuáles quedan aun más expuestas cuando se trata de ancianos en riesgo social.

“La cuarentena es una situación que puede ser bastante estresante para una familia, sobre todo cuando es una familia que vive, por ejemplo, en condiciones de hacinamiento, o cuando hay situaciones de vulneralidad social importante como violencia intrafamiliar, entonces, en un contexto así, en aislamiento, y del estrés que provoca en la dinámica familiar obviamente también repercute en la persona mayor, si a eso le sumamos que tiene una demencia, algo muy común es la aparición de síntomas psicológicos y conductuales de esa persona, que puede ser idea delirantes, o que le quieran hacer daño, desconocer su casa, tener trastorno del sueño, entre otros”.

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Por lo mismo, un trabajo de acompañamiento al adulto mayor y a su familia se hace fundamental sobre todo en tiempos de crisis. En esta línea, desde el Centro Kintun, pese a que sus usuarios no pueden asistir físicamente a su dirección producto de las medidas de prevención, es la institución la que va detrás de ellos.

Así, todos los especialistas de Kintun están en función de función de facilitar la vida de sus pacientes y evitar el contagio del COVID 19 a sus adultos mayores.

“La manera en que hemos apoyado a las familias diariamente en esta situación de pandemia ha sido a través de seguimientos telefónicos que ha sido una herramienta fundamental no solamente para ver el estado general de salud de la persona con demencia, sino que también las necesidades de la familia, por ejemplo, el retiro de medicamentos, la suspensión de controles de salud, el cómo se ha organizado la familia con respecto de los cuidados, poder identificar a tiempo síntomas de alerta que puede estar relacionado con un posible contagio del virus”.

Está demostrado que no es una exageración los cuidados que debe tener el segmento más longevo de la población. De los ocho fallecidos por coronavirus en el país, siete eran adultos mayores. Justamente de respetar las medidas establecidas y profundizar el cuidado físico y mental de los adultos mayores, depende que un caso como el del hogar de Puente Alto se vuelva a repetir.

 

 

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