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Distraerse del combate al VIH para enfrentar el COVID-19: una decisión del Gobierno que podría costar cara

Para el activista y periodista Víctor Hugo Robles, el suspender todo tipo de campañas de prevención y detección de VIH en el país podría significar un aumento de casos una vez terminada la pandemia por coronavirus.

Eduardo Andrade

  Lunes 6 de abril 2020 20:30 hrs. 
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Conforme se agrava la crisis sanitaria producida por el coronavirus en Chile, las poblaciones que ya eran vulnerables son precisamente las que reciben hoy los mayores estragos de la pandemia.

Desde la detección del primer caso, diversas organizaciones y activistas en defensa de las personas que viven con VIH en nuestro país han mostrado su preocupación por la forma en cómo el Gobierno haría frente a estas dos realidades: por un lado, Chile como líder en cantidad de nuevos casos detectados con VIH y, por el otro, si esto mismo significaría un mayor riesgo de adquirir el COVID-19 y desarrollar síntomas graves.

Consultada por nuestro medio, la especialista en inmunología de la Universidad de Chile, Cecilia Sepúlveda, explicó la postura científica que también ha sostenido la organización ONUSIDA respecto de este tema.

Cecilia Sepúlveda.

Cecilia Sepúlveda.

No hay ninguna evidencia científica que nos indique que las personas viviendo con VIH tengan un mayor riesgo de adquirir la infección por COVID-19 o de sufrir complicaciones si se ven afectadas. Sin embargo, entre los factores de riesgo se incluye la edad avanzada y a personas que tengan enfermedades previas como hipertensión arterial, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas o cardiovasculares, y eso también puede ocurrir en personas viviendo con VIH”, subrayó.

El Ministerio de Salud, por su parte, guardó semanas de silenció respecto de este tema y publicó su primer protocolo al respecto recién el 27 de marzo, a través del Programa Nacional de VIH, presionado por peticiones como la de la oenegé SIDA Maule, desde donde mantienen una postura crítica hacia las medidas propuestas.

Lo primero que salta a la luz del protocolo mencionado, es que está dirigido no para personas que viven con VIH, sino para el personal médico que los atiende. Así, dentro de las medidas propuestas, por ejemplo, el director ejecutivo de SIDA Maule, Michael Díaz, comentó que no existen especificaciones sobre las personas que no llevan alguna terapia y para las que asistir a un hospital supondría un riesgo mayor.

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Según Díaz, la sugerencia genérica del protocolo es que las personas afectadas por el VIH no se deberían acercar a los hospitales; sin embargo, esto también podría tener consecuencias negativas si no se garantiza la entrega correcta los medicamentos.

“No hemos visto claridad respecto de cómo está actuando el Minsal en el caso de las personas con VIH que están obligadas a ir a buscar sus medicamentos mes a mes, a diferencia de otros países donde uno puede retirar medicamentos cada tres meses. Y lo que nos dice es que no existe un stock como para poder garantizar esa medida. Cómo se hace, difiere mucho de un hospital a otro”, indicó.

Sobre estas situaciones particulares, nuestro medio conversó con la integrante de la comunidad internacional Mujeres Viviendo con VIH, Marcela Silva, quien se refirió a casos de usuarios que no están teniendo el debido acceso a sus medicamentos.

“Estamos haciendo un sondeo en forma conjunta con varias organizaciones con trabajo en VIH y derechos humanos, y nos hemos encontrado con denuncias por parte de usuarias y usuarios del hospital San José, donde están entregando terapias parceladas porque no tienen un stock de medicamentos cuando, por otro lado, la guía publicada el 27 de marzo dice que los medicamentos van a ser entregados para dos o tres meses a cada usuario”, señaló.

Víctor Hugo Robles.

Víctor Hugo Robles.

A estas críticas también se sumó el activista y periodista Víctor Hugo Robles, quien en su programa Siempre viva en vivo -emitido cada domingo por nuestra casa radial- decidió abordar la situación de distintos grupos de personas que viven con VIH y que mantienen incertidumbre respecto de las medidas gubernamentales.

“Las inquietudes se justifican porque el Minsal, a través de su protocolo, suspende todas las atenciones clínicas. Es decir, se detienen los centros de atención en VIH, ya no se diagnostica a más personas, ya no se hacen campañas de prevención. El problema es que, superado el COVID-19, en no sé cuánto tiempo, la dura realidad del VIH -la crisis de VIH que vivimos en nuestro país- nos va a golpear en la cara”, manifestó.

Para Robles, además, es necesario recalcar que en la actualidad existe una importante cantidad de personas en el país que no sabe que es parte de la población seropositiva, que padecen otras enfermedades que los dejan dentro del grupo de riesgo, y por las cuales el protocolo del Ministerio de Salud ha guardado silencio.

Por su parte, cabe resaltar que dentro de las medidas que algunas organizaciones consultadas proponen para enfrentar esta crisis, se considera una vinculación mayor con los Cesfam, así como con las propias organizaciones dispuestas a la eficaz distribución de medicamentos.

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