Ante la pandemia del COVID-19 y el impacto que ha tenido en niños, niñas y adolescentes, el Programa de Estudios Interdisciplinarios de la Infancia, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, ha manifestado su preocupación por este grupo etario, que ve afectado, en medio del confinamiento, sus procesos educativos como de entretenimiento.
El cierre de colegios, escuelas y jardines infantiles; el estrés al interior de la familia por la incertidumbre laboral y económica; las dificultades para acceder a plataformas de educación a distancia; la prohibición de salir a la calle o jugar en plazas y parques, son parte de las situaciones que, para el programa mencionado, están cambiando rotundamente la cotidianidad de los menores de edad.
Así, el comunicado del Programa de Estudios Interdisciplinarios de la Infancia plantea incorporar medidas específicas dirigidas a ellos y ellas, “considerando sus necesidades, condiciones de cuidado y la protección de sus derechos desde un enfoque integral”.
Para dicho programa, todas las medidas gubernamentales “deben garantizar y proteger el respeto de los derechos de niños, niñas y adolescentes, considerando su interés superior y evaluando las consecuencias a corto, mediano y largo plazo”.
Asimismo, proponen que los procesos educativos en medio de la emergencia deben asegurar el bienestar social, emocional y psicológico de los menores de edad; algo que además, no debe ser ajeno a programas de flexibilidad laboral, que permitan a los padres estar al cuidado de sus hijos.
Respecto de los riesgos más graves que podrían aparecer en el confinamiento, el programa advierte mantener la continuidad de la atención de servicios y programas de protección, prevención y reparación por casos de violencia, así como la consideración de mantener una relación directa y regular con sus progenitores aún cuando éstos viven separados.
Finalmente, el comunicado público insiste al Gobierno respecto de generar una estrategia comunicacional que tenga como principales destinatarios a los niños, niñas y adolescentes. Además, el programa hace un llamado a generar una instancia de coordinación que pueda fomentar buenas prácticas, investigaciones, información sectorial e incorporación de la experiencia internacional en manejo de emergencias. “Es clave el levantamiento de esta información”, sentencian.