Hombres agrupados en habitaciones miserables. Paisajes desoladores. Detención y violencia. Esos son algunos de los bosquejos que presenta la exhibición virtual Dibujos en Prisión: memorias de encierro, compañerismo y resistencia que el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos dio a conocer a través de su minisitio Conecta con la Memoria.
La muestra presenta 46 dibujos que fueron elaborados por un grupo de 22 ex prisioneros que fueron privados de libertad en campos como Chacabuco, Isla Dawson, Puchuncaví, Ritoque, la Cárcel de Valparaíso, el Cuartel Borgoño, la Penitenciaría de Santiago y el Estadio Chile, entre otros.
La exhibición se divide en dos partes: por un lado presenta imágenes y reseñas respecto de su contenido y, por otro, expone videos con testimonios de quienes fueron las personas detrás de los bosquejos. De ese modo, el proyecto busca generar un ejercicio de memoria respecto de la experiencia de encierro de los ex prisioneros y prisioneras.
Asimismo, el proyecto da cuenta de diversas técnicas y materiales empleados en los dibujos. De esa manera, la exhibición presenta imágenes en donde se retrata la solidaridad y el mismo interior de los centros de detención.
“Desde la construcción de guión intentamos relevar la solidaridad y el compañerismo que se vivía ahí. Aparecen escenas cotidianas basadas en el juego, el retrato de los compañeros, regalos que se hacían entre ellos. Aparecen muchos mensajes de regalos para cumpleaños, tarjetas que hacían o retratos que hacían de familiares de compañeros para que pudieran enviárselos a sus hijas. El compañerismo es un elemento sumamente relevante dentro de lo que se reflejan en estos dibujos”, indicó Lucrecia Conget, jefa del área de Museografía y Diseño del Museo de la Memoria.
Este material, que llegó al Museo de la Memoria gracias a donaciones efectuadas por los ex presos políticos así como por familiares de las víctimas, devela cómo los prisioneros transformaron el dibujo en una herramienta de resistencia: éste no sólo fue un mecanismo a través del cual sobrellevar la prisión, sino que también fue una forma de comunicación con el exterior.
“El dibujo aparece como una oportunidad para dejar testimonio del lugar y de las condiciones donde estaban y, por el otro, también sirve para entregar pistas para los familiares y organizaciones de mujeres para que pudieran hacer un seguimiento de cuál era el recorrido que iban haciendo, porque muchos de ellos pasaron por distintos campos de prisioneros”, dijo Lucrecia Conget.
“Miguel Lawner cuenta en un relato cómo se puso la meta de hacer un plano del campo de prisioneros en el que se encontraba. Como era algo bastante peligroso, porque si lo descubrían lo podían torturar incluso ejecutar, él dibujaba todos los días el plano y lo tiraba, de modo tal que lo hizo tantas veces que lo memorizó y cuando pudo salir en libertad lo dibujó. Entonces, ahí también aparece el dibujo como un acto de memoria”, sostuvo la investigadora.
Frente al actual contexto de crisis sanitaria, la investigadora señaló que es importante destacar este tipo de experiencias, sobre todo por la solidaridad y resiliencia que proponen.
“Si bien es incomparable la situación que vivieron los presos y presas políticas con lo que estamos viviendo hoy, hay lecciones que podemos aprender de lo vivido por ellos. Tiene que ver con la capacidad tremenda que han tenido de superar esas condiciones y superarlas ganando espacio de reivindicación, de denuncia y resistencia, pero también de compañerismo y solidaridad”, manifestó.
La exhibición podrá ser visitada en la plataforma multimedia Conectados con la Memoria, que fue lanzada por el Museo para enfrentar el periodo de confinamiento. En este espacio virtual los interesados podrán acceder a documentales, charlas y material inédito sobre derechos humanos.