Este miércoles las protestas ante la cuarentena obligatoria decretada por el Gobierno se tomaron nuevamente las calles de La Pintana. Pese al frío día y a la amenaza de lluvia, los vecinos de la Villa San Francisco cortaron el tránsito y encendieron barricadas exigiendo la atención del Gobierno ante la precariedad que los afecta al no poder trabajar y no recibir aportes del Estado que les permitan paliar sus necesidades más apremiantes.
“No tenemos ayuda de parte de nadie” acusan los habitantes de la comuna, mientras Carabineros llegaba al lugar a dispersar a los manifestantes.
Para conocer de la situación de la Pintana desde adentro, Radio Universidad de Chile conversó con el concejal de la comuna, Marcelo Sandoval (PPD) quien criticó la entrega comunicacional del Gobierno, particularmente en materia de la campaña “Alimentos para Chile” que busca distribuir 2,5 millones de canastas de alimentos y productos de limpieza.
“El anuncio solo generó que al día siguiente llegaran nuestros habitantes al Municipio. En La Pintana, en el Concejo Municipal estamos viendo la aprobación de 100 millones de pesos para comprar 6500 cajas de mercadería para repartirlas entre nuestros vecinos. Entendemos que la situación es crítica a nivel país, pero repercute más en los sectores populares donde los trabajos, como en La Pintana, son en su gran mayoría precarios”.
Consultado sobre las urgencias de la población pintanina, Sandoval manifestó que lo que apremia es la atención de salud. “La situación precaria que tienen muchos vecinos implica una asistencia rápida por parte del Municipio y creo que en eso hemos funcionado bien. Los concejales hemos estado a la altura, a nivel nacional, de todos los requerimientos que han tenido los alcaldes en la aprobación y liberación de recursos para ir en respuesta de las demandas de las comunas. En el caso de La Pintana se ha ido entregando primero ayuda a los adultos mayores, luego a quienes estén contagiados por el virus y después seguimos según los datos de la Ficha de Protección Social, atendiendo al 40% más vulnerable. Aunque estamos en el camino correcto, como Municipio pobre no tenemos los recursos para atender eficientemente a nuestros vecinos y debemos esperar que se nos inyecten recursos. Acá seguimos a la espera de lo comprometido por el Gobierno y que aún no ha llegado y eso implica la burocracia interna que tienen todos estos procedimientos, por lo tanto la gente, en su desesperación, ha salido a las calles”.
“Hay que entender que la gente del sector sur de Santiago, específicamente en La Pintana, está mucho más afectada por el modelo económico, porque somos parte de una segregación social ya que gran parte de nuestros vecinos presta sus servicios en el sector alto de la ciudad o en el centro, así es que se trasladan constantemente. Aquí no hay industrias ni fábricas que den trabajo, nuestros vecinos solo tienen la precariedad de ir a vender a la feria, o en los negocios de sus casas o en la prestación de servicios como el transporte”, agregó la autoridad comunal.
Consultado sobre la historia de desigualdad que ha vivido esta parte del país, el concejal manifestó que desde el tiempo de la dictadura que en la comuna hay sectores de erradicación en los que no existe ningún tipo de planificación urbana y en los que se ubican edificios de departamentos de 36 metros cuadrados en los que viven hasta 10 personas y con cero acceso a la educación y a la salud.
“A ello hay que sumar la situación actual y los altos grados de contagio que puede haber al interior de los hogares, con los niños en casa también. Por eso la Municipalidad está buscando iniciar un programa pro empleo en materia de mejoramiento de barrios para absorción de la mano de obra. Sin embargo, esa ayuda no dará abasto para cubrir la gran cantidad de cesantía que, según los catastros, es de un 14 por ciento, pero que en términos reales es un 20 por ciento”, expresó.
Finalmente, Marcelo Sandoval reflexionó sobre las protestas que han marcado las últimas jornadas en su comuna y cómo ellas obedecen a problemas estructurales del país.
“Al estallido social se suma la carestía y la falta de trabajo producto de la pandemia. Cuando el Estado reducido no es capaz de llegar a los más necesitados y las riquezas están mal distribuidas se da un caldo de cultivo fácil para que la gente exprese hacia fuera sus necesidades. Hay que pensar que hay dos generaciones que durante los últimos 30 años no sufrieron cesantía de sus padres ni experimentaron las carencias, porque el país tenía cierto grado de desarrollo económico que permitía acceder a ciertos bienes, pero esa misma gente tiene sus vidas endeudadas por los próximos 24 o 36 meses. En cambio en la dictadura las protestas eran en un marco de cesantía, pero sin deudas, las necesidades eran distintas y actualmente la gente debe tener sus papeles en orden porque estamos en un sistema netamente personalista e individualista”, aseguró el concejal.
“Ya no se ven las ollas comunes o que los vecinos se ayuden entre ellos porque el sistema te dice: sálvate solo. Ese es el modelo y ya no hay organización entre los vecinos, no hay solidaridad y buscar eso implica un trabajo muy grande. El Gobierno no tiene puestos los pies donde tiene la cabeza, solo piensa en las soluciones empresariales y de números, pero no del poblador en general”. concluyó Sandoval.