Es prioridad en la agenda del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, y la noticia ha repercutido en destacadas revistas económicas a nivel internacional. Latam se acogió al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos, y con esto abrió el debate sobre quién debería rescatarla, o más bien, por qué debería hacerlo.
Con la reciente participación del conservador gobierno alemán en las acciones de la también afectada aerolínea Lufthansa, la palabra “nacionalización” parece estar generando resquemores en algunos sectores del país. Sin embargo, para el historiador y profesor de la Universidad de Chile, Sergio Grez, la aplicación correcta de este mecanismo no sería más que un acto de “justicia reparatoria”, esto, entendiendo los orígenes estatales de LAN Chile modificados durante la dictadura.
Además, consultado por nuestro medio, el historiador dio detalles de cómo los procesos de nacionalización de empresas en el mundo no son exclusividad de los regímenes comunistas.
“Una medida que es de interés nacional, absolutamente racional, moderada y normal en las condiciones de un régimen capitalista, como son las nacionalizaciones que se produjeron en Europa al término de la Segunda Guerra Mundial, ha pasado a estar considerado poco menos que un acto de comunismo, en circunstancias de que esto es normal en cualquier país capitalista del mundo que no haya llegado a un neoliberalismo tan dogmático como el que tenemos en Chile”, precisó Grez.
Es pertinente la pregunta de por qué le correspondería al Estado de Chile aplicar una acción de salvataje con Latam Airlines. Para esto, según el análisis del economista Andrés Solimano, es preciso recordar que se trata de una compañía internacional, con capitales extranjeros el alta proporción y que, además, se ha acogido a una ley de quiebra lejos de la jurisdicción chilena.
“Hay que analizar cuáles son las prioridades del Gobierno de Chile. Si van a colocar dinero en Latam, tienen que proteger, según la ley de quiebra, primero a los trabajadores, pagar al Estado si se deben impuestos y después vienen los intereses de los accionistas”, recalcó Solimano.
En la actualidad, según la Superintendencia de Valores y Seguros, las acciones extranjeras de Latam Airlines están repartidas entre la compañía estadounidense Delta Airlines, Qatar Airways, J.P Morgan y los bancos Itaú y Santander en poco menos del 50 por ciento, dejando el porcentaje nacional en las manos de los grupos Cueto y Luksic.
Con esta repartición, según Solimano, tampoco sería extraña otro tipo de maniobra de salvataje relacionada con la venta de parte de su capital a precio rebajado.
“Claro, se sigue desnacionalizando Latam, ya no es una empresa del Estado chileno, dejó hace mucho tiempo de serlo. Además, cada vez ha internacionalizado más su propiedad, por lo tanto, el Estado no tiene mayor obligación salvo que por razón de orgullo nacional diga quiero mantener esta compañía supuestamente chilena, que tiene trabajadores chilenos, pero fueron despedidos”, señaló.
Es justamente este último detalle el que ha propiciado iniciativas propuestas desde algunos sectores políticos, respecto de comprar acciones de la compañía para beneficiar, por ejemplo, a los trabajadores desvinculados y tomar parte activa de una empresa estratégica y de alto interés nacional.
Así lo manifestó también el diputado de la Federación Regionalista Verde Social, Esteban Velásquez, quien se mostró a favor de que el Estado compre parte de las acciones de Latam.
“Debemos tener muy claro que Latam ni cualquier otra empresa puede recibir ayuda del Estado gratis, a cargo de recursos públicos, si es que no hay ganancias en comunes. Gana la empresa, pero también el Estado, y en ese sentido creemos que una buena alternativa sería que el Estado comprara parte de lo que hoy día es Latam y como está ocurriendo en Alemania, con la compra de Lufthansa en alrededor de un 20 por ciento, y así los beneficios son comunes”, indicó.
A esta iniciativa se ha sumado también la diputada de Comunes, Claudia Mix, quien, en conjunto con Velásquez, presentó un proyecto para declarar a Latam como una empresa de interés nacional. Lo que se espera con este debate es que la marca país no sea visible tan solo en los colores de su flota aérea, sino que también repercuta en la protección de sus trabajadores y en un rubro que será clave para la reactivación económica.