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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Soberbia e ignorancia de un Ministro de Salud

Columna de opinión por Alfredo Rodríguez y Ana Sugranyes
Sábado 30 de mayo 2020 13:16 hrs.


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“En Santiago …. hay un nivel de pobreza y hacinamiento del cual yo no tenía conciencia”
(Mañalich, Ministro de Salud, 28 de mayo 2020)

#QuédateEnCasa es la respuesta tecnocrática que solo se cumple en Santiago, de Plaza Dignidad hacia arriba, en el ámbito urbano donde viven quienes toman las decisiones, la élite dominante y su Ministro de Salud.

No es cierto que mujeres y hombres habitan en vivienda adecuadas. No todas las viviendas ofrecen condiciones de tamaño, servicios básicos — agua, alcantarillado, electricidad e Internet.

No es cierto que mujeres y hombres, de la misma forma, tienen ahorro, empleo y estabilidad laboral que les permita realizar trabajo desde su casa. La mayoría de ellas y ellos realizan trabajos informales en las calles. Si no salen, no comen.

No es cierto que mujeres y hombres gozan de la seguridad de tenencia. Padecen arriendos precarios y abusivos. Si no pagan, serán desalojadas y si no salen a trabajar, no podrán pagar.

#QuédateEnCasa no funciona en todas partes. Existen problemas habitacionales graves, como finalmente descubrió Mañalich: donde “antes vivían diez personas, ahora están viviendo cien”.

  • Los con Techo, el gran stock de viviendas sociales, de mala calidad y de alta densidad urbana, en concentraciones homogéneas de pobreza.
  • Las poblaciones, la gran extensión de barrios populares, con viviendas subdivididas, arrendadas y subarrendadas por piezas.
  • Los “cités” y nuevos conventillos en áreas centrales y campamentos en la periferia, donde escasea agua para lavarse las manos y red de alcantarillado.
  • Y los llamados “guetos verticales”, estos rascacielos irregulares de nano viviendas y altísimas densidades.

Hay hambre, angustia, miedo y esperanzas. Desde siempre y ahora, bien sabemos que “solo el pueblo salva al pueblo”. En el tiempo de este virus, surgen prácticas sociales que buscan mitigar el contagio y paliar los vacíos y las necesidades apremiantes de salvar vidas y de no pasar hambre. Son prácticas comunitarias seculares de sobrevivencia. Es el rescate de aquellas experiencias solidarias de antaño, reinventando las ollas comunes de los años 80 del siglo pasado.

#Quédate en el barrio, con albergues, alimentos, apoyos económicos y sanitarios, con el respaldo de municipalidades y organizaciones sociales, sin ejército, carabineros ni narcos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.