En julio de 2019 la Asamblea de Organización de Naciones Unidas adoptó, por la unanimidad de sus miembros, la resolución determina que el 2021 será el Año Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, encargando a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la tarea de llevar a cabo la implementación del acuerdo de los distintos países.
Entre 2000 y 2016, la lucha por la erradicación del trabajo infantil cosechó grandes victorias con la reducción, a nivel mundial , de un 38 por ciento. Sin embargo, la pandemia de la nueva cepa de coronavirus ha echado por tierra esos esfuerzos, pues las consecuencias económicas que ha dejado la emergencia sanitaria internacional ha impactado profundamente en las familias y, particularmente en los niños: 152 millones son víctimas del trabajo infantil; casi la mitad, 73 millones, están en situación de trabajo infantil peligroso.
De los niños que se ven obligados a trabajar, casi la mitad tienen entre 5 y 11 años; 42 millones, equivalente a un 28 por ciento tienen entre 12 y 14 años; y 37 millones, un 24 por ciento, están entre los 15 y 17 años.
El representante de Unicef en nuestro país, Paolo Mefalopoulos, conversó con Diario y Radio Universidad de Chile y se refirió a cómo la pandemia ha afectado en el trabajo infantil y el rol que esa organización cumple en el monitoreo de la situación.
“Claramente cuando hay un tipo de crisis económica, todo retrocede, los ingresos de los padres y familiares disminuyen y hay riesgo de mayor vulnerabilidad y que niños pequeños sean utilizados para trabajos que han perdido una formalidad y eso estamos tratando de monitorear”.
En cuanto a la situación específica de Chile, Mefalopoulos aseveró que aunque no es tan crítica como en otros países, “pero como siempre en cualquier situación de crisis, la vulneración de los derechos de los niños es siempre un riesgo”.
De acuerdo a las definiciones de Unicef, se considera a niños trabajadores “cuando son demasiado jóvenes para trabajar o participan en actividades peligrosas que pueden comprometer su desarrollo físico, mental, social o educativo”.
África ocupa el primer lugar a nivel mundial, tanto por porcentaje de niños en trabajo infantil (un quinta parte) como en número absoluto de niños en situación de trabajo infantil: 72 millones. Le siguen Asia y el Pacífico con un 7 por ciento y 62 millones de niños obligados a efectuar labores.
El trabajo infantil se concentra en primer lugar en la agricultura (71%), que incluye la pesca, la silvicultura, la ganadería y la acuicultura, y comprende tanto la agricultura de subsistencia como la comercial; el 17% de los niños en situación de trabajo infantil trabaja en el sector de servicios; y el 12% en el sector industrial, en particular la minería.