La fecha es clara: el lunes 23 de marzo el postnatal de emergencia ingresó al Congreso como proyecto. De aquello ya van más de 100 días y la iniciativa que beneficiaría a miles de familias sigue sin ver del todo la luz.
Recién esta semana, luego del paso por Comisión Mixta se decidió que la iniciativa si es admisible, dando paso a nuevas revisiones en la Cámara – donde ya fue visado – y el Senado.
Radio Universidad de Chile recopiló testimonios de mujeres que hoy esperan atentas y ansiosas el avance de este proyecto de ley, dado que han terminado sus permisos laborales en plena pandemia. Ahora, ante la crisis, el miedo a perder el trabajo, contagiar a la familia y una grave afectación en la salud física y mental son parte de los problemas que enfrentan.
“Se me cortó la leche maternal”
María Teresa Gálvez terminó su postnatal en abril. Hoy su bebé ya tiene siete meses y la emergencia sanitaria que vive el país le ha complicado, como a miles, la vida personal, laboral y su salud mental.
Hasta antes de tomar su prenatal se desempañaba como trabajadora de la salud en una clínica en el área de Imagenología. El contacto directo con pacientes hacía prever que su regreso al trabajo al término del postnatal sería complejo. Incluso hoy el centro médico se encuentra cerrado y con una investigación en curso por no haber garantizado medidas de protección a sus trabajadores ante el COVID-19.
Desde abril, con el postnatal vencido, María Teresa ha tenido que hacer uso de una licencia médica, mientras el estrés y una muy deteriorada salud mental han marcado las últimas semanas de su vida. El teletrabajo no era una opción por el tipo de actividad laboral, mientras que el nivel de exposición al realizar ecografías era bastante alto: “O seguía con mi licencia y resguardaba mi vida y la de mi guagua o volvía a trabajar, a exponerme con los pacientes y terminar contagiada como terminaron mis compañeros”, comentó al respecto.
“Ha sido muy difícil porque hay que lidiar con muchas cosas, la falta de trabajo, la falta de apoyo del Gobierno, hay que cargar además con el tema psicológico que también afecta. De hecho, a mí se me cortó incluso la leche maternal, no tengo leche materna. Es difícil, hay que cargar con muchas cosas, esto afecta también la familia y muchas estamos con períodos de depresión con todo esto de no tener apoyo del Gobierno”, explicó respecto de lo que ha sido el proceso para ella.
Si bien la licencia médica ha permitido que se quede en su casa, en ningún caso esto ha garantizado seguridad y estabilidad económica. El ingreso de su familia depende de ella, así como también el acompañamiento de su madre de 85 años que tiene una patología de base que la hace grupo de riesgo ante el COVID-19.
“Estar con licencia también es un problema, estar rogando todos los meses que ojalá el Compin no las rechace, porque ese es otro problema del Compin que lo acarrea desde mucho antes de la pandemia, que te rechazan las licencias o te las reducen, entonces tampoco es ningún apoyo”, explicó.
“Te levantas llorando, te acuestas llorando, preocupada, qué voy hacer mañana, cómo compro la leche, cómo compro pañales, me habrá pagado el Compin, cómo pago la luz, el agua, no tengo trabajo. Entonces es de todos los días: te levantas y te acuestas con la angustia de qué voy hacer mañana”, añadió.
Respecto de la discusión política sobre el postnatal de emergencia que ha demorado más de 3 meses, María Teresa Gálvez se manifestó frustrada por la forma en que se ha postergado la decisión final: “Parece que el señor Piñera no entiende la situación o no la quiere entender, porque no quiere tocarse el bolsillo, lamentablemente el eslogan ‘los niños primero’ parece que es solo un eslogan (…) Lo que él ofrece es una vergüenza, pretender que las mujeres se costeen a sí mismas un postnatal. Esto es una emergencia y debiera haberse tratado, dialogado y promulgado como se requiere, con emergencia”, concluyó.
“Es una angustia constante”
En el marco de la extendida discusión que ha tenido el postnatal de emergencia, es que cientos de mamás se han agrupado para hacer presión en el avance del proyecto, así como también para apoyarse durante este período muy difícil para varias de ellas.
Andrea Iturry ha actuado como vocera de las madres. Su postnatal venció hace poco más de tres semanas, y si bien no ha sido llamada a regresar al trabajo, dado que la clínica estética donde se desempeña como cosmetóloga no puede abrir al no ser esencial, existe una incertidumbre laboral sobre cómo y por cuánto tiempo su empleador podrá seguir pagando su sueldo.
“No sé si voy a recibir o no el sueldo porque mi jefe me dijo que me quede tranquila en casa porque la clínica está cerrada, pero él no sabe cómo va a ser la situación (…) Es una angustia constante porque realmente uno cuenta con ese ingreso, más como está la situación del país, que se viene arrastrando desde octubre, entonces hoy mi sueldo es la base del ingreso de la familia”, comentó Andrea Iturry.
Además, la vocera de la Agrupación por el Postnatal de Emergencia comentó que tanto ella – con una dermatitis – como otras mujeres han visto en su salud física y mental los efectos del estrés que la incertidumbre laboral les ha traído.
“Hay muchas mamás que están realmente complicadas, tienen varios síntomas distintos de estrés, a algunas les han salido herpes en la piel. La leche es un claro ejemplo, a muchas se les ha cortado. El otro tema es que con la misma ansiedad, que nosotros sentimos inclusive con el llanto, cuando uno se siente mal lo pasa por la leche a los niños, les da cólicos, entonces hay que tratar de sobrellevar todas esas situaciones y sentimientos para evitar transmitirle al bebé eso y que no sufran algún cólico u otra cosa, porque en esta etapa de apego y lactancia es muy importante estar tranquilas”, comentó.
Respecto de cómo se ha enfrentado la situación, comentó que hay mamás que han tenido que renunciar a sus trabajos, otras han tomado licencias médicas, otras han debido tomar sus vacaciones, mientras que otro grupo ha debido retomar sus labores, ya sea arriesgándose al contagio o con teletrabajo.
“Esperemos que todo esto tenga un buen final porque con la otra opción de hacer teletrabajo hay muchas mamás que están super complicadas, porque si bien podrían hacerlo desde casa, porque no deben ir a una oficina como en mi caso que no puedo hacerlo, con un lactante o con más hijos en la casa, más los quehaceres del hogar y labores domésticas es muy complicado”, explicó.
“Es una cadena de estrés, la mamá, el niño, todos andan estresados”, finalizó Andrea Iturry.
“Es la responsabilidad del Estado velar por los niños”
Además de los cambios en pre y postnatal, el proyecto que se debate en el Congreso establece que “en el caso de aquellas trabajadoras que se encuentren haciendo uso del permiso por enfermedad grave de niño menor de un año, y cuyo plazo de duración venza durante la vigencia del estado de excepción constitucional de catástrofe, se extenderá su permiso hasta el momento en que se levante la declaración, en las mismas condiciones”.
Ésa es la extensión que espera Clarisa Vega en la comuna de Rengo, Región de O´Higgins, donde reside. Hasta junio hizo uso de la licencia por enfermedad grave de niño menor de un año, ya que su hijo nació con anoftalmia bilateral.
Su empleo es en un minimarket, atendiendo personas, por lo que por el giro del establecimiento puede continuar abierto durante la pandemia. Sin embargo, tanto por el riesgo de contagio como por los cuidados de su hijo, volver a trabajar es inviable en el corto plazo.
“Él es ciego, por ende tengo que estar 24/7. Está con rehabilitaciones sus controles y exámenes para averiguar sobre su condición, que es extraña, y con esto de la pandemia tuvimos que parar algunos exámenes, pero seguimos con rehabilitaciones tres veces a la semana con la terapeuta online y tengo que estar haciendo los ejercicios tres veces al día”, explicó.
Ante el cumplimiento del año de su hijo y sus cuidados, el inminente regreso al trabajo, más sus malestares emocionales, Clarisa debió extender las licencias médicas. Sin embargo, lleva 3 meses sin el pago dados los retrasos del Compin, una situación que le ha generado un sinfín de inconvenientes, pues sumado a todos los gastos de un hogar común, ella también debe asumir los costos del tratamiento de su hijo.
“He tenido ayuda de mis vecinos, de una fundación y con eso hemos podido salir adelante, porque el tratamiento de mi hijo es caro, él usa conformador y se lo tengo que estar cambiando ahora cada un mes, antes cada dos semanas y eso tiene un costo elevado, cerca de 160 mil pesos”, comentó.
“Uno está muy mal, pasa estresada, duerme poco, estás todo el día pensando en qué va a hacer el día de mañana, cómo va a cubrir los gastos, si me veo obligada a trabajar quién va a cuidar a mis 3 hijos”, complementó. Y aseguró que tiene amplio temor que, dada la crisis del país, una vez terminado su fuero maternal sea despedida.
En esa línea, lamentó que el Gobierno esté planteando que las madres utilicen su seguro de cesantía. “Cuando deja de trabajar uno sabe que cuenta con eso, ahora que hay que ocupar ese fondo después uno no va a tener nada de que afirmarse cuando quede sin trabajo, porque sí o sí al final va a ser así”.
“Espero que las autoridades vean la necesidad que uno tiene: los hijos son el futuro del país. El Estado tiene que velar por ellos, por los niños, los bebés que hoy necesitan a sus mamás. No podemos optar a que otras personas los cuiden, menos en mi caso, porque yo hago sus terapias”, complementó Clarisa Vega.
“No te puedes concentrar, no puedes avanzar”
Denis Orrego regresó a sus labores de analista contable desde teletrabajo el 30 de junio. Descartó tomar una licencia para extender el cuidado de su hijo luego del postnatal, no solo porque no hay motivos de salud para necesitarla, sino porque también quería volver a trabajar y al menos dar la oportunidad de intentar compatibilizar el trabajo desde casa y la maternidad de su hijo de cinco meses y medio. Sin embargo, en sus primeros días de prueba, asegura que esta no ha sido una experiencia satisfactoria.
“El primer día de trabajo fue horrible, Vicente lloró prácticamente todo el día reclamando atención, cariño, teta, de hecho hasta el momento solo me ha querido recibir pechuga, porque está pesadito. Él siente lo que pasa en el ambiente, también pasar de la rutina de estar casi todo el día regaloneando o yo atendiéndolo al 100 por ciento, a pasar a estar el 70 por ciento de su día frente a las pantallas, igual es fuerte”, comentó sobre su experiencia.
Además, Denis Orrego indicó que almorzar, mantener el aseo al cien por ciento o desayunar son labores que dejaron de ser prioritarias en su organización del día, ya que su pareja trabaja en una empresa considerada esencial, por lo que debe estar sola dispuesta al cuidado de su hijo, el teletrabajo y la casa.
“Es super difícil, no se puede, no te puedes concentrar, no puedes avanzar, y tu empleador claramente igual te va a exigir que realices tu trabajo por muy flexible que pueda ser con sus políticas. Yo agradezco a mi empleador, pero él espera cierto estándar en la calidad de trabajo, por algo te están pagando el sueldo, entonces es complejo, yo estaba súper motivada con volver a trabajar”, indicó.
“No es flojera que uno se quiera quedar en la casa con los niños, es porque -en mi caso- aunque quiero trabajar no cuento con la red de apoyo para que se queden con el Vicente, para que lo miren, no hay salas cunas, todo es súper complejo y la pega ni siquiera se hace al 100 por ciento, con suerte al 30 cada una. Ser trabajadora 30 y ser mamá 30 no es sano”, añadió.
Las licencias fueron descartadas además porque sabe que, ante los retrasos en los pagos, probablemente esa opción perjudicaría seriamente la economía del hogar. Sin embargo, de todas formas, hoy asegura que su salud mental se ha visto muy deteriorada por el estrés y la sobrecarga de la maternidad y el teletrabajo.
“Me siento casi en la cuerda floja. Ya es angustiante no ver a tu familia en meses, estar apoyándote solo de las tecnologías para verlos, saber que hay una enfermedad y no puedes salir. Yo fui muy activa durante el embarazo, cuando nació Vicente en enero salíamos todos los días a caminar, íbamos a la feria a comprar y de un día para otro nos tuvimos que encerrar y no hemos salido hace casi cuatro meses, entonces es complicado porque vemos la vida desde la ventana, con la presión del trabajo, de cumplír, es súper angustiante. Se te suma el estrés de que está todo mal, está funcionando todo a medias”.
Incluso, Denis comentó que durante este período ha sentido culpabilidad por ser madre, dada la situación de no poder rendir en todo como esperaría.
“Uno no espera que todo lo solucione el Estado, pero que sí al menos protejan la infancia, a los niños”, comentó sobre el proyecto que hoy espera sea aprobado.
“Si salgo a trabajar en estos momentos podría contagiar a mi bebé”
Además de la posibilidad de contagio que tiene cualquier persona que hoy salga a trabajar, para quienes se desempeñan en el área de la salud esa posibilidad es aún mayor. Por ello, es que para las madres que han terminado su postnatal y deben regresar a centros de ese tipo, la situación es muy compleja.
Es el caso de Loreto Rivera, quien terminó su postnatal en mayo pasado, y con una hija de ocho meses mantiene temor por la exposición que podría tener si regresa al trabajo. Se desempeña como técnica en enfermería en la UCI coronaria de la Clínica Dávila, lugar que hoy está reconvertido a una UCI COVID-19.
Loreto no ha regresado al trabajo todavía dado que se encuentra con licencia por enfermedad de hijo menor de un año, puesto que su bebé mantiene reflujo y requiere su cuidado. Sin embargo, el temor está presente. “Yo no puedo hacer teletrabajo, soy paramédico, tengo que trabajar en salud, con contacto directo con pacientes, entonces si salgo a trabajar en estos momentos podría contagiar a mi bebé, a mi familia”.
Al tema sanitario, se suma una compleja incertidumbre laboral, no solo por el miedo a que eventualmente sus licencias se retrasen o sean rechazadas, sino también porque desde hace tres meses su pareja se encuentra desempleado.
“Nosotros pagamos arriendo y más que nada, antes de comer, tenemos que pagar el arriendo y esa es nuestra preocupación. Si a mí me llegan a rechazar las licencias y mi pareja ya está en el tercer pago de su seguro no nos alcanzaría. El pago de licencia ya disminuye el sueldo, mi sueldo es entre 520 – 540 y la licencia me la pagan a 360, entonces es harta la diferencia”, explicó.
“La niña depende 100 por ciento de mi porque toma pecho, recién comienza a comer, mientras a mi hijo de 11 años le mandan muchas tareas. Va en un colegio católico y son súper exigentes, varias tareas online más los trabajos, se desconcentra fácil. Es como hacer el rol de profesora, porque la educación parte en casa, si no estás con él, el niño no aprende”, añadió sobre su situación.
Respecto de la espera por el postnatal de emergencia, Loreto Rivera señaló que es un estrés constante para las mamás no tener una respuesta: “Ha habido muchos problemas con los pagos, que si nos les gusta renuncien, hay varias mamás que han sido despedidas y la Inspección del Trabajo no está funcionando como debe y muchas han tenido que dejar de trabajar”.
Asimismo, dijo sobre la propuesta del Ejecutivo que si se busca aplicar para madres con niños de mayor edad tal vez no habría problema, pero que a su juicio no debería permitirse que mujeres que hoy tienen fuero usen sus seguros de cesantía.
Así como Loreto, Andrea, Clarisa, Denis y María Teresa, bajo una discusión legislativa prolongada y difícil entre oficialismo, Gobierno y oposiciones, son miles las madres que bajos diferentes contextos exigen prisa para terminar lo antes posible con su incertidumbre.