Frente Cultural: la unión de los y las trabajadores de las artes en ayuda del sector
Más de diez organizaciones se agruparon, conformando el Frente Cultural. En esta nueva agrupación confluyen la Asociación Chilena de Barrios y Zonas Patrimoniales, la Red Nacional de Compañías Teatrales y el Bloque de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Unidad Social, entre otras.
Abril Becerra
Miércoles 22 de julio 2020 13:59 hrs.
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“El trabajo de las culturas, las artes y el patrimonio median entre la vida construida y la vida por construir. Allí radica su importancia: esta producción apoya y completa la transformación de nuestra sociedad”.
Con estas palabras, cerca de diez organizaciones nacionales dieron a conocer la creación del Frente Cultural, iniciativa que nació con el objetivo de ir en ayuda del sector que se ha visto perjudicado durante la pandemia.
En esta nueva organización confluyen agrupaciones del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio así como entidades artísticas de la sociedad civil. Destaca, por ejemplo, la Asociación Nacional de Funcionarias/os de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes (AnfuCultura), la Asociación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (AnfuPatrimonio), el Sindicato Nº1 del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el Sindicato del Centro Cultural Gabriela Mistral, la Red Nacional de Compañías Teatrales y el Bloque de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Unidad Social.
“La idea es poder ir acercando posiciones y constituir un bloque que nos permita presionar para tener mejores medidas y también para ir haciendo una plataforma un poco más programática que, desde las distintas miradas de la cultura, las artes y el patrimonio, nos permita instalar una propuesta de cómo trabajar y manejar temas en el largo plazo”, dijo Óscar Peñafiel, presidente de la Asociación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Anatrap).
“Toda la precariedad con que viven los trabajadores y trabajadoras se viene a profundizar con esta crisis y las respuestas del Gobierno han ido en la línea de los fondos concursables, que no ayudan en nada a sostener la vida cotidiana”, agregó el dirigente.
La creación del Frente Cultural también surgió en el marco de una serie de conversaciones que desde mayo han mantenido las organizaciones vinculadas a las artes y el patrimonio en el país. No obstante, también nació ante los ajustes presupuestarios que se han dado al interior de la cartera.
“Han habido varios recortes y también se están proyectando más para el próximo año. Proyectos de infraestructura en Atacama y en Magallanes se han visto cortados. El programa de patrimonio cultural inmaterial se ha visto muy afectado. En este caso, nos hemos propuesto que los recortes no lleguen a afectar la estabilidad laboral de los compañeros y compañeras”, indicó Peñafiel.
Por su parte, Bernardo Zamora, miembro del Sindicato Parque Cultural de Valparaíso, entidad que también es parte del Frente Cultural, criticó el plan de emergencia elaborado por el Ministerio de las Culturas para ir en ayuda del sector.
De acuerdo a ello, manifestó que los creadores fueron sometidos a un concurso en el que no todos fueron beneficiados y que las consecuencias de ello han sido dramáticas, sobre todo en lugares como Valparaíso donde además se recortaron los fondos regionales destinados a cultura.
“El plan ha sido absolutamente insuficiente. La concursabilidad significa que dejas gente afuera. Es absurdo. Es una mirada totalmente desconectada con la realidad. La cultura es un tremendo aporte a la vida de los ciudadanos que la están pasando mal. Podríamos haber enfrentado la situación de los artistas, reforzando la labor artística con apoyo directo. Los artistas no habrían tenido problema en poner a disposición de todo el mundo su arte que ayudaría a la gente a pasar este momento”, sostuvo.
“Aquí en Valparaíso la situación es muy mala, porque además se recortaron los presupuestos regionales para la actividad cultural. Simplemente, el gobierno regional dejó sin curso los fondos que se habían adjudicados y que iban a empezar a transferirse. Esa es una medida incorrecta, porque son fondos que finalmente iban a llegara los artistas. Acá tenemos una cantidad de actividad cultural que está tremendamente afectada, en situaciones que están desarrollando cualquier actividad para sobrevivir. Estamos en una etapa de sobrevivencia muy dura”, subrayó.
Actualmente, el Frente Cultural se encuentra en una primera fase de conformación. Próximamente se convocarán a dos nuevos encuentros: uno para debatir sobre los presupuestos futuros del mundo de la cultura y otro para ampliar el debate en torno a la realidad nacional de los trabajadores de las artes. El objetivo final es sumar a nuevas organizaciones para generar una red de apoyo capaz de ir más allá de la pandemia.
Imagen principal: Ánimas de día claro, obra escrita por Alejandro Sieveking que debutó en 1962 bajo la dirección de Víctor Jara. En 2016 fue repuesta por el Teatro Nacional Chileno.
“El trabajo de las culturas, las artes y el patrimonio median entre la vida construida y la vida por construir. Allí radica su importancia: esta producción apoya y completa la transformación de nuestra sociedad”.
Con estas palabras, cerca de diez organizaciones nacionales dieron a conocer la creación del Frente Cultural, iniciativa que nació con el objetivo de ir en ayuda del sector que se ha visto perjudicado durante la pandemia.
En esta nueva organización confluyen agrupaciones del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio así como entidades artísticas de la sociedad civil. Destaca, por ejemplo, la Asociación Nacional de Funcionarias/os de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes (AnfuCultura), la Asociación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (AnfuPatrimonio), el Sindicato Nº1 del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el Sindicato del Centro Cultural Gabriela Mistral, la Red Nacional de Compañías Teatrales y el Bloque de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Unidad Social.
“La idea es poder ir acercando posiciones y constituir un bloque que nos permita presionar para tener mejores medidas y también para ir haciendo una plataforma un poco más programática que, desde las distintas miradas de la cultura, las artes y el patrimonio, nos permita instalar una propuesta de cómo trabajar y manejar temas en el largo plazo”, dijo Óscar Peñafiel, presidente de la Asociación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Anatrap).
“Toda la precariedad con que viven los trabajadores y trabajadoras se viene a profundizar con esta crisis y las respuestas del Gobierno han ido en la línea de los fondos concursables, que no ayudan en nada a sostener la vida cotidiana”, agregó el dirigente.
La creación del Frente Cultural también surgió en el marco de una serie de conversaciones que desde mayo han mantenido las organizaciones vinculadas a las artes y el patrimonio en el país. No obstante, también nació ante los ajustes presupuestarios que se han dado al interior de la cartera.
“Han habido varios recortes y también se están proyectando más para el próximo año. Proyectos de infraestructura en Atacama y en Magallanes se han visto cortados. El programa de patrimonio cultural inmaterial se ha visto muy afectado. En este caso, nos hemos propuesto que los recortes no lleguen a afectar la estabilidad laboral de los compañeros y compañeras”, indicó Peñafiel.
Por su parte, Bernardo Zamora, miembro del Sindicato Parque Cultural de Valparaíso, entidad que también es parte del Frente Cultural, criticó el plan de emergencia elaborado por el Ministerio de las Culturas para ir en ayuda del sector.
De acuerdo a ello, manifestó que los creadores fueron sometidos a un concurso en el que no todos fueron beneficiados y que las consecuencias de ello han sido dramáticas, sobre todo en lugares como Valparaíso donde además se recortaron los fondos regionales destinados a cultura.
“El plan ha sido absolutamente insuficiente. La concursabilidad significa que dejas gente afuera. Es absurdo. Es una mirada totalmente desconectada con la realidad. La cultura es un tremendo aporte a la vida de los ciudadanos que la están pasando mal. Podríamos haber enfrentado la situación de los artistas, reforzando la labor artística con apoyo directo. Los artistas no habrían tenido problema en poner a disposición de todo el mundo su arte que ayudaría a la gente a pasar este momento”, sostuvo.
“Aquí en Valparaíso la situación es muy mala, porque además se recortaron los presupuestos regionales para la actividad cultural. Simplemente, el gobierno regional dejó sin curso los fondos que se habían adjudicados y que iban a empezar a transferirse. Esa es una medida incorrecta, porque son fondos que finalmente iban a llegara los artistas. Acá tenemos una cantidad de actividad cultural que está tremendamente afectada, en situaciones que están desarrollando cualquier actividad para sobrevivir. Estamos en una etapa de sobrevivencia muy dura”, subrayó.
Actualmente, el Frente Cultural se encuentra en una primera fase de conformación. Próximamente se convocarán a dos nuevos encuentros: uno para debatir sobre los presupuestos futuros del mundo de la cultura y otro para ampliar el debate en torno a la realidad nacional de los trabajadores de las artes. El objetivo final es sumar a nuevas organizaciones para generar una red de apoyo capaz de ir más allá de la pandemia.
Imagen principal: Ánimas de día claro, obra escrita por Alejandro Sieveking que debutó en 1962 bajo la dirección de Víctor Jara. En 2016 fue repuesta por el Teatro Nacional Chileno.
“El trabajo de las culturas, las artes y el patrimonio median entre la vida construida y la vida por construir. Allí radica su importancia: esta producción apoya y completa la transformación de nuestra sociedad”.
Con estas palabras, cerca de diez organizaciones nacionales dieron a conocer la creación del Frente Cultural, iniciativa que nació con el objetivo de ir en ayuda del sector que se ha visto perjudicado durante la pandemia.
En esta nueva organización confluyen agrupaciones del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio así como entidades artísticas de la sociedad civil. Destaca, por ejemplo, la Asociación Nacional de Funcionarias/os de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes (AnfuCultura), la Asociación Nacional de Trabajadoras y Trabajadores del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (AnfuPatrimonio), el Sindicato Nº1 del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, el Sindicato del Centro Cultural Gabriela Mistral, la Red Nacional de Compañías Teatrales y el Bloque de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Unidad Social.
“La idea es poder ir acercando posiciones y constituir un bloque que nos permita presionar para tener mejores medidas y también para ir haciendo una plataforma un poco más programática que, desde las distintas miradas de la cultura, las artes y el patrimonio, nos permita instalar una propuesta de cómo trabajar y manejar temas en el largo plazo”, dijo Óscar Peñafiel, presidente de la Asociación Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Anatrap).
“Toda la precariedad con que viven los trabajadores y trabajadoras se viene a profundizar con esta crisis y las respuestas del Gobierno han ido en la línea de los fondos concursables, que no ayudan en nada a sostener la vida cotidiana”, agregó el dirigente.
La creación del Frente Cultural también surgió en el marco de una serie de conversaciones que desde mayo han mantenido las organizaciones vinculadas a las artes y el patrimonio en el país. No obstante, también nació ante los ajustes presupuestarios que se han dado al interior de la cartera.
“Han habido varios recortes y también se están proyectando más para el próximo año. Proyectos de infraestructura en Atacama y en Magallanes se han visto cortados. El programa de patrimonio cultural inmaterial se ha visto muy afectado. En este caso, nos hemos propuesto que los recortes no lleguen a afectar la estabilidad laboral de los compañeros y compañeras”, indicó Peñafiel.
Por su parte, Bernardo Zamora, miembro del Sindicato Parque Cultural de Valparaíso, entidad que también es parte del Frente Cultural, criticó el plan de emergencia elaborado por el Ministerio de las Culturas para ir en ayuda del sector.
De acuerdo a ello, manifestó que los creadores fueron sometidos a un concurso en el que no todos fueron beneficiados y que las consecuencias de ello han sido dramáticas, sobre todo en lugares como Valparaíso donde además se recortaron los fondos regionales destinados a cultura.
“El plan ha sido absolutamente insuficiente. La concursabilidad significa que dejas gente afuera. Es absurdo. Es una mirada totalmente desconectada con la realidad. La cultura es un tremendo aporte a la vida de los ciudadanos que la están pasando mal. Podríamos haber enfrentado la situación de los artistas, reforzando la labor artística con apoyo directo. Los artistas no habrían tenido problema en poner a disposición de todo el mundo su arte que ayudaría a la gente a pasar este momento”, sostuvo.
“Aquí en Valparaíso la situación es muy mala, porque además se recortaron los presupuestos regionales para la actividad cultural. Simplemente, el gobierno regional dejó sin curso los fondos que se habían adjudicados y que iban a empezar a transferirse. Esa es una medida incorrecta, porque son fondos que finalmente iban a llegara los artistas. Acá tenemos una cantidad de actividad cultural que está tremendamente afectada, en situaciones que están desarrollando cualquier actividad para sobrevivir. Estamos en una etapa de sobrevivencia muy dura”, subrayó.
Actualmente, el Frente Cultural se encuentra en una primera fase de conformación. Próximamente se convocarán a dos nuevos encuentros: uno para debatir sobre los presupuestos futuros del mundo de la cultura y otro para ampliar el debate en torno a la realidad nacional de los trabajadores de las artes. El objetivo final es sumar a nuevas organizaciones para generar una red de apoyo capaz de ir más allá de la pandemia.
Imagen principal: Ánimas de día claro, obra escrita por Alejandro Sieveking que debutó en 1962 bajo la dirección de Víctor Jara. En 2016 fue repuesta por el Teatro Nacional Chileno.
