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Rosabetty Muñoz: “Me declaro una poeta situada que escribe desde un lugar y una cultura especial”

La escritora galardonada con el Premio Pablo Neruda (2000) y con el Premio Altazor (2013) conversó con el programa Cuestión de Gustos sobre su actual candidatura al Premio Nacional de Literatura. También repasó su incursión en las letras e indicó que su obra se vincula estrechamente con su tierra natal: Chiloé.

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  Sábado 25 de julio 2020 16:41 hrs. 
rosabetty muñoz

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Escucha aquí la entrevista a Rosabetty Muñoz.

Entre lecturas poéticas dadas espontáneamente en su hogar en Chiloé y entre los incentivos brindados por una que otra maestra comprometida con las letras, Rosabetty Muñoz (1960) desarrolló de manera muy temprana un interés por la literatura: si durante su adolescencia los libros fueron fundamentales, los años venideros estuvieron marcados por grupos como Índice y Chaicura, que terminaron fomentando su publicación en los años 80.

Esta motivación la llevó seguir su vocación en la Universidad Austral de Chile, donde se graduó como profesora de Castellano. Más tarde, vinieron libros como  Canto de una oveja del rebaño (1981), En lugar de morir (1987), Hijos (1991), Baile de señoritas (1994), En nombre de ninguna (2008) y Técnicas para cegar a los peces (2019), entre otros. 

Pronto se sumaron reconocimientos como el Premio Pablo Neruda (2000) y el Premio Altazor (2013). Pero eso no fue todo, ya que actualmente la autora postula al Premio Nacional de Literatura 2020, candidatura que es apoyada por la Universidad de Los Lagos. 

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En conversación con el programa Cuestión de Gustos de Radio Universidad de Chile, la escritora señaló que este año el veredicto será significativo, sobre todo, porque a lo largo de la historia el galardón sólo ha reconocido a una poeta. “Me parece precioso lo que ha hecho el colectivo Autoras Chilenas Feministas (Auch!) que decidió respaldar a todas las autoras que están postulando, pensando en que es mejor que hable la obra”, dijo.  

“En mi caso, la poesía ha sido una especie de espacio único, donde puedo hablar de cualquier cosa y tener libertad total de movimiento. Siempre he tratado de que tenga un sentido movilizador, que no sea una poesía que se mira solamente a sí misma, sino que sea abierta. Tiene esta vocación de diálogo con una profunda ternura, compasión por el otro en el sentido de acompañar en su pasión a otro. Al doliente, sobre todo”, señaló la autora, quien rememoró el ejercicio expuesto en En nombre de ninguna, texto en el que aborda el tema del aborto y el ser mujer. 

“Me gusta mucho más mirar, contar y hacer poesía de lo que siento y lo que me llega como fuertes golpes de sentido. Las formas de aborto que aparecen en ese libro (En nombre de ninguna) son todos testimonios de mis estudiantes. No se me podría haber ocurrido que una niña se acueste boca a bajo y una amiga le salte encima. Son testimonios textuales”, comentó. 

Durante la entrevista Rosabetty Muñoz también se reconoció heredera de la naturaleza y la mitología de su tierra natal. De ese modo, sostuvo: “Me declaro una poeta situada que escribe desde un lugar y una cultura especial (…). A muchos de los poemas sólo les he puesto el título, lo demás son frases y expresiones escuchadas de la gente de la isla. Me encantaría ser una especie de voz que se deja traspasar por esta mirada”.

“La palabra está marcada por el origen las experiencias vitales, pero una de las cuestiones que comentamos los sureños es que para ser reconocido o leído hay que irse a vivir a Santiago. Todos sabemos que Gabriela Mistral murió declarándose provinciana y lo mismo Teillier, pero ellos se fueron a vivir a Santiago y por eso tuvieron algún foco o visibilidad de su obra”, apuntó la escritora. 

rosabetty muñoz postulación

La autora también indicó que para ella la poesía siempre se ha adelantado a los tiempos, hablando de crisis o pandemias. No obstante, manifestó que aún pesa una carga sobre ella y que esto se remonta a las escuelas: “Hay un flaco favor que se le ha hecho a la poesía, porque muchos parten diciendo que es compleja y difícil de entender. Entonces, hay una pequeña muralla que se forma entre el posible lector. Después está este trato como de desmenuzamiento en los colegios de las figuras literarias: qué es lo que dice el hablante lírico o cuál es la actitud del hablante. Eso eso un horror y no pasa con la narrativa”, cuestionó. 

Del mismo modo, la autora repasó su incursión en las letras a la vez que manifestó que los confinamientos han permitido retomar el vínculo con la cultura: “Desde que tengo memoria estoy pegada a los libros. Prefería quedarme en mi pieza leyendo si estaba metida en algún libro. Ahora, esto de la pandemia y del estar dentro, ha hecho que estemos cerca de todos los bienes culturales, no solamente de la lectura”.

“Encuentro que esto es una tremenda oportunidad (…). Este retorno a los interiores de las casas es también un retorno interior”, finalizó la autora.

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