Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 19 de abril de 2024


Escritorio

Turismo y conservación de la naturaleza post COVID-19: ¿Cómo seguimos?

Columna de opinión por Cristóbal Pizarro, Sofía San Martín, Diego Garrido, Carlos Ortega, Marcela Bustamante, Claudia Peralta, Nathaly Walker
Miércoles 9 de septiembre 2020 19:42 hrs.


Compartir en

Debido a la pandemia de COVID 19, la actividad turística se ha paralizado por completo. Sin embargo, sabemos que vendrá una reactivación que traerá desafíos desde lo sanitario hasta la conservación de la naturaleza y el resguardo del patrimonio de las comunidades. ¿Estamos realmente preparados para ejercer un turismo sostenible post- pandemia?

La recreación al aire libre y la conexión con la naturaleza son necesidades básicas para los seres humanos. De hecho, ni el riesgo de infección ni las restricciones sanitarias fueron suficientes para impedir que las personas se desplacen en busca de contacto con la naturaleza. Este deseo se ha expresado incluso en contra la voluntad de las comunidades locales y ejemplos en la prensa sobran, sobre personas ingresando ilegalmente a Parques Nacionales como Conguillío y Nahuelbuta, dejando además basura y encendiendo fogatas con el consecuente riesgo de incendio. Esta situación muestra un profundo problema de educación y de cómo expresamos nuestras necesidades sin respeto a lo que nos beneficia.

Las condiciones prexistentes en planificación territorial y políticas públicas no aseguran el resguardo de comunidades ni destinos turísticos de naturaleza. En Chile tenemos políticas públicas apuntadas fuertemente hacia el fomento y la promoción del turismo, pero que son débiles en términos regulatorios, de información e infraestructura crítica. Por ejemplo, las Áreas Silvestres del Estado poseen un número insuficiente de guardaparques y personal  y pocas atribuciones para velar por regular el comportamiento de los turistas. En la mayoría de los casos, desconocemos sus capacidades, carga e interacciones con poblados y ciudades aledañas; información que es clave para manejar el “sistema turístico”, y adecuar una educación al visitante congruente con los desafíos.

La precariedad económica y el turismo manejado “como siempre” genera el riesgo de que luego del boom de la reapertura el turismo genere un alto riesgo sanitario, de informalidad y deterioro de los destinos con el consecuente impacto sobre el ambiente, las comunidades y servicios locales. La literatura internacional muestra que esta situación en el largo plazo afecta la calidad de la experiencia turística y lleva al agotamiento y pérdida de la autenticidad de los destinos.

¿Qué puntos serían claves de abordar en una estrategia de turismo sustentable post-Covid 19? Más que un “paso a paso” temporal, una estrategia adecuada debe considerar los elementos emergentes y también las prioridades anteriores a la situación de pandemia. Por ejemplo, una situación económica ya deteriorada nos hace prever que el visitar a la familia se transformará en una forma muy relevante de turismo local. Por ende, es necesario priorizar medidas relacionados con el cuidado y educación en sectores rurales dentro de grandes destinos turísticos y atractivos cercanos a grandes sitios urbanos. En la región del Bío Bío, por ejemplo, se puede mencionar el recientemente declarado Parque Nacional Nonguén y los sectores litorales del Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén.

La incertidumbre es más que nunca un elemento forzante en la planificación hacia el manejo adaptativo. Por la crisis mundial, los rebrotes en el primer mundo, sabemos que debe modificar y adaptar el sistema turístico para que sea más seguro, asumiendo que nuevas situaciones y rebrotes puedan ocurrir en el corto y el mediano plazo. En ese sentido, la reactivación gradual del turismo debe ir acompañada en una inversión en mejoramiento de la infraestructura, capacitación de operadores y restauración del patrimonio que hoy ya se encuentran deteriorados, por descuido, mal uso y poca protección. Así, mejoramos las posibilidades para que comunidades puedan manejar sus destinos frente un posible “boom” turístico.

¿Cómo se puede ir preparando a la población y a los destinos turísticos post pandemia, particularmente el turismo de áreas naturales? La educación al visitante y capacitación a las comunidades receptoras debe fomentar una “cultura turística del cuidado”, en sentido medioambiental y social. Estos programas deberían ser multisectoriales y ser dirigidos a futuros visitantes usando ampliamente los medios de comunicación. Operadores y prestadores de servicios locales deben estar en capacitación y empoderamiento permanente, porque de ello depende el resguardo de la bioseguridad, que incluye no sólo el contagio del COVID-19, si no también otras enfermedades como el Hanta Virus.

Debemos avanzar hacia una buena gobernanza con políticas públicas, investigación e infraestructura para un turismo nacional de calidad. Decisiones basadas en la evidencia son claves y el turismo actualmente no es reconocido un “ámbito de aplicación” en FONDECYT. El uso de la información sobre necesidades y puntos críticos son claves para diseñar políticas que aseguren la vitalidad de destinos turísticos. Indicadores adecuados pueden permitir el mapeo y la anticipación de situaciones de colapso y conflicto, por ejemplo, entre el turismo y las comunidades. Un fomento sin criterios claros de cuidado y regulación es insostenible y eso debería estar como primera línea de trabajo en una gobernanza compartida no solo por CORFO y SERNATUR, sino también con el Ministerio de Ciencias, el futuro SBAP, y actualmente la CONAF. Las municipalidades y las organizaciones locales deben participar en decisiones compartidas.

Sin naturaleza ni patrimonio no hay turismo, y un turismo no regulado lleva al colapso y deterior del capital natural y cultural de las comunidades. Estos esfuerzos deben ser respaldos con inversión pública y privada, porque lo que hagamos hoy es clave para el futuro.

 

Los autores son profesor y estudiantes Turismo y Sustentabilidad, Facultad de Ciencias Forestales, Universidad de Concepción.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.