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Los ⅔ de la discordia: Oposición y expertos discrepan sobre efectos del quórum en el proceso constituyente

Sería uno de los temas que, según actores políticos, está "pasando colado”: las reglas que definirán el trabajo del eventual órgano constituyente y, en particular, la definición que se tomó en noviembre pasado de implementar un quórum de ⅔ para las definiciones de la Convención. Si bien parte del tema se zanjó hace meses, todavía quedan detalles por definir que mantienen el debate abierto.

Tomás González F.

  Martes 22 de septiembre 2020 17:51 hrs. 
acuerdo constitucion

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A casi un mes de que Chile decida si quiere o no una nueva Constitución y el mecanismo a través del cual se redactaría, uno de los temas que acapara la atención de la oposición es el debate en torno a la democratización del proceso y los reglamentos a través de los cuales debiera operar el eventual órgano constituyente; en donde el quórum de ⅔ acordado en noviembre sigue generando dudas y resquemores.

La preocupación por el riesgo de desperdiciar una oportunidad considerada “histórica” se ha hecho latente, sobre todo en los últimos días, donde distintas figuras protagónicas de la derecha chilena se han sumado a la discusión, manifestando varios de ellos intenciones de votar por la opción ‘Apruebo’ y enfocar sus esfuerzos en ir a dar la pelea a la Convención Constitucional o Mixta. Hay, de vuelta, dentro de la oposición quienes se han manifestado preocupados y dicen que, en este debate, hay discusiones que están pasando “coladas”. Sobre todo las que tienen que ver con las reglas que definirán el trabajo en el órgano constituyente y, en particular, con la polémica definición que se tomó en noviembre pasado de implementar un quórum de ⅔ para las definiciones de la Convención. Si bien el tema se zanjó hace meses, todavía quedan detalles por definir y es por eso que el debate aún no ha terminado.

Justamente este lunes, en una vocería realizada desde el Palacio de La Moneda, el Gobierno se pronunció al respecto, defendiendo el quórum de ⅔ y argumentando en favor de los “grandes acuerdos”. Fue el ministro Jaime Bellolio quien sostuvo que el Gobierno busca presentar una propuesta de reglamento para el órgano constituyente, argumentando que sin “grandes acuerdos” la nueva Constitución carecería de coherencia y conexión con la ciudadanía.

Nosotros creemos que ⅔ significa que haya grandes acuerdos de mayoría, pero también que haya coherencia, y esa coherencia requiere que las distintas partes sean capaces de conversar. De lo contrario va a haber una Constitución que va a ser inconexa, incoherente, lo cual sería el fracaso de una Convención”, sentenció el ministro Secretario General de Gobierno.

En una vocería desde el Palacio de La Moneda, este lunes el ministro Secretario General de Gobierno, Jaime Bellolio, recalcó la posición del Ejecutivo en torno al quórum de dos tercios con el que deberá sesionar el eventual órgano constituyente. Foto: Segegob.

En una vocería desde el Palacio de La Moneda, este lunes el ministro Secretario General de Gobierno, Jaime Bellolio, recalcó la posición del Ejecutivo en torno al quórum de dos tercios con el que deberá sesionar el eventual órgano constituyente. Foto: Segegob.

Pero es la experiencia en nuestro país con el quórum de ⅔ la que hace dudar a los sectores de izquierda y centro-izquierda. Calificado como uno de los “cerrojos” de la Constitución de Pinochet, se ha convertido en uno de los recursos que han utilizado los sectores partidarios del statu quo del país para evitar cambios, justamente lo que temen que suceda en un eventual órgano constituyente.

Así lo planteó el alcalde frenteamplista de Valparaíso, Jorge Sharp, quien conversó en nuestro programa Radioanálisis sobre el debate que se viene post 25 de octubre y planteó que, para él, el principal desafío que tendrá la oposición es lograr hacer aún más democrático, cualquiera sea, el órgano constitucional.

“El 25 de octubre hay que ir a votar ‘Apruebo’ y hay que votar ‘Convención Constitucional’, porque eso representa la política democrática más avanzada en el marco que tenemos hoy. Sin embargo, el problema de fondo es que esa Convención Constitucional no es del todo soberana, tiene algunos mecanismos contra mayoritarios, los mismos que tiene la Constitución de Pinochet, para impedir la expresión de las mayorías. Y el desafío que necesariamente tiene que tener la oposición es cómo se democratiza ese sistema de reglas para evitar la frustración que va a generar”, sostuvo.

“Porque la derecha va a tener un tercio y se va a ir a oponer a los cambios, si lo han hecho 30 años. Ellos entendieron el estallido social como un estallido delincuencial. ¿Qué van a ir a hacer a la Convención Constitucional? Si lo dijo Longueira, lo ha dicho Lavín y lo han dicho aquellos que están a favor del ‘Apruebo’ (en ese sector); la derecha está pensando lúcidamente en los próximos dos años, otra cosa es que tengan un Presidente como éste, que está deslegitimado, pero no están guardados en una esquina, en ningún caso”, sentenció Sharp.

El desafío que tiene la oposición es democratizar esa Convención Constitucional, democratizar las reglas. ¿Por qué en esas discusiones tan difíciles y tan duras, como puede ser la de declarar o no el agua como un bien de uso público, en vez de la regla de los ⅔, le preguntamos a la gente a través de plebiscitos programáticos, por ejemplo? Eso se ha hecho en otros procesos constituyentes”, planteó el jefe comunal de Valparaíso.

Sin embargo, la oposición al quórum de los ⅔ no es generalizada dentro del amplio espectro que impulsa la opción ‘Apruebo’ y que quiere una nueva Constitución redactada por una Convención Constitucional. Dentro de la ex Nueva Mayoría defendieron este punto en las conversaciones que generaron el recordado acuerdo de noviembre pasado y hacen una diferencia entre la llamada “trampa” de los ⅔ en la Constitución del ‘80 y el quórum para aprobar las normas en el órgano constitucional.

El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp (Frente Amplio), planteó que, para él, el principal desafío que tendrá la oposición es lograr democratizar aquella Convención Constitucional. Foto: Agencia UNO.

El alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp (Frente Amplio), planteó que, para él, el principal desafío que tendrá la oposición es lograr democratizar un eventual órgano constituyente. Foto: Agencia UNO.

Así lo planteó el abogado constitucionalista y académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, Francisco Soto, quien sostuvo que es necesario tener quórums altos que aseguren grandes acuerdos, precisando que en el caso de la Convención los temas no resueltos podrán ser solucionados a través de leyes simples y con mayoría simple, por lo que no lo considera en sí, poco democrático. “En la Constitución del ‘80, la idea de establecer los ⅔ les permite justamente establecer un veto siendo minoría. Pero eso no pasa con la otra forma, ni en la Convención ni en el derecho comparado, porque en general las constituciones son elaboradas a partir de grandes acuerdos, y lo que persiguen los ⅔ es lograr eso”, indicó el académico de la Universidad de Chile.

“Si ese acuerdo no se logra queda como una ley simple, y basta que el Congreso lo acuerde con una mayoría simple. Así es que no opera el veto que sí opera en la Constitución del ‘80. Entonces, el tema de una súper mayoría para reformar o elaborar la Constitución, en sí, no es no-democrático. Esto es un instrumento que se creó en la Constitución del ‘80 y opera justamente para que la minoría pueda controlar a la mayoría, pero en el caso de la Convención Constitucional esa fórmula no se da”, aseguró Soto.

En ese sentido, sostuvo que hay desafíos más importantes para el espectro político y que también tienen que ver con la democratización del proceso, pero en términos de acercar la discusión constitucional a la ciudadanía y que ésta tenga una participación activa, tanto en la integración del eventual órgano constituyente como en las discusiones que se llevarán a cabo en su interior.

La pregunta es: ¿Cómo acercamos a la ciudadanía a las definiciones constitucionales? Y ése es un problema que tendríamos si los acuerdos se dan por mayoría simple o si se dan por ⅔. De todas maneras, porque finalmente los representantes tienden a encapsularse y es un problema que se da no sólo en Chile, sino que en el mundo. Entonces, los mecanismos de participación del ciudadano ‘de a pie’ son claves en el proceso, y es algo que no hizo la reforma al Capítulo XV y que va a tener que hacer la Convención en su reglamento”, concluyó el abogado y académico de la Facultad de Derecho.

La idea que se ha intentado instalar desde el oficialismo es que la Convención Constitucional debiera aprobar el texto final por ⅔ antes del plebiscito de salida. Pese a que esa idea fue expresamente descartada en el acuerdo de noviembre, el entonces senador RN Andrés Allamand -hoy Canciller- la planteó días después del acuerdo generando roces con la oposición; pero este domingo, a casi un mes del plebiscito, fue reiterada por el ministro de la Segpres, Cristián Monckeberg, y secundada este lunes por su par de la Segegob, Jaime Bellolio. Pero hay quienes dicen que esto implicaría el fracaso total del proceso constituyente.

El abogado constitucionalista, doctor en Derecho y académico de la Universidad de Valparaíso, Jaime Bassa. Foto: UValparaíso.

El abogado constitucionalista, doctor en Derecho y académico de la Universidad de Valparaíso, Jaime Bassa. Foto: Universidad de Valparaíso.

Es el caso del abogado constitucionalista, doctor en Derecho y académico de la Universidad de Valparaíso, Jaime Bassa, quien conversó con nuestro medio respecto del dilema de los ⅔ y las maneras de hacer más democrático un proceso histórico para nuestro país. En ese sentido, Bassa recalcó que, para que la deliberación constituyente pueda ser del todo democrática, es necesario dejar de lado las interpretaciones “mañosas” y que los actores que participen -políticos principalmente- actúen de buena fe. Si se va a empujar de mala fe esta interpretación mañosa de que el texto conjunto, en su totalidad, va a tener que ser aprobado por ⅔, el proceso constituyente va a fracasar”, sostuvo el constitucionalista.

“Esa condición va a hacer que fracase porque está obligando a los sectores políticos y ciudadanos que participan del proceso, a concurrir con exigencias que no han sido discutidas democráticamente, que fueron descartadas en noviembre y que generarían una discusión constituyente más gravosa que la propia reforma constitucional de hoy día“, sostuvo Bassa, ejemplificando que hoy no todo el texto constitucional se reforma con ⅔ de quórum, sino que hay una parte importante que se reforma con ⅗.

“Esto fue desechado en su momento porque la condición para que el proceso constituyente funcione es que, efectivamente, durante la deliberación constituyente, se puedan discutir por partes, por artículos, los asuntos de manera separada. Porque si va todo junto a una misma discusión, se va a perder esa potencia transformadora que tiene el proceso constituyente y vamos a terminar generando las condiciones para que la derecha vete el proceso, lo entorpezca y finalmente éste fracase“, concluyó el abogado.

La ruta constituyente fijada en el acuerdo de noviembre pasado, estableció el plebiscito de entrada que se llevará a cabo el próximo 25 de octubre. De ganar la opción ‘Apruebo’ y la ‘Convención Constitucional’, en abril se deberá elegir a través de las urnas -y con el mismo reglamento que las elecciones parlamentarias- a los 155 convencionales que integrarán el órgano y se dedicarán a la redacción de la nueva Carta Magna. El mismo acuerdo establece que todos los artículos de ésta deberán ser aprobados con un quórum de ⅔, es decir, en la práctica, el apoyo de al menos 103 integrantes de la Asamblea.

¿Cómo lograr una mayoría así de amplia que logre impulsar cambios profundos? Es ahí donde está el principal desafío de quienes buscan dejar atrás el actual modelo e impulsar cambios profundos en el país.

El 14 de noviembre de 2019, a poco menos de un mes del estallido social del 18 de octubre, los partidos políticos se reunieron y lograron establecer un acuerdo para dar inicio al proceso consituyente impulsado por la ciudadanía movilizada. Foto: Agencia UNO.

El 14 de noviembre de 2019, a poco menos de un mes del estallido social del 18 de octubre, los partidos políticos se reunieron y lograron establecer un acuerdo para dar inicio a un proceso constituyente impulsado por la ciudadanía movilizada. Foto: Agencia UNO.

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