Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


Escritorio
Educación

Profesores ante la historia

Columna de opinión por Sebastián Henríquez
Viernes 16 de octubre 2020 8:50 hrs.


Compartir en

Los 16 de octubre conmemoramos el día del profesorado, fecha que coincide con la fundación del Colegio de Profesores de Chile, valga la redundancia. Aunque este hito fue bajo un decreto de 1977, en plena dictadura militar, no deja de ser simbólico la coincidencia de fechas.

Desde mediados del siglo XIX, cuando se fundó la Escuela Normal de Perceptores, los profesores no se limitaron a un actuar centrado sólo en su quehacer en las aulas. Sino que siempre se vincularon con los problemas sociales más relevantes, siendo protagonistas de las protestas. Ya en 1860 fueron agentes claves en la extensión de la cobertura de la educación pública, promoviendo la Ley General de Instrucción Primaria, momento clave en la construcción del Estado Docente. En este sentido, el movimiento de profesores y profesoras se transformó, quizás, en el primer actor que propuso una idea de qué es lo público y cómo esto se vinculaba con el resto de la sociedad chilena.

Otro momento clave en la historia de nuestro gremio fue la realización en 1902 y en 1912, de sendos Congresos Nacionales de Enseñanza Pública y Secundaria, respectivamente. Las conclusiones de estos encuentros, permitieron encauzar la vinculación del sistema escolar con los otros ámbitos del país, tales como: economía, formación técnica, capacitación laboral, deberes de la enseñanza privada, infraestructura de los liceos, reforzamiento de investigación, etc.

Como podemos apreciar, las y los docentes poseemos una preocupación histórica por el sistema educacional en su conjunto, desarrollando un proyecto pedagógico propio, que fue compartido con el resto de los actores involucrados y marcó la pauta de desarrollo educativo en general. Podemos decir, sin exagerar, que estos hitos permitieron apurar la aprobación de la Ley de Educación Primaria Obligatoria en 1920 y consolidar el Estado Docente.

Lamentablemente, toda esta tradición fue destruida por la dictadura militar. La organización docente fue aniquilada y su participación quedó relegada a ser meros espectadores de los cambios en educación. A nivel de aula, su tarea quedó circunscrita a la implementación didáctica y al disciplinamiento de sus estudiantes. Luego de años de lucha, el Magisterio logró apropiarse del Colegio de Profesores creado por la dictadura, dándole un sentido de lucha social y democrática en contra de Pinochet. A partir del retorno a la democracia, esta identidad se fue diluyendo por los beneficios otorgados por los gobiernos de la Concertación, como el Estatuto Docente. A esto se suma el incremento de profesores que se empezaron a desempeñar en el mundo particular subvencionado, espacios laborales con escasísimas tasas de sindicalización y/o organización docente.

Desde el año 2015, podemos fechar el resurgir del movimiento docente, donde ha destacado nuevamente su histórica capacidad de levantar un proyecto pedagógico propio, generando propuestas concretas y procesos de movilización nacional de alto impacto en la agenda política nacional. De cierta forma, volvemos a la potencia de la década de los 20 del siglo pasado: un movimiento docente activo con un proceso constitucional en curso.

En este día de las profesoras y profesores, el llamado es a valorar la labor docente en nuestra sociedad y reconocerles su papel en nuestra historia nacional, que no es otra cosa que ser agentes de cambio, movilización, propuestas y democratización de la sociedad en su conjunto. Esta potencia creadora, junto con la del resto de los actores sociales de Chile, debe estar plasmada en la nueva Constitución. De no ser así, nos estaríamos farreando nuevamente la oportunidad de tomarnos la educación pública en serio, o sea, de entenderla como derecho garantizado para todos y todas.

¡Feliz día, colegas!

*  El autor es presidente del comunal Ñuñoa del Colegio de Profesores de Chile.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.