Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 24 de abril de 2024


Escritorio

Columna del Director Patricio López P.
Lunes 26 de octubre 2020 18:14 hrs.


El Día Después: Todo está todavía en disputa



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Hay noches en la vida de los pueblos donde todo parece posible. Donde todo es horizonte y posibilidades. En el transcurso de la vida, me ha tocado conversar con muchos viejos que recuerdan con los ojos vidriosos haber estado frente al balcón de la Fech, en la Alameda, la noche del 4 de septiembre, cuando Salvador Allende hizo su alocución luego de la victoria relativa de la Unidad Popular. Otras y otras han invocado en los últimos días la difícil y luego eufórica noche del 5 de octubre de 1988, cuando se confirmó el triunfo del No en el plebiscito que decidía la continuidad del general Augusto Pinochet. Asimismo, es probable que la noche que acaba de terminar resulte inolvidable para el pueblo, especialmente para aquellos que salieron a las calles como en el caso de la Plaza Italia.

Justo un año después de la llamada Marcha más grande de Chile, la expresión rotunda de los votantes decidió que Chile debía tener una nueva constitución, y que aquello debía hacerse a través de una convención enteramente elegida. Desde el sábado nuestro fue posible apreciar el entusiasmo de los votantes de Oceanía, tal como largas filas en las horas siguientes en varias ciudades de Europa. En nuestro territorio, los adultos mayores vencieron el miedo a la pandemia y los jóvenes se volcaron a los locales de votación con no lo habían hecho antes, convirtiendo a ésta en la contienda electoral con más participación desde que existe el sistema de voto voluntario.

El mandato de ayer fue para la realización de cambios profundos. Para que la Constitución sea garante de la construcción de una vida común donde quepamos todos. Para que las mayorías puedan ver legítimamente expresada su condición en las decisiones institucionales, con respeto a las minorías. Para que la solución a los asuntos centrales de nuestra vida -salud, educación, previsión y otros- sea colectiva y no individual. Para estos efectos, es imposible no hacer mención a que solo ganó el Rechazo en las tres comunas más ricas del país: Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura. Qué más demostración de que solo una muy pequeña minoría se ha sentido beneficiada por esta constitución. Y qué mayor demostración de que la carta fundamental que hoy nos rige ha sido escrita para favorecer a los sectores más acomodados y no a las mayorías. Eso es lo que no se tolera más y debe cambiar.

El mandato es también, para renovar la relación entre gobernantes y ciudadanía. La función representativa de la política inherente a las democracias ha funcionado transversalmente mal durante los últimos lustros. Es, pero no tanto, un problema de personas: algo tenía este sistema que hacía al pueblo votar, pero no elegir ni tener poder. Algo parecido a lo que cantaba Violeta Parra: “miren cómo redoblan los juramentos/ pero después del voto, doble tormento”. Esos versos, que cronológicamente corresponden a otra época, serían sin embargo adecuados para describir los tiempos recientes. En ese sentido, el Gobierno desperdició anoche por enésima vez la oportunidad de interpretar la voluntad popular, prefiriendo en cambio adecuar la realidad a los propios argumentos, de un modo que, ya está confirmado, la gran mayoría de la población no comparte.

En fin, la noche ya ha pasado y ha vuelto la luz del día. El camino recién comienza y los desafíos luego del despertar son tan o más relevantes que los que existían hasta el día de ayer. El itinerario contempla la elección de la Convención Constitucional y luego la redacción de la nueva carta fundamental. La Historia demuestra que, ahora más que nunca, la ciudadanía debe estar atenta y movilizada para que la voluntad popular se exprese en la institucionalidad que comienza a nacer.

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