Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


Escritorio

La balada de la Flavia y el Maicol

Columna de opinión por Dino Pancani Corvalán
Lunes 26 de octubre 2020 19:59 hrs.


Compartir en

Días antes del plebiscito  tres de los personajes de la serie El Reemplazante presentaron una escena que inducía a “suspender” la rabia, el descreimiento, y votar Apruebo y Convención Constitucional. Después de más de un mes de emisiones de la franja electoral por el Apruebo, los partidos incorporaron al grupo etario y socioeconómico más ausente en la discusión constituyente, aunque el más activo en las luchas sociales que se desplegaron desde octubre de 2019 y, por cierto, el sector más golpeado por las fuerzas represivas del Estado.

La pieza audiovisual muestra a Flavia y Toyita,  con más corazón que argumentos, tratando de convencer a Maicol para que pase a otra fase: de los torniquetes a las urnas. Imagino que el actor Sebastián Ayala y la actriz Karla Melo fueron a las urnas; pero según los resultados del Plebiscito por comuna, sus personajes no lo habrían hecho. Al finalizar el día, supimos que no disminuyó la brecha de participación entre las comunas ricas y las pobres; mientras, las tres comunas con más recursos expresaban Rechazo al cambio de la Constitución, las 341 comunas restantes manifestaban un rotundo Apruebo. Ilustro lo señalado: Vitacura tuvo una participación del 60, 3%; un 33% estuvo por marcar apruebo y un 67% rechazo,  a su vez, La Granja tuvo una participación del 57,3 % y sus preferencias fueron casi un 88 % apruebo y 12 % rechazo.

La participación de casi un 51% del padrón electoral, mantiene la ecuación: las demandas y reivindicaciones las elevan y sostienen los sectores populares, en cambio,  la discusión y la síntesis la consensúa la élite, así lo dibujaron el 15 de noviembre del 2019 y así se manifestó en octubre del 2020, independientemente que votó más gente que en las elecciones anteriores; para cambiar esta situación, es necesario que vote como mínimo un 70% del padrón electoral.

No sentirse convocado a participar del proceso constituyente no es responsabilidad de las flavias y los maicol, es consecuencia de un croquis excluyente, de políticas públicas discriminatorias, de marginalidad y del actuar de políticos/as que, a pesar de anunciar que aprenden y escuchan a  la gente, cada vez que se les permite “coger un respiro”, vuelven a su matriz: asumir el quehacer político como una actividad al servicio del poder socioeconómico y un truco para quienes padecen la desventura. Por otra parte, ayer, al optarse por una Convención Constituyente,  fueron castigados quienes ejercen la política como oficio: el mandato de la consulta popular es claro: 8 de cada 10 votantes, no quieren al parlamento en la elaboración de una nueva Constitución.

Al exigir y organizarnos, tengamos presente que el contundente triunfo del Apruebo y la Convención Constitucional es gracias a las movilizaciones que se iniciaron en Octubre del 2019 y, la consagración de ese triunfo, es para construir una Nueva Constitución transformadora y ciudadana.

Consideremos que esa aspiración sólo será posible si se logra conjugar: a) organización y movilizaciones territoriales permanentes: reivindicativas, de denuncia y propositivas; y b)  ampliar la cantidad de votantes en las elecciones de los/as constituyentes, lo cual presupone dejar fuera a quienes, a pesar de sus trayectorias como sostenedores de la Constitución del 80, ven en el espacio que se abre, una oportunidad para perpetuarse en las instituciones tomadoras de decisión.

La tarea que viene se puede resumir: el pueblo se enfrenta a un establisment que no escucha, ni tiene voluntad de abrir espacios más democráticos, es una lucha de abajo hacia arriba, de demócratas v/s autoritarios, de progresistas enfrentando a un grupo tan licuado como camaleónico, que dice abrazar banderas multicolores, sin embargo, cuando se trata de defender intereses de quienes se han apropiado de los recursos del país, adoptan un solo color.

La búsqueda de constituyentes cuyo origen sea reconocido por el movimiento social, presupone también identificar a aquellos sujetos que tienen un comportamiento público y privado que beneficia a los habitantes de las tres comunas del rechazo, se conocen, se sabe de sus preferencias y de quienes financian sus carreras políticas, sabemos cómo se han servido de la Constitución y sus leyes para mejorar sus condiciones de vida, en desmedro de la gran mayoría. No los votes, nos los votemos y construyamos una Nueva Constitución: paritaria, diversa, plural y democrática.

La faena que se avecina, Maicol y Flavia pueden transformarla en épica, consiste en buscar rostros que nazcan o se identifiquen con los cientos de cabildos que se realizaron desde hace un año; con organizaciones sociales, vecinales, culturales y sindicales, entre otros lugares que darán legitimidad y democracia a la Convención Constituyente.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.