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La “Maleta Textil” que promueve la reconciliación en Colombia

Colectivos de mujeres víctimas del conflicto armado, de los sectores de Sonsón, Quibdó, Bojayá y Mampuján, intercambiaron regalos y mensajes a través de una bolsa de manos con tecnología digital que promueve la escucha y el entendimiento.

Diario Uchile

  Viernes 6 de noviembre 2020 8:08 hrs. 
Bordado

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Una bolsa de manos que transportaba regalos entre cuatro comunidades de Colombia y que avisaba -mediante mensajería de texto- cuando el obsequio era recibido, fue el artefacto utilizado por el equipo de investigación liderado por la antropóloga Tania Pérez-Bustos para promover procesos de reconciliación en ese país, en el marco del proyecto “Remendar lo nuevo” (grupos de investigación de Colombia y el Reino Unido 2018-2020)

Primero, las investigadoras realizaron un trabajo etnográfico con cuatro colectivos de mujeres que se reconocían como víctimas del conflicto armado en los sectores de Sonsón, Quibdó, Bojayá y Mampuján. Allí, el equipo acompañó a cada comunidad en sus actividades cotidianas para explorar su trabajo textil y lo que había significado para ellas en el contexto de la guerra interna.

Comenzó luego el diseño de lo que denominaron “Textil digital testimonial”, la bolsa de mano que transportaría las encomiendas con una tecnología que permitía incorporar los mensajes de texto, a través de un circuito con una serie de componentes electrónicos que actuaban cuando la maleta se abría “mientras se iba abriendo generaba expectativa, emoción, las personas empezaban a imaginarse cuándo llegaría de vuelta la encomienda” explica Pérez Bustos.

Por otro lado, el proceso de investigación social de cada uno de estos artefactos contribuyó a la configuración de un sentido de comunidad entre los colectivos y de los colectivos con el equipo de investigación. Además, las bolsas con los regalos eran transportadas de comunidad en comunidad por estos investigadores -que cumplían una labor de mensajería- y que podían observar en el trayecto cómo las prácticas de intercambio contribuían con la reconciliación.

La encomienda, trataba de generar una sensación de cercanía, partiendo de la base de que los artefactos pueden viajar y llevar las historias de sus creadores, uniendo a la distancia. Esta “maleta textil”, entonces, fue construyendo vínculos afectivos entre las comunidades, quienes preparaban y enviaban los regalos con mucho cuidado. Sin embargo, considerando el contexto, hubo un temor inicial “el artefacto parecía una bomba. No se animaban a abrir la maleta o la abrían con cautela” cuenta Tania, agregando que fue labor del equipo que entregaba la encomienda generar la confianza, ya que a través de la escucha podían entender qué significaba el temor en medio del conflicto que las comunidades habían vivido.

El recorrido de la bolsa de escuchas

Esta escucha que se activaba con la primera recepción de la encomienda, influía en el diseño de los próximos artefactos y así, las historias que servían para pensar los procesos de diseño iban posibilitando el encuentro entra las diferencias. La primera experiencia se desarrolló en el municipio de Manpuján. Desde allí, las mujeres enviaron semillas, recetas y trabajos textiles al costurero de las Tejedoras de Memoria de Sonsón, quienes plantaron las semillas recibidas, cocinaron las recetas y enviaron de vuelta cartas, recetas y una semilla de pino que representaba el desafío de la reconciliación en el territorio, tras la masacre de un grupo de jóvenes de la Universidad de Antioquía, ocurrida el año 2002. Después del envío de esta segunda encomienda se posibilitó un encuentro en Guayacán, donde las participantes escucharon atentamente la nota que acompañaba las semillas de pino, tras lo cual decidieron grabar y enviar una canción en la que compartían su deseo de paz.

La investigadora explicó que estas nuevas formas de escucha a través del hacer textil no solo están relacionadas con la capacidad de producir relato, sino que también con la necesidad de acompañar procesos e imaginar otros mundos posibles a través de lo performático y lo especulativo. De esta manera, la investigación social se nutre del diseño y del arte, pero de una manera crítica para enfocarse en el proceso pues, como dice Tania, aquí “los artefactos están haciendo la reflexión y las comunidades tienen muy claro lo que permite la psicología de la aguja”.

Tras los primeros viajes se incorporaron una serie de detallados cambios a la encomienda, pues el gesto de abrir y cerrar, la humedad y la carga la habían dañado. El equipo se encargó de preservar el artefacto, desmontando el circuito electrónico, lavando a mano la bolsa y sus telitas, secándola luego con semillas y arroz y café. Luego, cocieron a mano todo el circuito electrónico de la bolsa, reprogramaron los componentes digitales y agregaron parches bordados representativos de cada grupo, basados en los regalos que se habían enviado “la bolsa se convirtió en un artefacto lleno de color, que los hacía sentirse identificados”, relata Tania.

Más adelante se realizó una Minga Digital con estudiantes de Bogotá, que permitió repensar la encomienda gestando un nuevo artefacto: unos parlantes bordados en espiral, con un hilo conductor que amplificaba el sonido que guardaba si se escuchaba desde muy cerca. Estos parlantes viajaron dentro de la encomienda, como regalo del equipo de investigación a los colectivos. Luego, se invitó a las mujeres a tejer sus propios parlantes, bordando el hilo conductor, para escuchar un poema enviado “hablaban de los sonidos de la guerra y el conflicto que no querían volver a oír nunca más y de los sonidos actuales que si les gustaban” cuenta Pérez-Bustos, concluyendo que “escuchar implica trabajo, cuidado y dedicación y la ingeniería de los parlantes permitía eso”.

Tania concluye que “Remendar lo nuevo” buscó comprender cómo estas mujeres han documentado el conflicto “Encontramos allí historias de duelo y de fortaleza, además del potencial para construir nuevos vínculos. Desde la investigación social el llamado es a relaciones cuidadosas con las comunidades con las que trabajamos, para entender problemas y vivencias que no nos pertenecen a los investigadores”.

Estrategias metodológicas para territorialidades enmarañadas

Tania Pérez-Bustos es antropóloga y comunicadora social, además de Doctora en Educación, con maestría en Estudios del Desarrollo. Es directora de la Escuela de Estudios de Género de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. Investiga los oficios textiles artesanales como tecnologías de conocimiento y cuidado y forma parte de la colectiva Artesanal Tecnológica

Su charla “Una reflexión situada sobre la bolsa de mano y el bordado de escuchas” abrió el curso internacional “Estrategias metodológicas para territorialidades enmarañadas” organizado por el Núcleo Milenio Movilidades y Territorios (MOVYT), el Doctorado en Territorio, Espacio y Sociedad (DTES) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, Contested Territories y el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).

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