El miércoles recién pasado la Cámara de Diputados aprobó, por 76 votos a favor, un proyecto de resolución que solicita al Presidente Sebastián Piñera adoptar medidas frente a la crisis sociosanitaria que ha afectado al sector de la cultura y las artes.
La medida, impulsada por la bancada de diputados y diputadas del PPD, también instó al Mandatario a considerar la remoción de la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés. En esa línea, el texto emplazó a la secretaría de Estado a seguir una postura “dialogante” y “proactiva” con el objetivo de revitalizar al sector.
Carolina Marzán, actriz y diputada miembro de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, señaló que esta resolución surge en un momento complejo para los artistas y gestores, ya que pese a los fondos concursables existentes y los protocolos de apertura elaborados para espacios culturales, los artistas y gestores no han sido auxiliados por el Gobierno: “Hoy los trabajadores y trabajadoras están absolutamente en precarizados. Están con ollas comunes. No han recibido ningún beneficio del Estado, porque no califican producto de la naturaleza del sector”, dijo la parlamentaria.
“La comisión se transformó en un muro de los lamentos y es terrible, porque nosotros no tenemos ninguna atribución sobre los temas económicos. Esa atribución la tiene el Ministerio de las Culturas, por eso cuando la Ministra dijo ‘un peso que se coloque en Cultura deja de colocarse en otro lado’ fue lamentable. Fue entender que la Ministra le estaba cerrando la puerta a las organizaciones. Fue doloroso y lamentable”, añadió la actriz.
¿Cómo evalúa la gestión del Ministerio de las Culturas frente a la crisis?
Voy a transmitir todo el pesar que nos han manifestado las diversas organizaciones a lo largo de todo Chile. Hay una crisis de representatividad seria. No hay diálogo y, cuando no hay diálogo, no se llega a acuerdos. El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio es la voz de los miles de trabajadores de las culturas de nuestro país, pero no están escuchando, no están interpretando todas aquellas demandas que tiene el sector. Los trabajadores y trabajadoras se sienten profundamente abandonados. Están trabajando solos. El Ministerio se amparó en lo legal en el sentido de que no tienen las facultades para entregar un bono, pero hay un punto que es importante: el Ministerio es el representante del Gobierno, es quien podría dialogar con el Presidente y explicar las necesidades del sector y eso no lo ha hecho.
O sea, nunca se hizo este trabajo interministerial que se exigió en un primer momento…
Desde el inicio de la pandemia hubo muchas reuniones, pero al día de hoy no hay un planteamiento concreto y se tomó al sector como un trabajador formal, general del país. Llegaron desde distintas carteras a plantear los beneficios que tenía el Gobierno, pero explicando de manera muy sutil y gráfica que no calificaban por la naturaleza, por la informalidad. Tenemos a muchas personas de alto nivel educacional que están recibiendo el salario mínimo y muchos no están recibiendo nada.
Considerando el proyecto de resolución que aprobó la Cámara, ¿es la ministra Valdés un interlocutor válido frente a la crisis?
Más que no ser un interlocutor válido, el tema es que no hay diálogo, no hay representación. Quién está a la cabeza es la Ministra y tampoco ha tenido un planteamiento claro. Alguna vez balbuceó la posibilidad de un bono y se le cerró, inmediatamente, la puerta, por parte del Subsecretario de las Culturas, pero era una posibilidad y ella podría haberse puesto firme como la mayor representante del Ministerio, pero tampoco fue así.
¿Cómo se explica esta falta de diálogo?
Primero habría que definir qué es diálogo. Para mi es conversar, es tirar ideas, es democratizar la necesidad y la demanda y llegar a un acuerdo en conjunto. Eso no se ha hecho, el diálogo no ha existido. Hay que ser súper concreto porque el diálogo no es un monólogo. El hecho de que se junten las mesas de trabajo y que se hayan retirado dio cuenta de un quiebre, porque finalmente decían ‘vamos a escuchar’, pero no se materializó nada.
La Comisión Mixta también despachó la partida de cultura en el proyecto de ley del presupuesto 2021, ¿Qué es lo que debería reformularse en esta partida?
Estamos empujando a que llegue al uno por ciento, porque a diferencia de lo que se dice el presupuesto no aumentó. Se hicieron reasignaciones, se sacaron unos dineros de por aquí y por allá. En lo concreto, la UNESCO dice que los países deberían aportar al menos un dos por ciento en cultura y nosotros estamos lejos de eso. Está tan abandonado el sector cultural artístico en nuestro país que no quiero llegar a pensar lo que dicen las mismas organizaciones que sienten que no tienen ayuda porque no le dan voto, visibilidad al Gobierno, porque son un grupo potente, pensante, movilizado, informado, instruido. Eso es profundamente lamentable.
¿Hay posibilidades reales de alcanzar el uno por ciento?
Si vemos que del 0,4 por ciento bajó al 0,3, lo veo bastante difícil. Vamos a ver todas las partidas donde se está rechazando el presupuesto y vamos seguir impulsando medidas, porque si no somos nosotros quienes estamos representando al sector acá donde se toman estas decisiones, no lo va a hacer nadie.