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Museo de Bellas Artes devela una de las exposiciones que fue olvidada producto de la dictadura

Durante el segundo semestre de 1973, el Museo Nacional de Bellas Artes debía inaugurar una exposición proveniente de Argentina que había sido diseñada por Nemesio Antúnez y el gestor cultural Jorge Glusberg. Por más de 47 años, esta serie permaneció en los depósitos del Museo y su origen fue un misterio. No obstante, hoy las piezas forman parte de una exhibición.

Abril Becerra

  Jueves 26 de noviembre 2020 10:33 hrs. 
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En 2017, en el marco de un congreso en Argentina, el investigador Sebastián Vidal Valenzuela dio con unos documentos del Centro de Arte y Comunicación (CAyC) que constaban, a principios de septiembre de 1973, el envío de una exposición a Chile que sería presentada en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) durante el segundo semestre de ese mismo año. Los registros hablaban de una exhibición denominada Hacia un perfil del arte latinoamericano que comprendía 143 heliografías realizadas por 69 artistas de diferentes nacionalidades.  

No obstante, la documentación también evidenciaba dudas respecto del futuro de las piezas producto del Golpe de Estado que se registraría en Chile días más tarde. Los textos eran firmados por Jorge Glusberg, gestor cultural argentino, quien, desde el CAyC, había tomado contacto con el entonces director del Bellas Artes, Nemesio Antúnez, para levantar la muestra que, acorde con los tiempos, tenía una fuerte impronta latinoamericanista. 

Para Vidal, ese fue el punto de inicio de una investigación que lo llevó a colaborar con Mariana Marchesi, directora artística del Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina. Ambos tomaron contacto con el equipo del Bellas Artes para, finalmente, dar con las obras que por más de 47 años permanecieron olvidadas en los depósitos del Museo y que hoy son parte de una nueva exhibición. 

“Gracias al apoyo de investigación del Museo pudimos dar con las obras que habían sido catalogadas como donaciones del CAyC, no como una exposición completa. Por asuntos aduaneros, no hubo mucha claridad y el ingreso de las obras al Museo se produjo en diciembre de 1973 y fueron inventariadas el 74”, comentó Vidal, quien además señaló que las obras se encontraron en perfecto estado de conservación. 

“Estas obras evidencian la relación entre arte e ideología a partir de la implementación neoliberal que se estaba generando en el continente. Se crean en un momento de cierta utopía latinoamericanista y, en ese sentido, son obras que hoy cobran plena vigencia, porque tocan temas ligados al subdesarrollo, a la marginalidad, a la pobreza”, añadió el también académico de la Universidad Alberto Hurtado. 

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Previamente, las obras habían sido presentadas de manera individual, pero nunca antes se habían expuesto tal como había sido proyectado en 1973. De esa manera, la muestra suma documentos que develan los esfuerzos hechos por Antúnez y Glusberg respecto de la exhibición: “Mis idea para esta exhibición ha surgido como respuesta a los sentimientos y deseos de independencia y liberación que sienten los artistas argentinos”, dice un texto escrito por Glusberg.

Bajo la curatoría de Vidal y Marchesi, la exhibición también da cuenta de piezas creadas con materiales precarios a la vez que presenta una serie de mensajes que instan al antiimperialismo: “Usaron un sistema barato y fácil de transportar, por lo tanto, la muestra no sólo se pensó para Chile, sino que para distintos países como Polonia, Estados Unidos, México, Colombia”, dijo Vidal. 

Por su parte, Eva Cancino, encargada de colecciones MNBA, señaló que las obras también dan cuenta de un rol activo de los artistas respecto de su presente. “Las obras que van a poder ver en la muestra posicionan al artista en un rol muy comprometido y estudioso de la situación de su tiempo. Básicamente, el artista aquí no es neutral, a pesar de que se usa un formato súper estandarizado en términos del tamaño y del uso del color”, explicó la profesional.

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Esta muestra también hace un guiño a la exhibición Cuatro artistas chilenos en el CAyC que, organizada por Nelly Richard y Jorge Glusberg en 1985, llevó a Buenos Aires obras de los chilenos Gonzalo Díaz, Eugenio Dittborn, Alfredo Jaar y Carlos Leppe. Entonces, esta muestra surgió con el objetivo de fortalecer los lazos entre ambas naciones en un contexto marcado por la ola de dictaduras en el continente. 

“El rol que cumplió Jorge Glusberg fue central. Él tuvo una estrategia de vincularse no solamente con Chile, sino que con toda Latinoamérica y con algunos circuitos. La personalidad de  Glusberg, fuerte y avasalladora, fue muy importante para el arte latinoamericano. Él se manifiesta muy tempranamente en contra del golpe militar”, afirmó Cancino.

“En el CAyC había una práctica super vinculada a la teoría. No era un arte que corriera por cualquier riel, sino que tenía mucho pensamiento teórico detrás, muchas cosas ligadas al postestructuralismo. Eso los hacía promover algunas prácticas que resultaban un poco experimentales para la época, pensando y reflexionando en torno ala arte latinoamericano”, explicó. 

Esta exposición también marca la reapertura del Bellas Artes. Esto, luego de que en marzo de este año el Museo cerrara sus puertas producto de la pandemia. Sin embargo, la muestra no sólo se limitará a la exhibición, ya que el programa también contempla una serie de conversaciones virtuales que buscan seguir profundizando respecto de la propuesta artística del CAyC.  El segundo de estos encuentros se realizará el próximo dos de diciembre. 

 La muestra podrá visitarse hasta el 28 de marzo de 2021, de manera gratuita y con previa inscripción.

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