María Alicia Gutiérrez, feminista argentina, y discusión por el aborto: “No sólo estamos demandando una ley, sino nuestra libertad, nuestra igualdad”

El proyecto por una interrupción voluntaria del embarazo fue una promesa de campaña del ahora presidente Alberto Fernández. Para la socióloga e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito las chances que esta vez sí se legalice el aborto voluntario son muy amplias, pero advierte que los opositores a esta iniciativa están movilizados tanto política como socialmente para impedirlo.

El proyecto por una interrupción voluntaria del embarazo fue una promesa de campaña del ahora presidente Alberto Fernández. Para la socióloga e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito las chances que esta vez sí se legalice el aborto voluntario son muy amplias, pero advierte que los opositores a esta iniciativa están movilizados tanto política como socialmente para impedirlo.

Este 1 de diciembre comenzó la discusión en el Congreso argentino del proyecto de ley que autoriza la interrupción voluntaria del embarazo presentado por el Ejecutivo liderado por Alberto Fernández y que fue una de las promesas de campaña del Frente de Todes para las elecciones presidenciales de 2019.

María Alicia Gutiérrez, socióloga, feminista, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA e Integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito (en adelante la Campaña) conversó con nuestro medio sobre las posibilidades de que el proyecto llegue a convertirse en ley, el debate público y las expectativas de los distintos movimientos feministas.

Esta es la segunda vez en dos años que el Congreso discute la despenalización del aborto voluntario. ¿Cuáles son las diferencias entre el proyecto de 2018 y el de 2020?

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito surgió en el 2005 y hemos presentado proyectos en innumerables oportunidades. Una de ellas fue el 2018 en que efectivamente se llegó a un debate, que no prosperó por el rechazo en el Senado. Luego de eso la campaña se reorganizó y reelaboramos un proyecto que presentamos el 28 de mayo de 2019 y que está actualmente en estado parlamentario, es decir, entra en el debate. La novedad que ocurrió en 2019 fue la aparición de un partido político, el Frente de Todes, que, como promesa de campaña, afirmó que presentaría un proyecto de despenalización y legalización del aborto. Eso fue refrendado el 1 de marzo de 2020 durante el discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional. Entonces, estaba claro que el Ejecutivo elaboró su proyecto propio, muy secreto y que luego supimos se llevó a cabo interministerialmente entre la Secretaría Legal y Técnica del Ejecutivo, el Ministerio de Salud y el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad y que se iba a presentar en marzo. Pero el 20 de marzo se declara el aislamiento social preventivo y obligatorio y la situación de la pandemia obviamente demoró la presentación de este proyecto. Hace un mes decidimos ponernos en acción muy fuertemente para presionar que el proyecto del Ejecutivo fuera presentado, porque mientras eso no pasara, los legisladores y legisladoras no iniciarían ningún tipo de debate con el nuestro. Y es en eso que estamos ahora, en el proceso de debate que empezó el martes 1 con una agenda de exposiciones públicas en las comisiones que, a diferencia de cómo se hizo en el 2018, serán muchas menos, más breves y al hueso. Una vez finalizado esto, se produce el dictamen de comisión para pasar al debate en la Cámara de Diputados para el 9 o 10 de diciembre y nosotras esperamos que luego de eso vaya al Senado y que se discuta allí en este mismo mes.

La Campaña plantea la necesidad de educación sexual integral, acceso a métodos anticonceptivos y aborto seguro y gratuito. ¿Se trata esto de un conjunto indivisible de derechos a garantizar por el Estado?

Ésa es la consigna de nuestra campaña. Nosotras entendemos que esto no es un proceso etapista, no se trata de tener primero educación sexual, luego acceso a anticonceptivos y el aborto como la instancia final para resolver una situación no buscada, no intencional o imposible para las mujeres. Nuestra consigna es integral y hemos peleado mucho porque se implemente la ley de educación sexual integral que tiene muchos años y que tiene muchos problemas, en buena medida, por el ataque sistemático de los sectores fundamentalistas conservadores que no quieren que haya educación sexual pese a decir que sí. Asimismo, hemos trabajado mucho en materia de aborto voluntario, porque desde hace años hay acceso a la interrupción legal del embarazo, con un proyecto que tiene como plazo las 14 semanas y a partir de allí se retoman las causales legales para la interrupción del embarazo.

 

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Foto @Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito

El Papa Francisco se hizo presente en el debate sobre el aborto y solicitó la inclusión de evidencia científica que determine el inicio de la vida. ¿Cuánto ha influido la Iglesia Católica en este debate?

No solo la Iglesia Católica, sino que hay sectores pentecostales y protestantes, han consolidado en la Argentina y en la región una acción muy fuerte de intervención en el Estado. Hay dos temas que son claves, al menos desde el siglo XIX, en los que se les ha permitido intervenir: educación y familia y de ahí vienen esas campañas del estilo ‘Con mis hijos no te metas‘ y la férrea oposición a la ideología de género. Así han intervenido sobre todo en el trabajo social en los sectores más vulnerables, pero también pueden influir a nivel de poder. En el 2018 la Iglesia Católica gestionó con gobernadores y  legisladores de manera muy intensa para lograr que no se aprobara la ley, mientras los sectores pentecostales y no pentecostales movilizaron la calle y, las redes sociales. Entonces, la Iglesia Católica, sectores del protestantismo y un laicado profundamente conservador han construido todo este paquete de ataque a todos los derechos humanos y las conformaciones democráticas, aun con las propias reglas de la democracia cuando se presentan a elecciones, como es el caso de Bolsonaro en Brasil.

A eso sumemos la presencia de Bergoglio, porque no olvidamos que es Bergoglio y cómo funcionó en la Argentina, que es Papa y es argentino, entonces tiene un impacto fuerte en el conjunto de la sociedad y en el sistema político. Esa pregunta del origen de la vida es algo que ellos plantean siempre, pero vida hay desde el espermatozoide y desde el óvulo separadamente, el problema a discutir es la viabilidad efectiva de una vida y cómo, por un lado,  eso se amalgama con las legislaciones y el aparato jurídico de modo de determinar cuándo se considera persona; y por otro lado, con las subjetividades de las personas gestantes. Esa subjetividad es que un hijo o una hija es aquel que es denominado como tal, no se espera un hijo solo por embarazarse. Ellos proponen la adopción como solución a los embarazos no deseados y eso es de una infinita crueldad, porque supone que una mujer debe transitar por todo un embarazo no querido, no buscado, para después de ese  escenario, dar al niño o niña en adopción. Es de una crueldad absoluta y es a los que nos enfrentamos, porque nosotros rescatamos la capacidad enorme de las mujeres de decidir sobre sus proyectos de vida. ¿Cómo es posible que vengan obispos y sacerdotes a decirte qué es lo que tiene que hacer una mujer frente a una situación que ellos jamás han vivido ni vivirán?

Lo que hay detrás de esta ley no es sino exigir el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres y de hecho así lo expresó el ministro de Salud, Ginés González García, ante el mismo Congreso, cuando aseguró que si el aborto fuera para varones sería ley hace mucho.

Desde los feminismos hemos sostenido que el Patriarcado se trata de una estructura que es una trama de interseccionalidades, donde hay diferentes dimensiones de opresión que se cruzan y encarnan en el cuerpo de la mujer. El derecho que estamos exigiendo es individualísimo, personalísimo, que se ha transformado, por la lucha política, en un derecho colectivo. Lo que estamos demandando no es solo una ley, sino nuestra libertad, nuestra igualdad, nuestras consideraciones acerca de nuestros deseos, nuestras posibilidades de decidir sobre nuestras vidas y que no tengamos ningún tipo de tutelaje.

¿Quiere decir eso que hay que sacar a los varones de este debate? De ninguna manera, porque el patriarcado se identifica culturalmente en los varones, pero se encarna en algunas mujeres también porque es algo estructural, no es un problema de los varones.

Lo del aborto no es solo tener una ley, sino es poner en evidencia la dificultad para las mujeres y personas gestantes de decidir sobre su vida.

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Foto @MujeresxMujeres

Expertos han señalado que en Chile, el antecedente social a la revuelta de octubre estuvo dado por las movilizaciones de reivindicación de los derechos de las mujeres. Ahora estamos iniciando un proceso constitucional sobre la base de un órgano constituyente paritario. ¿Cómo observas lo que se vive acá?

Estuve allá y acompañé algunas etapas y el proceso me parece increíble, fue un despertar maravilloso y lo que ustedes hicieron fue expresar reivindicaciones que venían desde hace mucho tiempo. Lo que el movimiento feminista hizo fue poner su propia genealogía e incidir fuertemente en el sistema político y poner en evidencia pública lo que está pasando con el feminismo a nivel mundial: la necesidad irreductible de un cambio profundo, no solo a nivel legal, sino de sistema. Los feminismos van más allá de la Ley de Aborto- que ya está consolidada en muchos países y la Iglesia Católica en Francia  e Italia finalmente lo aceptó y se acomodó como ha hecho siempre, por algo existe hace más de dos mil años- tampoco es un tema de demandas para que se consagren derechos en una nueva Constitución, sino que se trata de una apertura a las mujeres y grupos LGTBIQ+ en la toma de decisiones. Todas las luchas, tanto de las mujeres como de los grupos por cambio climático, son para cambiar este modelo productivo antes que desaparezcamos como condición humana.

Volvamos a la discusión de la ley de aborto voluntario en Argentina. ¿Cuál es su proyección del resultado?

Me parece que estamos frente a una altísima posibilidad que el aborto voluntario sea una ley, pero no me cabe duda que nos esperan días de un accionar muy fuerte, porque los celestes (grupos contrarios a la legalización del aborto) están movilizándose mucho e incluso amenazando ya sea en espacios físicos  a través de graffittis en paredes y también directamente a legisladores y legisladoras.  También ha habido situaciones de mucha violencia con compañeras o compañeros en la calle y la situación en los últimos días ha sido tensionante, pero creo que a pesar de eso, esta vez la ley va a ser posible. Y si no lo es, vaya a saber qué batallas nos esperan. Esta es una gran oportunidad, nunca en este país ni en otro de la región, el Poder Ejecutivo, se comprometió a este tema y eso abre un escenario de grandes posibilidades.

Foto @laimposible.org




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