Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 19 de abril de 2024


Escritorio

Carlos Ruiz: “El Frente Amplio es la fuerza que tiene más oportunidades de oxigenar la política”

"Lo que está ocurriendo en el Frente Amplio no se puede aislar de lo que está ocurriendo en toda la esfera política en este momento, pues ahora no hay una explicación particular ni tampoco se puede personalizar en figuras", dijo.

Camilo Villa J.

  Domingo 13 de diciembre 2020 13:53 hrs. 
15 de enero de 2019/SANTIAGO
La candidata a la presidencia de Revolución Democrática por la lista Unidas Para Crear, participa en el encuentro ¿Qué cultura política queremos para el Frente Amplio?. El la imagen, Carlos Ruiz.
FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

Compartir en

El Frente Amplio ha vivido tiempos convulsionados. La decantación del conglomerado por acercarse al Partido Comunista le ha traído más de un problema. Sin ir más lejos, dos diputados de Revolución Democrática se desligaron del Partido: Natalia Castillo y Pablo Vidal y, por otro lado, el Partido Liberal decidió retirarse de la coalición.

Para hablar del actual momento de la coalición, Radio y Diario Universidad de Chile dialogó con Carlos Ruiz, sindicado por muchos como el ideólogo del Frente Amplio, actual presidente de la Fundación Nodo XXI y candidato a la Convención Constituyente por un cupo del Partido Comunes.

Para el también académico de la Universidad de Chile, la crisis del FA es reflejo de la crisis política general que afecta al país.

¿Cuál es la lectura, o cómo interpreta lo que ha pasado en el Frente Amplio durante los últimos días?

Lo que está ocurriendo en el Frente Amplio no se puede aislar de lo que está ocurriendo en toda la esfera política en este momento, pues ahora no hay una explicación particular ni tampoco se puede personalizar en figuras lo que está ocurriendo. Para mí el trasfondo es el siguiente: hay una crisis social profunda que condujo a extensas capas de la sociedad a desbordar completamente la esfera política, lo que se ha conocido como revuelta o estallido, que es un proceso que viene corriendo desde la última década, que ha venido creciendo. Este proceso no ha logrado ser conducido institucionalmente por toda la esfera política, al contrario, la esfera política sigue actuando más bien de una manera ensimismada, sacando cuentas electorales que no dan cuenta de esta crisis social, entonces es muy difícil interpretar lo que ocurre en la política negando la crisis social. Creo que, prácticamente, la totalidad de la prensa y la propia esfera política niegan la existencia de la crisis social, no han ofrecido explicaciones a este fenómeno, entonces creo que en todo este contexto crítico el Frente Amplio no escapa. Yo creo que el FA nació para oxigenar la política agotada de la transición y creo que todavía este conglomerado no termina de hacerlo y creo que sigue en ese proceso. Eso sí, creo que el FA es la fuerza que tiene más oportunidades de hacerlo, porque nació desde la misma crisis, desde el 2011, pero todavía el problema del vacío de un proyecto histórico sigue latiendo. Creo que lo que estamos viendo es un curso que va a ser bastante prolongado de reorganización de la política a partir de la presión de la sociedad. Esto nos puede llevar a un ciclo largo de inestabilidad política.

Una interpretación más dura, entonces, es que el Frente Amplio no ha logrado diferenciarse de la vieja política representada, por ejemplo, por la ex Concertación.

Yo he sido crítico en otros momentos del Frente Amplio, en privado y en público, y he dicho que tiene el taxímetro corriendo y lo reitero, pero haría una salvedad en esta comparación, y es que la Concertación tiene una responsabilidad muy grande en la generación, en la gestación, en la génesis de esta crisis social. Estamos frente a un gobierno de derecha que es el peor gobierno de todo el ciclo democrático, es un desgobierno, pero no podemos pensar que este gobierno de Piñera fue el que creó la crisis social, por algo las calles dicen que no son 30 pesos, sino 30 años. La Concertación no ha asumido ninguna responsabilidad en ello, no ha ofrecido ninguna interpretación, ninguna lectura de la crisis, todavía no he escuchado a Heraldo Muñoz o a Álvaro Elizalde decir por qué pasó el 18 de octubre y, en ese sentido, el Frente Amplio no tiene responsabilidad en eso. Yo creo que el FA no es una fuerza cuyas dificultades políticas estén dadas porque tiene en su interior a figuras como José Antonio Viera-Gallo o Ximena Rincón, que están o han estado en los directorios de las AFP, los que privatizaron se han quedado con lo privatizado, entonces, esa Concertación que con la izquierda juega al Estado y con la derecha juega al mercado, tiene una responsabilidad en la gestación de la crisis social y que la diferencia de los problemas políticos que tiene el FA, que está apurado por construir un proyecto histórico que se haga cargo de las demandas de transformación que el 25 de octubre quedaron tan claramente estampadas.

¿No parece contradictorio entonces que figuras del FA abandonen el conglomerado apelando, justamente, a un acercamiento con los partidos de le ex Concertación?

El FA nació, por un lado, por una calle en que se dieron situaciones como las del 2011 o, posteriormente, el movimiento en contra de las AFP, pero también nació con otra mezcla, con otro ingrediente, que era el de la puja contra una esfera política muy cerrada que era la esfera política de la transición, esa esfera bi-coalicional que funcionaba de una manera muy cerrada. Entonces también hay mucha gente que vio una oportunidad en el FA para poder insertarse en la esfera política. Hay militantes que vienen de RN, claro, ahora se van, pero es un fenómeno complejo, pues no vienen todos de la experiencia de la lucha estudiantil, como personajes icónicos como Gabriel Boric y Giorgio Jackson, sino que también estaban todos estos otros componentes en los cuales muchas veces se cifraba la dificultad de tener un debate que condujera a edificar un proyecto, entonces muchas veces el FA terminaba aquejado, por lo mismo, yo reclamaba que la mayor definición era no tener definiciones por la dificultad de tomarlas. Yo creo que ahora estas cosas comienzan a despejarse.

¿Podríamos decir, entonces, que el FA vive, en este momento, un proceso de decantación?

Más bien creo que es un reordenamiento. Yo creo que el FA no se puede aislar del proceso general de reordenamiento que está viviendo toda la esfera política. Estamos viendo una ensalada de siglas que todas las semanas cambian, además de ver figuras que se van de un lado para otro: gente que entró a última hora al FA y después se salió, figuras que entraron apoyadas por el Partido Humanista y terminaron quedándose con el cartel del Partido Humanista. Todo este tipo de fenómenos están ocurriendo de manera muy intensa en toda la esfera política y yo creo que no se escapa nadie, ni moros ni cristianos de esto, la propia derecha también está siendo aquejada por este proceso. Y este proceso está muy fuertemente empujado por la crisis de legitimidad que aqueja a la esfera política en su totalidad.

Mucho se ha criticado, desde la derecha, pasando por la ex Concertación, incluso al interior del FA, el acercamiento del conglomerado con el Partido Comunista. ¿Es una mala jugada política la que hace el FA al vincularse con el PC?

Yo creo que aquí opera, básicamente, una demonización de la derecha, porque cuando el Partido Comunista estaba en la Concertación no era ningún problema acercarse al PC y ahora que no está en la Concertación aparece como el demonio. Me parece que este es un chantaje de la derecha que utiliza para intentar debilitar al FA y, por supuesto, también para denostar de manera ilegítima a un partido legal y democrático que es el Partido Comunista.

Mucho se habla de que la salida del Partido Liberal era un desenlace anunciado. ¿Era el PL una colectividad que se diferenciaba políticamente e ideológicamente del resto del conglomerado?

Yo creo que una de las aportaciones que el Partido Liberal hacía y ojalá que la continúa haciendo, es enfrentar el falso liberalismo que existe en la derecha chilena, por ejemplo, fuerzas falsamente liberales como Evopoli. Entonces, me parece que rescatar ese liberalismo más balmacedista que tenía el Partido Liberal me parece una impronta muy importante. Eso me parecía que era una contribución, ahora, los puntos que ellos tengan de diferencia ellos los pueden expresar completamente y soberanamente por su boca.

¿Cuán real es la amenaza de que la derecha siga gobernando el país? Según las encuestas, tanto Joaquín Lavín como Evelyn Matthei tienen posibilidades de llegar a La Moneda.

Yo tengo la impresión de que la derecha no gana en este país, somos nosotros los que perdemos. La derecha no es mayoritaria en este país, ni siquiera es democrática. Si la derecha llega nuevamente al poder es porque todo el resto no fue capaz de estar a la altura de un momento político como este.

¿Cuál sería gran misión de la izquierda entonces, el principal desafío?

Este es el momento de construir una izquierda que se apropie de las nuevas condiciones de lucha, que no siga solamente mirando por el retrovisor al siglo XX, y que se apropie de la nueva geografía social y cultural que ha construido casi medio siglo de neoliberalismo en Chile y, por tanto, se logre insertar y elaborar un proyecto histórico en este contexto. Me parece que esta es la gran responsabilidad que tiene, en este momento, la izquierda chilena.

¿Puede ser hoy posible un gran bloque de izquierda y centro izquierda que se enfrente, efectivamente, a la derecha, tomando en cuenta que la ex Concertación ha sido impulsora del actual modelo neoliberal?

Yo creo que ahí adentro, y reconozco que realmente hay gente que tiene un espíritu distinto, progresista, antineoliberal, que tiene que dar una discusión dentro de la Concertación y enfrentar estas cuestiones porque hasta ahora no se han enfrentado. Me parece que hay muchos sectores socialistas que están descontentos, creo que no vamos a construir una izquierda que sea capaz de parar un proyecto histórico sin el PS, pero si sigue secuestrado por esta burocracia que ampara a figuras como Viera-Gallo no vamos a poder hacer nada, esta es una lucha que hay que dar allá adentro. Y esto me parece muy importante para poder concretar un enfrentamiento a una derecha que ha tenido una capacidad de cooptación y a un empresariado que tiene una capacidad de colonización muy fuerte de la política y de un sector muy importante de la Concertación.

Síguenos en