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Lorenzo Aillapán por eclipse: “Es una señal de pan para hoy, pero hambre para mañana”

Según el artista mapuche, el fenómeno astronómico que se registrará este lunes 14 de diciembre debe ser considerado como una señal que abrirá un ciclo marcado por las catástrofes. “No es para celebrarlo como lo hacen otras culturas”, dijo el llamado “Hombre Pájaro”.

Abril Becerra

  Lunes 14 de diciembre 2020 13:22 hrs. 
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El poeta Lorenzo Aillapán Cayuleo (83), más conocido como “Hombre Pájaro”, es un exponente de la filosofía ancestral mapuche. Reconocido como Tesoro Humano Vivo (2012), es también una de las personas que bien sabe de la energía negativa que irradian los eclipses. 

Para él y, de acuerdo a la cosmovisión mapuche, estos fenómenos astronómicos no son eventos para ser celebrados. Por el contrario, se trata de momentos que llaman a la prevención y que pueden traducirse en crisis sociales, guerras civiles, hambrunas y/o pandemias.   

“Son señales de ciclos que se pueden dar en cinco o diez años más. Representan que tenemos que tener cierta precaución. No es algo que suceda al día siguiente o al año siguiente. Mis hijos, hijas, nietos. Ellos van a ser testigos de lo que va a suceder”, señala Aillapán. 

“En Chile puede significar guerra civil y, para el universo, puede significar la tercera guerra mundial. Entonces, en este periodo nuestra gente medita no sólo para el pueblo mapuche, sino que para los seres humanos sean de cualquier continente”, comenta. 

En la imagen, Lorenzo Aillapán. Fuente: Javier Godoy.

En la imagen, Lorenzo Aillapán. Fuente: Javier Godoy.

Según el poeta nacido en la comunidad de Rukathraru, en la comuna de Puerto Saavedra, esta visión se explica por la relevancia que posee el Sol (Antü) en la cultura mapuche. Para el pueblo originario el astro es el que rige las actividades de la comunidad. Por ello, para muchos, el eclipse (Lai Antü en mapudungun) debe entenderse, de forma literal, como la muerte del sol. 

Aunque, para Aillapán, los eclipses deben leerse de otra forma: “Para nosotros el astro Sol es bastante importante, porque representa una mujer. Puede ser una dama bien joven o una abuela. Entonces, para nosotros estos días son el llanto por lo que va a suceder”.

“Las lágrimas son del color del Sol: amarillo como un color oro. Ahora, hay algunos hermanos que hablan de que el Sol muere, pero ese Sol no muere así como la Luna tampoco. Son seres poderosos que nunca van a morir”, precisa el poeta. 

Según Aillapán, esta cosmovisión, fuertemente conectada con la naturaleza y el universo, es lo que  le ha permitido al pueblo mapuche resistir al paso del tiempo. Los primeros filósofos mapuche supieron interpretar las señales que advirtieron respecto de la confrontación con el Imperio Inca y, luego, con el Imperio Español.   

“En ese tiempo, los filósofos mapuche veían el eclipse y sabían que esa era una señal de que algo iba a pasar. Sabían todo lo que iba a suceder sin tener la ciencia y la tecnología actual”, comenta el artista. 

“Nosotros no nacimos ayer. Los filósofos mapuche hablan de 10 mil años de existencia del pueblo originario en este paraíso llamado Chile”, añade el cultor.  

Aillapán señala que no sólo los eclipses deben ser considerados como señales, sino que también otros fenómenos naturales como los terremotos. Según comenta, cuando tenía 20 años fue testigo del terremoto de 1960. Allí se abrió un ciclo que concluyó con el Golpe de Estado de 1973 y las posteriores violaciones a los derechos humanos registradas en ese contexto. 

Del mismo modo, dice que el terremoto de 2010 abrió un ciclo que concluyó con la polarización de la sociedad y la crisis sanitaria. “Todos estos fenómenos naturales son fuertes señales que advierten que hay prevenir y sumar fuerzas. No es para celebrarlo como lo hacen otras culturas”, afirma. 

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En la imagen, Lorenzo Aillapán. Fuente: Javier Godoy.

Este lunes 14 de diciembre, en el marco de un nuevo eclipse, Aillapán dice que el llamado es iniciar una meditación por el ciclo que iniciará. Él se refugiará en su hogar para orar tal cual lo hacía su gente hace mil años atrás. 

En ese sentido, recalca: “No es algo que se celebre, que es lo que llama el famoso dios del dinero. Sino que vamos a meditar y pedir por mis nietos y tataranietos que van a ser testigo de lo que ocurra. Esta es una señal de pan para hoy, pero hambre para mañana”.

Imagen principal: Lorenzo Aillapán. Fuente: Javier Godoy.
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