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Informe “Implementación del teletrabajo en Chile” reveló que solo un 4,2% de las denuncias por enfermedades laborales fue considerada

"Los costos de implementación del teletrabajo fueron asumidos casi mayoritariamente por los trabajadores y las trabajadoras" Esta fue una de las conclusiones que trajo el estudio "Implementación del teletrabajo en Chile", iniciativa del FETRACALL, la CUT y la OIT.

Rocío Olivares Mardones

  Martes 26 de enero 2021 20:06 hrs. 
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La Federación de Trabajadoras de Call-Center de Chile (FETRACALL) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) realizaron un estudio entre el 30 de septiembre y el 30 de noviembre del 2020, sobre la percepción de las y los trabajadores respecto de la implementación de la Ley 21.220 o Ley de Teletrabajo en Chile.

Este estudio que fue presentado este martes a través de la plataforma zoom, se realizó con el fin de que la información generada fuese útil para su aplicación práctica y la mejora del funcionamiento del teletrabajo.

En Chile en el 2020, y en el contexto de la pandemia por coronavirus, se comenzó a instalar la urgencia de la implementación del trabajo a distancia o teletrabajo. El confinamiento de casi 10 millones de personas llevó a que muchas empresas implementen sus tareas y funciones desde sus hogares.

El 26 de marzo de 2020, se publicó la ley Nº 21.220, que modificó el Código del Trabajo en materia de teletrabajo, esta ley define estas modalidades como un tipo de trabajo donde la o el trabajador presta sus servicios, total o parcialmente, desde su domicilio u otro lugar o lugares distintos de los establecimientos, instalaciones o faenas de la empresa. A juicio de algunos actores sindicales, tanto del sector público como privado, el proceso de implementación del teletrabajo fue visto más como una obligación que como un proceso gradual y dialogado.

Fernando Quillaleo,  investigador SST Fundación FIEL, fue el expositor de la presentación y quien aportó parte de las conclusiones extraídas por la investigación las cuales revelaban que si bien hubo una buena  recepción por parte de los trabajadores de esta nueva modalidad, rápidamente estas expectativas bajaron pues se empezaron a ver torpedeadas otras aristas de la vida cotidiana.

“Los costos de implementación (computadores, material de apoyo, celulares, etcétera) fueron asumidos casi mayoritariamente por los trabajadores y las trabajadoras, y estos costos adicionales se fueron incrementando con el tiempo y también fueron generando baja de ingresos; por lo tanto no solamente tuvieron más gasto  los trabajadores sino también tuvieron menos ingresos” afirmó Quillaleo.

Otro factor relevante que mostró este análisis fue el cambio en las condiciones laborales de los trabajadores, esto desde perdida de bonos, disminución de rentas variables hasta acceso ciertos proveedores de servicio de internet o aparatos electrónicos.

Un cambio en las condiciones laborales hubo pérdidas de bonos y disminución particularmente de las rentas variables hubo disminución de las remuneraciones y se vieron perjudicados particularmente en el retiro de ciertos bonos que tenían los trabajadores que se dedican a la renta variable a la venta particularmente como es el caso de los Call-Center por ejemplo”, aseguró el expositor de la presentación.

Desde un punto de vista de género, y dadas las históricas desigualdades hacia las mujeres en la distribución de las labores domésticas y de cuidado de niños y niñas, adultos mayores y personas con discapacidad, se profundizó el deterioro de las condiciones de salud mental de las trabajadoras, sobre todo en consideración al cierre de escuelas, colegios y jardines infantiles. Asimismo, la pandemia y las medidas de confinamiento, han producido una alarmante alza en la violencia doméstica e intrafamiliar.

Esto revela que las mujeres han debido asumir una carga laboral adicional, debiendo responder a una multiplicidad de roles “No creo que cumplamos dos roles. Yo creo que cumplimos aquí como 50 roles. Porque está el ser trabajadora, el ser mamá, esposa, hija, hermana, para las que viven con los hermanos y con los padres, ser tú. Simplemente tú. No hay espacio para eso, no se puede delimitar porque o te faltan horas en el día o te faltan metros cuadrados para tener un pedacito para ti” expresó una de las encuestadas en el informe.

Tamara Muñoz, Vicepresidenta de la CUT y Presidenta de la Federación Nacional de Trabajadoras de Call-Center, agregó que un factor muy preocupante que empeoró con la pandemia y el teletrabajo fue la salud mental pues solo un 4,2% de las denuncias hechas por enfermedades laborales fuera considerada.

“No es casual por ejemplo que de 876 denuncias realizadas por las y los trabajadores de las instituciones privadas encargadas de administrar la ley 16,744 como enfermedades profesionales, sólo 37 de ellas hayan sido calificadas como enfermedades profesionales es decir; un 4,2% fueron reconocidas como enfermedades profesionales” enfatiza la Vicepresidenta de la CUT.

En Fetracall y CUT consideraron que un estudio como este debe ser considerado para un debate serio sobre los efectos de esta modalidad de trabajo, los riesgos que trae y la notoria falta de fiscalización del cumplimiento de las normas que causa este formato laboral.

 

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