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Grínor Rojo: “Desde el punto de vista de la política tradicional la cultura es la quinta rueda”

El académico, reconocido con la Medalla Juvenal Hernández de la Universidad de Chile, se refirió al impacto de la crisis sanitaria en el ejercicio literario. "Hay una sensación de acabamiento en la cultura contemporánea", señaló el intelectual.

Abril Becerra

  Domingo 31 de enero 2021 15:40 hrs. 
Profesor Rojo

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El ensayista y académico de la Universidad de Chile, Grínor Rojo, es una de las personas que ha visto de cerca cómo el ejercicio literario ha sido influido por experiencias dadas a raíz de la crisis sanitaria.

Según dice, el confinamiento y la pandemia se han instalado, determinando prácticas como la revisión de documentos, la creación de conocimiento y la misma escritura. Para él la virtualidad ha entorpecido estas labores, deshumanizando en cierto sentido aquellos procedimientos que siempre estuvieron conectados con el otro y desde el afuera.     

Sin embargo, según comenta, la pandemia también nos ha hecho mejores lectores, evidenciando que la cultura es un bien fundamental en la sociedad, aunque esto sea difícil de percibir por la clase política: “La cultura no es un ornamento”, subraya el académico reconocido, a fines de 2020, con la Medalla Juvenal Hernández de la Universidad de Chile. 

¿Cómo ha sido su relación con la escritura y la lectura en este tiempo de confinamiento? 

Yo soy esencialmente intelectual. Y un intelectual que funciona a caballo en diferentes dominios. Lo que quiero decir es que soy un intelectual público y en parte soy un intelectual académico. Es muy distinta la situación como intelectual público a la situación como intelectual académico. Un intelectual público funciona, esencialmente, en las cercanías del periodismo. Eso significa reacción rápida. Ahora, el caso del intelectual académico es distinto, porque funciona con los recursos que tiene instalados, pero también con otros recursos adicionales que te proporciona la universidad, la biblioteca, el museo, el archivo. Esto es lo que se ha visto entorpecido a causa de la pandemia. Es decir, realmente para el intelectual académico o para mi función en tanto intelectual académico, la pandemia es nefasta. El hecho de que no pueda ir a la biblioteca, para mi es un asunto grave. 

¿Debió frenar alguna investigación producto de este momento? 

LOM está publicando un libro en tres volúmenes sobre la cultura moderna de América Latina. El primero trabaja con el período 1870-1920; el segundo, 1920-1973; y el tercero, 1973 a la actualidad. Tuve que terminar ese último periodo con la pandemia encima. Eso significa que tuve que hacer uso, mucho más que en en otros libros, de los recursos en línea. 

¿Cómo fue ese tránsito para trabajar desde la virtualidad? 

La labor del intelectual se desarrolla en una oscilación permanente entre la soledad y la sociabilidad. Es decir, entre el afuera y el adentro. El intelectual es alguien que trabaja con los recursos que existen en el mundo. Y , por lo tanto, tiene que tener un contacto con ese afuera. En ese afuera están las cosas a las cuales quiero referirme, pero, por otro lado, llega un momento en que debo aislarme. Entonces, lo que se ve aquí entorpecido, frenado, es mi relación con el afuera. No solamente la relación con los recursos, sino que además mi relación con mis pares, lo que también es absolutamente indispensable.

A raíz de lo que usted me menciona, uno podría pensar que la creación de conocimiento es algo que se ha visto individualizado …  

Si, pero no es absoluto. Tienes que considerar que tenemos los recursos en línea o tenemos una comunicación entre pares que se puede producir en línea. Es una situación más artificial, menos natural, menos espontánea, pero existe. El verbo que prefiero es entorpecido por las circunstancias de la pandemia. Eso ha obligado a agudizar más la dimensión de la soledad por sobre la dimensión de la sociabilidad o la solidaridad.  

Grinor Rojo

¿Entorpecido más que deshumanizado? 

Es lo que pasa con los recursos tecnológicos. Es muy diferente una clase hecha por Zoom a una clase hecha en vivo con los estudiantes. A mi me gusta enseñar, conversar con mis estudiantes, extrayendo desde ellos sus propias verdades, juntándolas con las mías y ver qué es lo que vamos conociendo. Se produce un poco esta deshumanización. Hay una metáfora que me gustaría contar: hay un libro de Erich Auerbach que se llama Mímesis. Debido a las presiones del nazismo emigró desde Alemania y se exilió en Estambul donde produjo varias cosas, entre ellas, este libro. Ahora, este era un libro que exigía a gritos los recursos de una inmensa biblioteca. Auerbach no los tenía y tuvo que recurrir a su capacidad instalada. ¿Qué es lo que ocurrió? Una pérdida y un beneficio. La pérdida del aparataje académico que debió rodear este libro al que Auerbach no pudo recurrir, pero, por otro lado, la ganancia de una síntesis de conceptos que se hacen de fácil alcance como para que el libro sea, hasta el día de hoy, uno de los más solicitados y más revisados por la crítica literaria en todo el mundo. La moraleja es que la pandemia ha sido para nosotros un poco lo que fue el nazismo para Auerbach: lo obligó a aislarse, lo obligó a concentrarse, a perder recursos que de otro modo habría podido disponer, pero con la ventaja de la concentración o la ventaja de la síntesis o la ventaja de un tratamiento tal vez más directo del tema. 

¿Cree que la pandemia nos ha hecho mejores lectores? 

La gente razonable, que no está mirando televisión, puede leer un libro. No conozco las cifras, pero no me cabe duda de que tiene que haber un incremento en los niveles de lectura que en Chile eran bajísimos. 

¿La lectura y/o la escritura pueden ser considerados como ejercicios terapéuticos a la hora de enfrentar el confinamiento? 

Creo que sí. El proceso de la lectura es un proceso complejo en el que pones en funcionamiento un aparato mental que en otra circunstancia no usarías. Por ejemplo, la cultura de la imagen, que es la cultura de la televisión, es una cultura fulminante. Es decir, el conocimiento que adquieres a través de la imagen lo adquieres de un golpe. En el caso de la lectura, es un conocimiento lineal. Es decir, lees una novela y haces toda clase de conexiones al mismo tiempo: conexiones hacia atrás, lo que ya se dijo en la novela, conexiones hacia adelante, conexiones hacia afuera de la novela con otros elementos. El proceso de elaboración intelectual de la lectura es un proceso más complejo y desde luego muy enriquecedor. 

¿Cómo el virus se puede colar en la escritura?  

Un motivo muy fundamental en la literatura contemporánea es el apocalipsis y el post apocalipsis. Incluso, no solo en la literatura. Está en las películas. Está en todos lados. Hay una sensación de acabamiento en la cultura contemporánea que es una sensación que ha existido en otras épocas en la historia de la cultura humana. En el caso chileno, acabo de escribir una nota que va a salir sobre un poema magnífico de Naín Nómez, que se llama Pandemia. Es realmente extraordinario. Es un poema que hace la conexión de la pandemia con ese acabamiento posible, diciendo qué es lo que va a pasar después. La pandemia nos ha acercado a este tipo de preguntas que son aterradoras y que muchos nos estamos haciendo. 

Se instala la incertidumbre, en ese sentido… 

Evidentemente. Es la pandemia entendida como un síntoma. No entendida como una realidad en sí misma, sino como un síntoma aún más grave que estaría por debajo de la pandemia.

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En la imagen Grínor Rojo. Ilustración de Fabián Rivas.

¿Qué hay respecto de la revuelta? ¿Cómo la literatura adelanta esta crisis social? 

La revuelta social que inició en octubre no fue una novedad. Venía antecedida por varias revueltas o por varias protestas multitudinarias que se venían produciendo con los estudiantes a comienzos de los 2000 hasta No Más AFP. ¿Qué fue lo extraordinario? Que la revuelta de octubre fue transversal, es decir, no era un grupo. Mientras se mantenga esa transversalidad, mientras sea posible racionalizar cuales son los sentimientos y las ideas comunes en toda esta gente en una carta fundamental, esa asamblea podría llegar a tener verdadero éxito.

La literatura se adelantó en varias oportunidades a lo que pasó finalmente en octubre, ¿podría destacar un ejemplo? 

Pienso en las novelas de Diamela Eltit. Los trabajadores de la muerte, Fuerzas Especiales, Impuesto a la carne, Sumar. Todas estas novelas se vienen publicando desde comienzos del 2000. Están atravesadas por el descontento, por esta disfuncionalidad de la sociedad chilena post dictadura. Tal vez ese sea el mejor ejemplo que podría dar. Diamela ha hecho un trabajo muy notable en ese sentido. 

¿Por qué cree que cuesta tanto dilucidar que la cultura también visualiza conflictos como este?

Sencillamente no tenemos acceso a la realidad si no es a través de la cultura y esto significa que todos esos elementos de las novelas, la poesía como la de Nómez, son elementos fundamentales para constituir esta puerta de acceso que tenemos a lo real.

Pero hay una barrera para entenderlo del todo..  

Hay que pelearlo, porque desde el punto de vista de la política tradicional la cultura es la quinta rueda, es decir, la rueda que no sirve sino es para ponerla en la mesa del living o colgarla en alguna de las murallas de tu dormitorio.

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