Roxana Pey y el #8M2021: “Hay un asunto estructural, patriarcal y además neoliberal, que empeora las cosas”
La coordinadora de la cátedra Amanda Labarca de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile criticó la desconexión del actual gobierno con las demandas del movimiento feminista. "Solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo", aseguró.
Diario UChile
Lunes 8 de marzo 2021 13:32 hrs.
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Desde hace varios años que en nuestro país la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se transformó en el hito principal con que el movimiento feminista expresa su capacidad de movilización, de lucha y reivindicaciones. En ese contexto, este lunes 8 de marzo no ha sido la excepción y la conmemoración de este día se ha tornado aún más importante, en la antesala del histórico proceso constitucional que Chile iniciará en abril.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la coordinadora de la cátedra Amanda Labarca de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Roxana Pey, criticó la desconexión del actual gobierno con las demandas del movimiento feminista. “Esa desconexión solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo“, aseguró.
¿Cuál es el balance de este último año de movilización feminista?
“Si uno hiciera un balance como año feminista, en general para todas ha sido un año muy duro. Cuando conversamos el año pasado en esta misma fecha teníamos muchas esperanzas, porque veníamos recién del triunfo, que costó mucho, de tener un proceso constituyente paritario.
Ése fue un momento de esperanza, y éste es un momento de mucha rabia también, pero también de reflexión sobre lo frágiles que son los logros que hemos tenido. Son frágiles porque el fondo del asunto no lo hemos resuelto. De eso se tratan las manifestaciones de hoy y de la participación de las mujeres en el proceso constituyente. Una nueva Constitución que ponga fin al patriarcado es lo que hemos dicho, así se llama el acto que vamos a tener como Universidad de Chile”.
Da la impresión que la reflexión sobre el patriarcado ha pasado desde su dimensión cultural a la crítica al sistema, incluyendo el modelo económico ¿Coincide con esa apreciación?
“Comparto la hipótesis. Efectivamente, yo soy de esa idea desde antes también que aquí hay un asunto estructural, de modelo. Bueno, es lo que llamamos Patriarcado, finalmente. Un modelo que no es solo una palabra, está inserto en todas las estructuras, en los procedimientos, en las distintas áreas. Basta ver lo que ha pasado durante el año, y antes también, pero este año se ha visto más, ha habido más atención como todo el mundo está conectado online, se nota más lo que pasa en otras partes.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Coordinadora Feminista 8M convocó para el pasado 8 de marzo una gran huelga general feminista, con intervenciones a lo largo de todo el país. Foto: Agencia UNO.
“Mira lo que ha pasado con los tremendos casos de femicidios y abusos, y sus correspondientes procesos judiciales. Ha habido situaciones muy obvias, en donde en los mismos procesos judiciales operan prejuicios, formas de trato, maneras de tratar a las víctimas mujeres que ponen en evidencia cómo se trata a las mujeres en todo momento.
Entonces, cuando hablamos de terminar con la violencia, que solo ha aumentado durante este año, hay más femicidios, suicidios femicidas, otras muertes por causas femicidas no catalogadas así, intentos de femicidios que están registrados. Pero también violencia institucional muy grave, violencia simbólica. El gran gesto de desprecio del Presidente de la República a la mujer de más alta autoridad en el país, la senadora Adriana Muñoz, presidenta del Senado, ese gesto de darse vuelta y dejarla hablando sola en La Moneda, esa violencia simbólica es un mensaje finalmente a la sociedad, de que a las mujeres se les puede tratar así.
Entonces sí, hay un asunto estructural, patriarcal y además neoliberal que empeora las cosas muchísimo y, bueno, también un abuso económico, una brecha salarial que se mantiene enorme, de 12% general y 35% para las mujeres profesionales, que es escandaloso y nos tiene en el último lugar en la lista de países OCDE”.
La pandemia pareciera haber profundizado o al menos evidenciado muchas de estas situaciones. ¿Cuál es su mirada sobre las respuestas -o ausencia de ellas- de parte del Gobierno?
“Las mujeres, además de la brecha salarial, se concentran en trabajos que han sido más golpeados. Desde luego el Magisterio, los profesores y profesoras, son la mayoría profesoras. Ahí si hay clases en aulas o no, el trabajo conlleva una recarga enorme. Pero hay que recordar que también en el mundo escolar está sub-analizado ese fenómeno, pero pongo como ejemplo el de las profesoras, porque, efectivamente, mujeres son mayoría en trabajos precarizados y que se han perdido. Efectivamente aquí ha habido un golpe a las mujeres en recarga laboral, violencia e ingresos económicos; se habla incluso de precariedad alimentaria para las mujeres”.
“Las políticas públicas han sido desastrosas. Las medidas han sido, yo diría, como de evadir el problema, porque si aceptamos que el problema es estructural, las medidas que deben tomarse también lo son. Entonces, los defensores de este modelo, entre ellos el Gobierno, han tomado medidas que son siempre evasivas y que eluden el problema de fondo”.
En ese contexto y frente a las injusticias que evidenció la pandemia, en algún momento se planteó que el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género debía jugar un rol muy protagónico en el tema. ¿Cómo evalúa ese rol?
“El Ministerio de la Mujer ha sido campeona en esta materia de no enfrentarlos realmente. Un servicio de teléfono de ayuda, un protocolo adicional más efectivo de denuncias, pero nos hemos quedado ahí. Ayudas económicas, cero. Unas cajas de alimento que, yo creo, toda la ciudadanía está cansada de hacer ver y criticar estas medidas que son de pantalla e insuficientes. Vulnerando la dignidad también, no ha habido un apoyo económico, que es lo que las mujeres necesitan. Hay que recordar que más de dos millones de hogares tienen jefa de hogar mujer, y las mujeres han perdido el trabajo. Entonces claro, la pandemia ha golpeado muy fuerte y el Ministerio de la Mujer recientemente, tardíamente hace dos semanas, nombra un comité asesor que, realmente, es impactante, que tiene una desconexión con la realidad total, proveniente del mundo empresarial, del mundo que va a promover una conservación de este modelo.
Ninguna conversación con el mundo social que no solamente está sosteniendo a las familias y sobreviviendo, sino que además está sosteniendo la conducción de la pandemia, porque las mujeres están cuidando, son el frente de la reflexión social, de la búsqueda de la dignidad en el movimiento social y el estallido, y también son el frente de primera línea en la contención de la pandemia. Entonces, esa desconexión con ese mundo de parte del Gobierno solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo”.
Desde hace varios años que en nuestro país la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se transformó en el hito principal con que el movimiento feminista expresa su capacidad de movilización, de lucha y reivindicaciones. En ese contexto, este lunes 8 de marzo no ha sido la excepción y la conmemoración de este día se ha tornado aún más importante, en la antesala del histórico proceso constitucional que Chile iniciará en abril.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la coordinadora de la cátedra Amanda Labarca de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Roxana Pey, criticó la desconexión del actual gobierno con las demandas del movimiento feminista. “Esa desconexión solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo“, aseguró.
¿Cuál es el balance de este último año de movilización feminista?
“Si uno hiciera un balance como año feminista, en general para todas ha sido un año muy duro. Cuando conversamos el año pasado en esta misma fecha teníamos muchas esperanzas, porque veníamos recién del triunfo, que costó mucho, de tener un proceso constituyente paritario.
Ése fue un momento de esperanza, y éste es un momento de mucha rabia también, pero también de reflexión sobre lo frágiles que son los logros que hemos tenido. Son frágiles porque el fondo del asunto no lo hemos resuelto. De eso se tratan las manifestaciones de hoy y de la participación de las mujeres en el proceso constituyente. Una nueva Constitución que ponga fin al patriarcado es lo que hemos dicho, así se llama el acto que vamos a tener como Universidad de Chile”.
Da la impresión que la reflexión sobre el patriarcado ha pasado desde su dimensión cultural a la crítica al sistema, incluyendo el modelo económico ¿Coincide con esa apreciación?
“Comparto la hipótesis. Efectivamente, yo soy de esa idea desde antes también que aquí hay un asunto estructural, de modelo. Bueno, es lo que llamamos Patriarcado, finalmente. Un modelo que no es solo una palabra, está inserto en todas las estructuras, en los procedimientos, en las distintas áreas. Basta ver lo que ha pasado durante el año, y antes también, pero este año se ha visto más, ha habido más atención como todo el mundo está conectado online, se nota más lo que pasa en otras partes.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Coordinadora Feminista 8M convocó para el pasado 8 de marzo una gran huelga general feminista, con intervenciones a lo largo de todo el país. Foto: Agencia UNO.
“Mira lo que ha pasado con los tremendos casos de femicidios y abusos, y sus correspondientes procesos judiciales. Ha habido situaciones muy obvias, en donde en los mismos procesos judiciales operan prejuicios, formas de trato, maneras de tratar a las víctimas mujeres que ponen en evidencia cómo se trata a las mujeres en todo momento.
Entonces, cuando hablamos de terminar con la violencia, que solo ha aumentado durante este año, hay más femicidios, suicidios femicidas, otras muertes por causas femicidas no catalogadas así, intentos de femicidios que están registrados. Pero también violencia institucional muy grave, violencia simbólica. El gran gesto de desprecio del Presidente de la República a la mujer de más alta autoridad en el país, la senadora Adriana Muñoz, presidenta del Senado, ese gesto de darse vuelta y dejarla hablando sola en La Moneda, esa violencia simbólica es un mensaje finalmente a la sociedad, de que a las mujeres se les puede tratar así.
Entonces sí, hay un asunto estructural, patriarcal y además neoliberal que empeora las cosas muchísimo y, bueno, también un abuso económico, una brecha salarial que se mantiene enorme, de 12% general y 35% para las mujeres profesionales, que es escandaloso y nos tiene en el último lugar en la lista de países OCDE”.
La pandemia pareciera haber profundizado o al menos evidenciado muchas de estas situaciones. ¿Cuál es su mirada sobre las respuestas -o ausencia de ellas- de parte del Gobierno?
“Las mujeres, además de la brecha salarial, se concentran en trabajos que han sido más golpeados. Desde luego el Magisterio, los profesores y profesoras, son la mayoría profesoras. Ahí si hay clases en aulas o no, el trabajo conlleva una recarga enorme. Pero hay que recordar que también en el mundo escolar está sub-analizado ese fenómeno, pero pongo como ejemplo el de las profesoras, porque, efectivamente, mujeres son mayoría en trabajos precarizados y que se han perdido. Efectivamente aquí ha habido un golpe a las mujeres en recarga laboral, violencia e ingresos económicos; se habla incluso de precariedad alimentaria para las mujeres”.
“Las políticas públicas han sido desastrosas. Las medidas han sido, yo diría, como de evadir el problema, porque si aceptamos que el problema es estructural, las medidas que deben tomarse también lo son. Entonces, los defensores de este modelo, entre ellos el Gobierno, han tomado medidas que son siempre evasivas y que eluden el problema de fondo”.
En ese contexto y frente a las injusticias que evidenció la pandemia, en algún momento se planteó que el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género debía jugar un rol muy protagónico en el tema. ¿Cómo evalúa ese rol?
“El Ministerio de la Mujer ha sido campeona en esta materia de no enfrentarlos realmente. Un servicio de teléfono de ayuda, un protocolo adicional más efectivo de denuncias, pero nos hemos quedado ahí. Ayudas económicas, cero. Unas cajas de alimento que, yo creo, toda la ciudadanía está cansada de hacer ver y criticar estas medidas que son de pantalla e insuficientes. Vulnerando la dignidad también, no ha habido un apoyo económico, que es lo que las mujeres necesitan. Hay que recordar que más de dos millones de hogares tienen jefa de hogar mujer, y las mujeres han perdido el trabajo. Entonces claro, la pandemia ha golpeado muy fuerte y el Ministerio de la Mujer recientemente, tardíamente hace dos semanas, nombra un comité asesor que, realmente, es impactante, que tiene una desconexión con la realidad total, proveniente del mundo empresarial, del mundo que va a promover una conservación de este modelo.
Ninguna conversación con el mundo social que no solamente está sosteniendo a las familias y sobreviviendo, sino que además está sosteniendo la conducción de la pandemia, porque las mujeres están cuidando, son el frente de la reflexión social, de la búsqueda de la dignidad en el movimiento social y el estallido, y también son el frente de primera línea en la contención de la pandemia. Entonces, esa desconexión con ese mundo de parte del Gobierno solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo”.
Desde hace varios años que en nuestro país la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se transformó en el hito principal con que el movimiento feminista expresa su capacidad de movilización, de lucha y reivindicaciones. En ese contexto, este lunes 8 de marzo no ha sido la excepción y la conmemoración de este día se ha tornado aún más importante, en la antesala del histórico proceso constitucional que Chile iniciará en abril.
En conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la coordinadora de la cátedra Amanda Labarca de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Roxana Pey, criticó la desconexión del actual gobierno con las demandas del movimiento feminista. “Esa desconexión solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo“, aseguró.
¿Cuál es el balance de este último año de movilización feminista?
“Si uno hiciera un balance como año feminista, en general para todas ha sido un año muy duro. Cuando conversamos el año pasado en esta misma fecha teníamos muchas esperanzas, porque veníamos recién del triunfo, que costó mucho, de tener un proceso constituyente paritario.
Ése fue un momento de esperanza, y éste es un momento de mucha rabia también, pero también de reflexión sobre lo frágiles que son los logros que hemos tenido. Son frágiles porque el fondo del asunto no lo hemos resuelto. De eso se tratan las manifestaciones de hoy y de la participación de las mujeres en el proceso constituyente. Una nueva Constitución que ponga fin al patriarcado es lo que hemos dicho, así se llama el acto que vamos a tener como Universidad de Chile”.
Da la impresión que la reflexión sobre el patriarcado ha pasado desde su dimensión cultural a la crítica al sistema, incluyendo el modelo económico ¿Coincide con esa apreciación?
“Comparto la hipótesis. Efectivamente, yo soy de esa idea desde antes también que aquí hay un asunto estructural, de modelo. Bueno, es lo que llamamos Patriarcado, finalmente. Un modelo que no es solo una palabra, está inserto en todas las estructuras, en los procedimientos, en las distintas áreas. Basta ver lo que ha pasado durante el año, y antes también, pero este año se ha visto más, ha habido más atención como todo el mundo está conectado online, se nota más lo que pasa en otras partes.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Coordinadora Feminista 8M convocó para el pasado 8 de marzo una gran huelga general feminista, con intervenciones a lo largo de todo el país. Foto: Agencia UNO.
“Mira lo que ha pasado con los tremendos casos de femicidios y abusos, y sus correspondientes procesos judiciales. Ha habido situaciones muy obvias, en donde en los mismos procesos judiciales operan prejuicios, formas de trato, maneras de tratar a las víctimas mujeres que ponen en evidencia cómo se trata a las mujeres en todo momento.
Entonces, cuando hablamos de terminar con la violencia, que solo ha aumentado durante este año, hay más femicidios, suicidios femicidas, otras muertes por causas femicidas no catalogadas así, intentos de femicidios que están registrados. Pero también violencia institucional muy grave, violencia simbólica. El gran gesto de desprecio del Presidente de la República a la mujer de más alta autoridad en el país, la senadora Adriana Muñoz, presidenta del Senado, ese gesto de darse vuelta y dejarla hablando sola en La Moneda, esa violencia simbólica es un mensaje finalmente a la sociedad, de que a las mujeres se les puede tratar así.
Entonces sí, hay un asunto estructural, patriarcal y además neoliberal que empeora las cosas muchísimo y, bueno, también un abuso económico, una brecha salarial que se mantiene enorme, de 12% general y 35% para las mujeres profesionales, que es escandaloso y nos tiene en el último lugar en la lista de países OCDE”.
La pandemia pareciera haber profundizado o al menos evidenciado muchas de estas situaciones. ¿Cuál es su mirada sobre las respuestas -o ausencia de ellas- de parte del Gobierno?
“Las mujeres, además de la brecha salarial, se concentran en trabajos que han sido más golpeados. Desde luego el Magisterio, los profesores y profesoras, son la mayoría profesoras. Ahí si hay clases en aulas o no, el trabajo conlleva una recarga enorme. Pero hay que recordar que también en el mundo escolar está sub-analizado ese fenómeno, pero pongo como ejemplo el de las profesoras, porque, efectivamente, mujeres son mayoría en trabajos precarizados y que se han perdido. Efectivamente aquí ha habido un golpe a las mujeres en recarga laboral, violencia e ingresos económicos; se habla incluso de precariedad alimentaria para las mujeres”.
“Las políticas públicas han sido desastrosas. Las medidas han sido, yo diría, como de evadir el problema, porque si aceptamos que el problema es estructural, las medidas que deben tomarse también lo son. Entonces, los defensores de este modelo, entre ellos el Gobierno, han tomado medidas que son siempre evasivas y que eluden el problema de fondo”.
En ese contexto y frente a las injusticias que evidenció la pandemia, en algún momento se planteó que el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género debía jugar un rol muy protagónico en el tema. ¿Cómo evalúa ese rol?
“El Ministerio de la Mujer ha sido campeona en esta materia de no enfrentarlos realmente. Un servicio de teléfono de ayuda, un protocolo adicional más efectivo de denuncias, pero nos hemos quedado ahí. Ayudas económicas, cero. Unas cajas de alimento que, yo creo, toda la ciudadanía está cansada de hacer ver y criticar estas medidas que son de pantalla e insuficientes. Vulnerando la dignidad también, no ha habido un apoyo económico, que es lo que las mujeres necesitan. Hay que recordar que más de dos millones de hogares tienen jefa de hogar mujer, y las mujeres han perdido el trabajo. Entonces claro, la pandemia ha golpeado muy fuerte y el Ministerio de la Mujer recientemente, tardíamente hace dos semanas, nombra un comité asesor que, realmente, es impactante, que tiene una desconexión con la realidad total, proveniente del mundo empresarial, del mundo que va a promover una conservación de este modelo.
Ninguna conversación con el mundo social que no solamente está sosteniendo a las familias y sobreviviendo, sino que además está sosteniendo la conducción de la pandemia, porque las mujeres están cuidando, son el frente de la reflexión social, de la búsqueda de la dignidad en el movimiento social y el estallido, y también son el frente de primera línea en la contención de la pandemia. Entonces, esa desconexión con ese mundo de parte del Gobierno solo se explica en el gran temor a los golpes que el mundo del feminismo le puede dar a este modelo”.
