Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


Escritorio

Reconocer y releer a Gabriela Mistral

Columna de opinión por Patricio López
Miércoles 7 de abril 2021 12:14 hrs.


Compartir en

Hoy se cumplen 132 años desde el natalicio de Gabriela Mistral. Para quienes hemos tenido el privilegio de conocer el Valle del Elqui, cuesta ponderar cómo una mujer nacida en el seno de un hogar modesto, en un lugar que imaginamos muy aislado hace más de un siglo, sin el camino pavimentado que hoy lo une con La Serena, haya terminado transformándose en una de las poetas más importantes de la lengua castellana y, qué duda cabe, en la escritora más relevante que ha tenido nuestro país.

Esto, que hoy nos parece un milagro como el de Pablo Neruda y otros grandes poetas nuestros que nacieron en lugares pobres o aislados, es en realidad obra de la educación pública. Toda la formación escolar de Gabriela ocurrió en las escuelas del Valle del Elqui donde, junto con la influencia de su padre profesor y poeta, se fundó el yo literario de la escritora.

Estos antecedentes y muchos otros vinculados con la vida de Gabriela han cobrado en los últimos lustros renovado interés. Resultaba paradójico que se tratara de uno de los dos premios nobeles que ha tenido Chile y, sin embargo, fuera poco leída. De hecho, hasta hace poco solía decirse que las tres cumbres de la poesía chilena eran Neruda, Huidobro y Parra, dejándola en un incomprensible segundo plano. Como los cambios culturales que tienen las sociedades también modifican nuestra forma de mirar el pasado, hay que decir en este caso que la irrupción del feminismo en múltiples ámbitos de nuestra vida común ha supuesto también una relectura del canon literario chileno, en busca de esas autoras mujeres cuyas obras fueron oscurecidas, a pesar de su relevancia. Y Gabriela es la primus inter pares.

Pero el cambio no solo ha ocurrido respecto al lugar que ha tenido Mistral en la literatura chilena, sino también respecto a su propia persona. Durante mucho tiempo, la imagen que se proyectó de ella correspondió a una figura maternal, despolitizada, enamorada heterosexual, es decir, afín al modelo de mujer subalterna propia de la era previa a la irrupción del feminismo, y además muy conveniente para la Dictadura, que quiso usarla para oscurecer a otros poetas incómodos para la Junta Militar.

Hoy sabemos que la complejidad de Gabriela Mistral es mucho mayor. Increíblemente se invisbilizó todo su trabajo diplomático, su profundo interés en los asuntos de su tiempo, su amistad con grandes dirigentes políticos chilenos y latinoamericanos, su compromiso con procesos de cambio político y con la reivindicación de derechos, no solo en nuestro país, sino también en el resto del continente. Y también, la Gabriela lésbica, su profundo amor por Doris Dana, como se ha redescubierto en el último tiempo, incluso ahora recién, con la publicación de las cartas que inmortalizaron esa intensa relación que se prolongó hasta la muerte de la poeta. Ella es todo lo que hemos descrito, y como cada persona tiene facetas múltiples, aquí se nos aparece también una Gabriela íntima desesperada, insegura, controladora, enamorada.

En Radio Universidad de Chile hemos decidido darle prioridad al natalicio de Gabriela Mistral. Y con ello, invitar a que vayan en busca de sus escritos, como quien descubre un tesoro que tenía al alcance de la mano y no lo sabía.

Envíanos tu carta al director a: patriciolopez@u.uchile.cl

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.