Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 20 de abril de 2024


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Bárbara Figueroa y negociación del sueldo mínimo: “Creo que vamos a tener un diálogo que no será del todo fructífero”

La presidenta de la CUT se refirió a la propuesta emanada desde su organización de un salario mínimo de 500 mil pesos. Este lunes comienzan las negociaciones con el Ejecutivo para que sea aplicable desde mayo.

Camilo Villa J.

  Sábado 10 de abril 2021 10:00 hrs. 
Barbara-Figueroa-discurso-megafono

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Este lunes, será la primera reunión entre la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el Ejecutivo para negociar el salario mínimo que deberá entrar en vigencia el otro mes.

Desde la multigreial piden que el sueldo base sea de 500 mil pesos, algo que no es nuevo, pero esta vez viene con un ingrediente novedoso: exigen una renta básica de emergencia en el  contexto de la crisis sanitaria y económica, esto, para no dejar a la deriva, sobre todo, a trabajadores informales.

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la también candidata a constituyente se refirió al panorama venidero en cuanto a la negociación con el Gobierno. Además, a lo que considera una contradicción entre el crecimiento de la fortuna de Sebastián Piñera y la desprotección en la que se encuentra la mayoría de los chilenos en materia económica.

Por último, llamó a los legisladores a aprobar el impuesto a los súper ricos como un recurso necesario para paliar los efectos de la crisis económica.

A muchos les puede sorprender la petición del salario mínimo en 500 mil pesos, ya que sería un gran salto comparado con el salario mínimo actual de 326.500 pesos. ¿Cuál es el argumento detrás e este monto?

Esto no es una propuesta nueva, no es que hoy estemos hablando de 500 mil pesos y que nos hagamos los locos respecto de la situación que existe en el país, esto es una propuesta que la CUT viene planteando hace varios años, por lo tanto, nadie podría asombrarse. Yo diría que lo nuevo respecto del planteamiento de hoy es que incorporamos la discusión de la renta básica de emergencia, porque nos parece que hacernos cargo solo de aquellos que tienen un trabajo formal y no abordar la situación de los trabajadores y trabajadoras informales sería, francamente, una negligencia inaceptable. Por lo tanto, lo que hacemos hoy es proponer para poder garantizar ingresos estables y más permanentes, y no tan focalizados como ocurre con las ayudas del Estado. Porque si solo se dan garantías y subsidios a las empresas eso no va a dinamizar la economía, porque lo que la dinamiza son los salarios y los ingresos de las familias.

¿La propuesta de la renta básica de emergencia sería por cuánto tiempo?

Efectivamente nosotros no hemos hablado de una renta básica universal, porque entendemos que ese debate requiere más tiempo y esperamos que esté en el marco de la discusión que va a venir por la reconstrucción de la economía post pandemia. Hoy hemos dicho que avancemos en la urgencia, y es que al menos por seis meses debemos garantizar esta renta básica de emergencia al 80 por ciento de la población y que, efectivamente, venga a complementar los ingresos y que le asegure tranquilidad a las familias para cuidarse, para resguardar su salud pero, por otro lado, para que mañana, cuando necesitemos reactivar la economía, exista capacidad de consumo porque, de lo contrario, se dependerá única y exclusivamente de la capacidad de endeudamiento de las familias. Eso vendría a hacer una vez más un juego para los bancos, instituciones que no se han visto afectadas por la crisis, porque acá hay ciertos sectores que han pagado los costos, como la clase trabajadora, pero hay otros que no han pagado ninguno y pareciera que el Gobierno los está protegiendo  través de las políticas implementadas.

Ustedes ya fueron recibidos por el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda. Tomando en cuenta negociaciones anteriores, con otros titulares de la cartera, y con el comportamiento del actual Ejecutivo en la materia ¿puede ser ésta una negociación fructífera?

Creo que vamos a tener un diálogo que no será del todo fructífero, no pongo muchas esperanzas en lo que vaya a ser la negociación. Sí creo que hay que concederle el beneficio de la llegada a la cartera de Hacienda a una persona experimentada, que viene de carrera, que no fue un simple cuoteo político. En ese sentido, uno podría decir que tiene cierto bagaje, conoce la dinámica, participó de la negociación del Sector Púbico y ha expresado su voluntad de diálogo, por lo tanto, le vamos a conceder la disposición, pero me parece que, de todas maneras, este no será un debate fácil, no podemos generar falsas expectativas, vamos a hacer todo lo que podamos y vamos a volver a generar las alianzas con el mundo parlamentario para tratar, desde ya, de ir al detalle de este proceso de tal manera que después no tengamos tiempo perdido

En la negociación también está implicado el Ministerio del Trabajo con su correspondiente titular, Patricio Melero ¿Creen poder llegar a buen puesto con él?

Quienes conocemos a Patricio Melero sabemos que vamos a encontrarnos con una piedra de tope muy dura en lo que va a ser el debate en ésta y en otras materias. Ya hemos escuchado al ministro del Trabajo que está en contra del tercer retiro, que quiere llevar al Tribunal Constitucional esta materia desde ya, por lo tanto, no creo que nos vayamos a encontrar en un escenario fácil.

Patricio Melero

Patricio Melero

Parece especialmente difícil la interlocución en estas circunstancias…

Nada de lo que se pueda discutir hoy solo se sostendrá en soportes técnicos, es decir, probablemente lo que va a pesar son voluntades políticas. Aquí nadie puede decir que, producto de la crisis, Chile no tiene mayor capacidad de endeudamiento, que no puede acceder a otros recursos como a los fondos económicos soberanos, los fondos que tenemos fuera e, incluso, los fondos de las AFP. Nadie podría decir que Chile no tiene recursos en las arcas fiscales, sobre todo, con el elevado precio del cobre, que no estaba proyectado en su minuto. Chile tiene capacidad de endeudarse y de dar pasos audaces como, por ejemplo, el impuesto a los súper ricos, por tanto, acá no estamos frente solo a un criterio macroeconómico, sino más bien de voluntades políticas, y eso es lo que hay que abordar en el debate que tengamos con el Gobierno.

Hemos visto, a través de la revista Forbes, como Sebastián Piñera sigue aumentando su fortuna en medio de una crisis que, por el contrario, ha dejado desprotegida a la mayoría de los chilenos. ¿Cómo se puede explicar esta dicotomía? ¿Cuál es su postura como CUT?

Nosotros lo venimos diciendo desde el año pasado. La CUT fue la primera organización que presentó un plan de emergencia integral, no solamente haciéndose cargo de la crisis sanitaria, complementando a los expertos en la materia, las medidas que ya señalaban las organizaciones, que permitiesen proteger el empleo, garantizar los ingresos de las familias y que esto no se transformara en una doble crisis: por un lado la de salud y por otro la económica. Todas estas situaciones fueron materias que planteamos, por eso, para nosotros, hablar de negligencia consciente, es decir, de una autoridad que dejó ser, que dejó que la crisis se profundizara, no es una cuestión antojadiza ni oportunista, ni que a nosotros nos caiga mal el Gobierno, porque nosotros fuimos y entregamos el 17 de marzo del 2020, en manos de la ministra del Trabajo de ese entonces, un documento con las propuestas. El primero e junio del año pasado volvimos a entregar un plan de emergencia, donde integrábamos la propuesta que se planteó en el Congreso por parte de la diputad Camila Vallejo del impuesto a los súper ricos, porque ya la crisis era de gran magnitud. Esto no ha sido atendido porque estamos frente a un presidente que es un súper rico y que, evidentemente, su interés está en defender los intereses de los poderosos y de las grandes fortunas de nuestro país.

De esto nadie puede sorprenderse, lo supimos desde el día uno. Por eso organizaciones como la nuestra dijeron que la oposición no puede actuar desunida, no se puede permitir un nuevo gobierno de derecha porque el costo no lo van a pagar las organizaciones, que van a seguir vivas, sino la población. Estamos viviendo un peor gobierno de derecha que el que vivimos antes y hoy, con la crisis, ha sido brutal, ha significado vidas, porque el interés no es proteger a la inmensa mayoría de la ciudadanía, a la clase trabajadora, sino las ganancias, las fortunas, el patrimonio de quienes son sus principales representados. No podemos sorprendernos hoy con situaciones que teníamos claras, por eso es tan importante tomar posiciones nítidas y claras.

A propósito del impuesto a los súper ricos, ¿es ésta una solución eficaz para enfrentar la crisis? Si así fuera, ¿por qué no plantear esta medida de manera permanente y no solo temporal obedeciendo a la actual coyuntura?

Nosotros lo respaldamos, vamos a insistir en esto. Ya incluimos en el segundo plan de emergencia del año pasado el desafío del impuesto a los súper ricos. Algunos dicen, mirando la experiencia de Nueva Zelanda, que quizás podríamos discutir ese mecanismo de impuestos permanente y no por única vez para enfrentar la crisis. Ante esto yo digo ‘cuidado’, no pretendamos hoy, a partir de lo que ocurre en otros países, tratar de tapar el debate sobre el impuesto a los súper ricos en el marco del debate que se ha dado en el Congreso que es un impuesto al patrimonio, porque hacer el otro debate puede significar, en los hechos, terminar por imposibilitar que se legisle en la materia. Lo básico es avanzar en el proyecto que ahora está en el Congreso, perfeccionémoslo, pero avancemos en este mecanismo ahora ya, para poder garantizar recursos frescos a las arcas fiscales para los apoyos y ayudas económicas y, luego de eso, discutamos, con todo el tiempo que quieran, un impuesto de carácter permanente.

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