Las elecciones del martes 4 de mayo en Madrid dieron qué hablar a nivel interno y también en el plano internacional. Mientras el PP prácticamente duplicó su presencia con 65 escaños, los socialistas del PSOE perdieron trece diputaciones y empataron en 24 escaños con Más Madrid. El caso de Unidas Podemos cuya campaña fue liderada por su timonel Pablo Iglesias fue el que más revuelo causó. Si bien mantuvo su cuota de participación en la Asamblea, se considera un fracaso total debido al retroceso de la izquierda en materia de representación.
Para ahondar más en lo ocurrido en el llamado 4M madrileño, nuestro medio conversó con María de los Ángeles Fernández, politóloga y cientista política chilena-española, quien analizó el panorama político en Madrid.
¿Qué supone este triunfo de la derecha en Madrid?
El triunfo de Isabel Díaz Ayuso supone una revalidación del proyecto del PP en una ciudad que no es cualquiera, es la capital de España y donde el Partido Popular lleva 26 años gobernando. Esto también se puede leer en clave de género, pues supone la reconfirmación del liderazgo de una mujer que ha sido bastante subestimada desde que partió su gestión.
A la vez supone una suerte de plebiscito entre dos maneras de gestionar la pandemia, por un lado el modelo del gobierno central liderado por Pedro Sánchez -que es mucho más draconiano y puso por delante la salud por sobre la economía al punto tal que el FMI señaló que España fue la economía de Europa más golpeada por la pandemia-, frente al modelo de Díaz Ayuso que era mantener un equilibrio entre la economía y la salud al punto tal que ella vino a convertirse en una especie de heroína del comercio de Madrid.
Para Díaz Ayuso, como lo señalara en una entrevista publicada por La Tercera, todo lo que sucede en Chile importa en España ¿Qué importancia reviste este país para Madrid específicamente y luego para toda España?
Hay que poner mucho énfasis en la persona de Isabel Díaz Ayuso porque creo que mucha gente votó más por ella que por el PP. Ella generó una corriente de simpatía de mucha gente que le sigue y que se llaman a sí mismos los “ayusers” y lo de Madrid hay que situarlo en el contexto más amplio de lo que pasa en España, que al igual que Chile, sufre una crisis por la pandemia, pero que se superpone a una crisis político institucional que tiene que ver con el modelo territorial, es decir, con el desafío separatista independentista que han llevado los catalanes y que está lejos terminar. Si se mira al Chile reciente, vemos una crisis que se desató con el estallido social y a la que también se ha superpuesto la crisis de la pandemia. Los lazos entre España y Chile son más profundos porque la transición chilena bebió de las fuentes de la transición española, los llamados Pactos de la Moncloa. Por último, la salida de escena de Pablo Iglesias con los nefastos resultados para él y su formación, también supone un elemento de relación con Chile, pues el Frente Amplio se sentía muy vinculado a lo que ha sido la construcción y emergencia del movimiento del 15M con la consecuente creación de Unidas Podemos. Hay muchos vasos comunicantes. Giorgio Jackson vino muchas veces a España, hubo personeros de Podemos que fueron a Chile y reconocieron en el FA una suerte de fuerza política hermana. Hay muchos vasos comunicantes que se pueden encontrar definitivamente.
Usted hizo mención al manejo económico de Madrid durante la pandemia. ¿Es el PP el responsable de que sea esa región la que más aporta al PIB español?
Madrid tiene un régimen fiscal muy favorable para la iniciativa privada, para el gran capital. De hecho cuando sucedió lo del Referéndum Unilateral de Independencia de Cataluña, muchas empresas ubicadas en Barcelona, el polo industrial por antonomasia de España, se vieron perturbadas por la incertidumbre del proceso soberanista y cambiaron su sede social a Madrid. Por otro lado, Ayuso se ha erigido como una suerte de líder del pequeño comercio, ha potenciado una política de brazos abiertos a quienes quieran hacer lo que les dé la gana y construyó un relato en torno a eso que ha dado muy buenos resultados pues muchas personas que no necesariamente adscriben a su visión de mundo han votado por ella, como es el caso de las personas del mundo de las culturas, ya que ella no lo cerró y eso logró mover un poco la economía. Ella mantuvo una contumacia muy solitaria, porque fue la única de las 17 unidades territoriales de España del Consejo Interterritorial que mantuvo una posición disidente pero que le dio resultados.
Respecto de los resultados obtenidos por el PSOE. ¿Cuáles son las razones que usted identifica para que se llegara a tener el resultado del martes?
Se trata del resultado más desastroso de la historia en Madrid y no solo eso, sino que fue superado en votos por Más Madrid que es una fuerza política de izquierda articulada por la ex alcaldesa Manuela Carmena con Íñigo Errejon que es uno de los líderes fundadores de Podemos y disidente de las posturas de Iglesias. El PSOE debe hacer una lectura profunda de lo que pasó ayer. Hasta ahora han dicho que esto no se debe leer en clave nacional, porque España es muy diversa. Pero Madrid es un territorio muy importante pues por ahí pasa todo, porque es la capital. Es poco creíble este tipo de argumentación del PSOE.
Además hay que tener en cuenta que Isabel Díaz Ayuso no presentó en su candidatura solo un modelo para Madrid, sino que dijo representar un modelo distinto para toda España frente a lo que ella llama el sanchismo, un término que refiere a la radical influencia que ha tenido el actual Jefe de Gobierno español en la transformación del PSOE, a su imagen y semejanza. El partido obedece también en Madrid a sus propias decisiones, de hecho en la prensa se reportó la intervención del Palacio de la Mocloa en la competencia madrileña, algo que en Chile habría causado mucho escándalo por el intervencionismo electoral que ello implica. Sánchez interpeló directamente a Ayuso y al hacerlo, le dio un estatuto de autoridad mucho mayor que el de los contornos propios que de la comunidad de Madrid. Seguramente él tuvo encuestas internas que auguraron un mal resultado y comenzó a retirarse, cargando toda la responsabilidad al muy mal candidato del PSOE que era Ángel Gabilondo.
Pablo Iglesias anunció su renuncia a la política y criticó el resultado de las elecciones aludiendo al surgimiento de una suerte de trumpismo español. ¿Cuáles son los argumentos para calificar así a la derecha? ¿Hay un trumpismo en España?
Creo que Pablo Iglesias sale de la política orgánica, pero no de la política en sentido amplio porque seguramente se va a situar en el mundo de las comunicaciones y seguirá jugando un rol importante en otro mundo, que es el del poder simbólico donde la batalla cultural lo seguirá fomentando. Pero eso de decir que ganó el trumpismo es una manera de menospreciar a los electores, similar a lo que pasa en Chile cuando gana la derecha y desde algunos sectores de izquierda se dice que ganaron los fachos pobres.
Ello no quiere decir que la política española no esté polarizada o crispada como en otros lugares del mundo. España no es una burbuja y lleva muchos años con una política muy polarizada, prácticamente desde la crisis subprime. España pasó 10 años en una especie de travesía en el desierto con una crisis económica profunda que llevó a hacer radicales ajustes fiscales con muchos retrocesos en garantías para las personas. Había cierta recuperación cuando en el 2018 irrumpió el proceso independentista en Cataluña y luego de eso llegó al poder Pedro Sánchez a través de una moción de censura que es la primera que resulta exitosa en la historia de la democracia reciente española, pero que llegó apoyándose en aquellos partidos que no aceptan la unidad territorial de España. Pedro Sánchez corrió un cerco y marcó un quiebre en la historia de tradición de respeto constitucional que ha tenido el PSOE y, cuando gana en la elección nacional, decide armar el primer gobierno de coalición de España aliándose con quienes muchos perciben como la izquierda más radical y eso despierta muchos sarpullidlos en muchos sectores dentro de España. De ahí a decir que esto desata un trumpismo, no lo sé.
Iglesias también señaló el martes que era hora de dar espacio a la renovación, a las nuevas generaciones. ¿Quiénes representan la renovación en Unidas Podemos?
Pablo Iglesias le entrega el testigo a la actual vicepresidenta tercera del Gobierno, que es Yolanda Díaz, que si bien es joven, tiene experiencia como dirigente comunista y muy vinculada al mundo de los sindicatos, de los trabajadores y que en el gobierno de coalición recibió la cartera de Trabajo. En el contexto polarizado que hay, ella ha desempeñado una gestión bastante conciliadora y no concita el rechazo que sí tiene Pablo Iglesias que acá representa el epítome más grande de radicalidad de la política.
Creo que hay muchos que se están apresurando en hacer una lectura en clave nacional de lo que pasó en Madrid. Por lo pronto, Díaz Ayuso tiene dos años para gobernar con las manos libres, que era lo que ella pedía pues no quería verse condicionada a tener que sumar mayoría con los votos de cualquier otro partido. Ahora le basta tener tener la abstención de VOX, que ya dijo que lo haría para posibilitarle a ella una gestión de dos años más.
Finalmente, ¿cómo evalúa la participación y qué rol jugó en ella en el resultado de la izquierda?
Se pensaba que al polarizar el debate, se produce una articulación para llevar a una mayor movilización, sobre todo si se pone en disyuntiva una falacia como fascismo o comunismo, pero realmente eso no resultó para nada. El nivel de participación fue récord: 10% más que las elecciones pasadas y si ves hoy el mapa de Madrid, todos los ayuntamientos son azules que es el color que se le atribuye al PP, salvo dos ayuntamientos más pequeños. Isabel Díaz Ayuso logró hasta recuperar cinturones obreros que habían sido afines al PSOE.
El PSOE o el sanchismo debe hacer una reflexión profunda, porque el Partido Socialista, tal como se le conocía, ya está bastante transformado.