Octavio Gana, integrante del estudio Delight Lab: “El arte y la poesía funcionan como resistencia”
En conversación con el programa Semáforo, el diseñador se refirió a la decisión del estudio de acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, luego de que la Corte Suprema desestimara la existencia de censura en una de sus intervenciones lumínicas.
El estudio de diseño Delight Lab anunció que acudirá ala Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, luego de que la Corte Suprema rechazara la existencia de censura en los actos perpetrados en su contra en mayo de 2020, cuando un camión, que tenía su patente tapada, cubrió con sus focos la intervención lumínica del grupo liderado por Octavio y Andrea Gana.
La decisión se dio además, luego de que el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2020 incluyera en su registro las situaciones experimentadas por el estudio.
Octavio Gana, en conversación con el programa Semáforo,señaló que la acción busca esclarecer los hechos que vulnerarían la libertad de expresión: “Queremos que se sepa qué pasa con las patentes, por qué estaban haciendo esto, quién dio la orden y si fue la intendencia, la municipalidad o un privado”.
Para el fundador de Delight Lab las situaciones que experimentó el grupo denotan hechos de censura. En su opinión, esto resulta grave sobre todo en un contexto de movilización social: “Intentamos poner de manifiesto, principalmente, la injusticia social y la injusticia medioambiental. Hemos trabajado en los dos ámbitos”, relató.
“Hay un montón de temas, de casos que nos competen, que nos sensibilizan y, desde nuestro ímpetu, nuestra herramienta, nuestro lenguaje, tenemos que ayudar y visibilizar ciertas causas”, añadió.
Asimismo, sostuvo que Delight Lab realiza una labor vinculada a la revaloración de la palabra. “Acá nos damos cuenta que a veces cosas tan esenciales como la palabra, un verso, un gesto artístico, funcionan como herramientas, incluso como armas (…). Ahí nos damos cuenta de que el arte y la poesía funcionan como resistencia, arma de lucha, lo que es válido. Por lo mismo, no debe ser censurada y debiese ser condenada en todas las instancias”, comentó.
El estudio Delight Lab se hizo conocido luego de proyectar palabras luminiscentes en los edificios de Plaza Baquedano durante el estallido social. Así, el 19 de mayo de 2020 el equipo proyectó la palabra “Humanidad” en el ex edificio de Telefónica. Esta intervención fue tapada con focos blancos por un camión que era custodiado por Carabineros. Más tarde, el equipo vivió una situación similar, pero en el contexto de una actividad organizada por el colectivo Barrio Arte.
El estudio de diseño Delight Lab anunció que acudirá ala Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, luego de que la Corte Suprema rechazara la existencia de censura en los actos perpetrados en su contra en mayo de 2020, cuando un camión, que tenía su patente tapada, cubrió con sus focos la intervención lumínica del grupo liderado por Octavio y Andrea Gana.
La decisión se dio además, luego de que el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2020 incluyera en su registro las situaciones experimentadas por el estudio.
Octavio Gana, en conversación con el programa Semáforo,señaló que la acción busca esclarecer los hechos que vulnerarían la libertad de expresión: “Queremos que se sepa qué pasa con las patentes, por qué estaban haciendo esto, quién dio la orden y si fue la intendencia, la municipalidad o un privado”.
Para el fundador de Delight Lab las situaciones que experimentó el grupo denotan hechos de censura. En su opinión, esto resulta grave sobre todo en un contexto de movilización social: “Intentamos poner de manifiesto, principalmente, la injusticia social y la injusticia medioambiental. Hemos trabajado en los dos ámbitos”, relató.
“Hay un montón de temas, de casos que nos competen, que nos sensibilizan y, desde nuestro ímpetu, nuestra herramienta, nuestro lenguaje, tenemos que ayudar y visibilizar ciertas causas”, añadió.
Asimismo, sostuvo que Delight Lab realiza una labor vinculada a la revaloración de la palabra. “Acá nos damos cuenta que a veces cosas tan esenciales como la palabra, un verso, un gesto artístico, funcionan como herramientas, incluso como armas (…). Ahí nos damos cuenta de que el arte y la poesía funcionan como resistencia, arma de lucha, lo que es válido. Por lo mismo, no debe ser censurada y debiese ser condenada en todas las instancias”, comentó.
El estudio Delight Lab se hizo conocido luego de proyectar palabras luminiscentes en los edificios de Plaza Baquedano durante el estallido social. Así, el 19 de mayo de 2020 el equipo proyectó la palabra “Humanidad” en el ex edificio de Telefónica. Esta intervención fue tapada con focos blancos por un camión que era custodiado por Carabineros. Más tarde, el equipo vivió una situación similar, pero en el contexto de una actividad organizada por el colectivo Barrio Arte.
El estudio de diseño Delight Lab anunció que acudirá ala Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Esto, luego de que la Corte Suprema rechazara la existencia de censura en los actos perpetrados en su contra en mayo de 2020, cuando un camión, que tenía su patente tapada, cubrió con sus focos la intervención lumínica del grupo liderado por Octavio y Andrea Gana.
La decisión se dio además, luego de que el Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2020 incluyera en su registro las situaciones experimentadas por el estudio.
Octavio Gana, en conversación con el programa Semáforo,señaló que la acción busca esclarecer los hechos que vulnerarían la libertad de expresión: “Queremos que se sepa qué pasa con las patentes, por qué estaban haciendo esto, quién dio la orden y si fue la intendencia, la municipalidad o un privado”.
Para el fundador de Delight Lab las situaciones que experimentó el grupo denotan hechos de censura. En su opinión, esto resulta grave sobre todo en un contexto de movilización social: “Intentamos poner de manifiesto, principalmente, la injusticia social y la injusticia medioambiental. Hemos trabajado en los dos ámbitos”, relató.
“Hay un montón de temas, de casos que nos competen, que nos sensibilizan y, desde nuestro ímpetu, nuestra herramienta, nuestro lenguaje, tenemos que ayudar y visibilizar ciertas causas”, añadió.
Asimismo, sostuvo que Delight Lab realiza una labor vinculada a la revaloración de la palabra. “Acá nos damos cuenta que a veces cosas tan esenciales como la palabra, un verso, un gesto artístico, funcionan como herramientas, incluso como armas (…). Ahí nos damos cuenta de que el arte y la poesía funcionan como resistencia, arma de lucha, lo que es válido. Por lo mismo, no debe ser censurada y debiese ser condenada en todas las instancias”, comentó.
El estudio Delight Lab se hizo conocido luego de proyectar palabras luminiscentes en los edificios de Plaza Baquedano durante el estallido social. Así, el 19 de mayo de 2020 el equipo proyectó la palabra “Humanidad” en el ex edificio de Telefónica. Esta intervención fue tapada con focos blancos por un camión que era custodiado por Carabineros. Más tarde, el equipo vivió una situación similar, pero en el contexto de una actividad organizada por el colectivo Barrio Arte.
