La madrugada de este jueves, la comuna de Punta Arenas ingresará a su tercer confinamiento general desde que se inició la pandemia en el país, lo que ha provocado una serie de reacciones. Esto debido a que la Región de Magallanes tiene a más del 55% de su población objetivo vacunada, sin embargo, la zona destaca con la mayor tasa de incidencia por cada 100 mil habitantes(708 casos activos), generando contradicciones en la población.
Para el presidente del Colegio Médico de Punta Arenas, José Antonio Sepúlveda, no existen paradojas en cuanto a las cifras, ya que los principales contagiados de la tercera ola que atraviesa la zona, serían personas de rangos etarios que aún no están incluidos en el calendario de vacunación o que se negaron a ella. “Lo que pasa es que la población objetivo no es la que se está enfermando, las unidades críticas de los hospitales están llenísimas, con un promedio de edad que va entre los 20 a 50 años, o sea son personas jóvenes, por lo tanto no hay paradoja respecto a la vacunación”, indicó el especialista.
Respecto a la estrategia que se ha implementado en la región, Sepúlveda, señaló que es de suma urgencia generar un nuevo plan de acción, ya que por algo se volvió a retroceder a cuarentena por tercera vez.
“Se supone que mañana tenemos reunión con la Intendenta y con el Seremi para plantear una especie de nueva estrategia, porque es evidente que la que hemos tenido no ha funcionado (…). La cuarenta bien implementada con mucho control en la calle y poco permiso para salir, es una cuarentena que no debería durar más de un mes, pero si seguimos haciendo cuarentenas a la chilena, esto no va a resultar, los casos no van disminuir y los ocupación UCI tampoco. Y lamentablemente tenemos que confinarnos, no hay otra solución “, añadió el dirigente de la salud.
Desde el municipio de Punta Arenas, la alcaldesa subrogante, Elena Blackwood, manifestó su preocupación por la situación que vive la comuna, ya que cuesta asumir la decisión del Minsal puesto que han hecho grandes esfuerzos por vacunar a gran parte de población. Además, agregó que es necesario que la zona tenga una estrategia distinta, ya que existen otros factores a considerar en comparación con el resto de Chile.
“De partida nosotros tenemos otro uso horario (…) por eso deberíamos ajustarnos en una mirada regional y no con una mirada nacional como lo venimos haciendo. Nosotros hemos hecho un gran esfuerzo por dar cumplimiento a la normativa, pero seguimos teniendo focos dentro de los hogares, por que la gente ya esta cansada”. concluyó
Otro golpe a la gastronomía y turismo
Por su parte, desde el rubro gastronómico, existe un gran descontento por la medida sanitaria que comienza a regir este jueves. Jaime Jelincic, presidente la Asociación Gastronómica de Punta Arenas, comentó que el costo de la pandemia siempre lo han pagado los comerciantes, lo que ha llevado al rubro del turismo y gastronomía a un estado agónico. Además, exigió claridad en los plazos para que los locatarios se puedan programar, ya que abrir y cerrar de manera intermitente aumenta aún más la incertidumbre.
“Necesitamos que se resuelva una fecha para cuando podamos abrir de verdad, que nos digan algún criterio para organizarnos. Yo no le puedo decir a mis trabajadores que este mes trabajan y el otro no, porque la banca sigue cobrando – eso debe ser arreglado-. Queremos certeza para saber si sirve seguir haciendo este esfuerzo. De los 14 meses de la pandemia, llevamos 10 meses cerrados”.
Además, el líder del gremio gastronómico adelantó una manifestación en contra de la medida de confinamiento denominada “la ultima cena”, que se realizará el día viernes. “Ahí vamos a estar con la gente que ha sido embargada, las que tuvieron que cerrar y los que siguen luchando. La idea es sacar las mesas a la calle con manteles negros y que el rubro de la gastronomía a nivel nacional nos brinde su apoyo”.
Lo cierto, es que este jueves a partir de las 05 a.m. Punta Arenas en conjunto a las comunas vecinas de Porvenir y Puerto Natales ingresarán a cuarenta total, situación que será revisada por la autoridad sanitaria cada dos semanas. Con la aplicación de esta medida quedan prohibidas las reuniones sociales de todo tipo y la atención de público por parte del comercio no esencial, todo esto, en busca de bajar la movilidad y descongestionar el sistema hospitalario al borde del colapso.