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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Es tiempo de mayorías

Columna de opinión por Daniela Carvacho
Viernes 7 de mayo 2021 15:36 hrs.


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Nos encontramos ad portas de la elección más importante de nuestra historia, en medio de una profunda crisis política, económica, social y sanitaria, producto del actuar errático de un gobierno ineficaz, abandonado por su coalición y cuyo 9% de aprobación da cuenta del nulo apoyo popular de Sebastián Piñera.

Y si bien el episodio del tercer retiro y el fallido requerimiento al Tribunal Constitucional por parte del Ejecutivo, parece un error más de tantos cometidos por el gobierno, lo cierto es que la pugna entre Ejecutivo y Legislativo es un llamado de atención urgente para quienes aspiramos a escribir nuestra Nueva Constitución.

Hoy tenemos a un presidente incapaz de ceder y otorgar una salida institucional al malestar social, convirtiéndose en un elemento de bloqueo al sistema político gracias a la enorme cantidad de atribuciones exclusivas del poder ejecutivo. El problema es que, al no existir cohabitación de poderes Legislativo y Ejecutivo, el sistema político se descabeza por la crisis presidencial, lo que vuelve frágil al sistema, a la democracia y a nosotros mismos, pues nos vemos arrastrados por una figura que concentra todos los poderes de gobierno. Esto no es nuevo en nuestra historia, pues Chile arrastra una larga tradición de autoritarismo, presidencialismo exacerbado y centralismo, ingredientes perfectos para una democracia excluyente y restringida que, en lugar de canalizar el conflicto, lo eterniza.

Necesitamos un gobierno de mayoría, es decir, un gobierno que tenga mayoría en el órgano legislativo, que sea capaz de gobernar en forma efectiva y compartida, es decir, más democrática, un gobierno que dialogue, un sistema que otorgue salidas claras y no traumáticas ante la crisis. Tanto el semi presidencialismo como el parlamentarismo ofrecen esas ventajas, pues son regímenes más flexibles, fomentan diálogos de mayorías, es decir, más efectivos, y con una autoridad compartida entre varias figuras.

Si somos capaces de avanzar hacia un Poder Legislativo más fuerte, unicameral, más representativo de la diversidad de los pueblos que habitan el territorio, fortaleciendo la democracia representativa, si damos mayor autonomía política a las regiones y a la vez creamos mecanismos de democracia participativa que garanticen poder e incidencia a las comunidades, avanzaremos en democracia con un sentido popular.

La figura presidencial todopoderosa es lejana y autoritaria. El tiempo de los presidentes solitarios ha terminado. Es tiempo de mayorías.

Daniela Carvacho Díaz
Profesora de historia y candidata constituyente por el distrito 25

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.