Trabajadora social, activista por los derechos humanos, cantora y gestora cultural. Para Carolina Videla Osorio, constituyente por el Distrito 1, existe un simbolismo que no puede dejar pasar a la hora de ponderar y que será parte del debate que definirá la nueva Constitución.
Para ella, el hecho de llegar a esta instancia implica rememorar y remover un cúmulo de sensaciones que se arrastran desde la dictadura, sobre todo, desde 1988 cuando fue privada de libertad, pasando un año y medio en prisión.
“Nuestras miradas respecto de esta nueva Constitución tienen que ver con cómo, efectivamente, logramos desterrar la impunidad de este país, porque no va a haber ninguna Constitución y ninguna democracia sana, ni para nosotros ni para las nuevas generaciones, si mantenemos la impunidad y no se establece la verdad total y la justicia plena en este país para las víctimas de ayer y las víctimas de hoy”, comenta desde Arica, donde fue electa como constituyente con más de 3 mil 600 votos.
“En ese sentido, abrazamos la memoria histórica como un valor principal. Nuestro planteamiento es que la memoria quede establecida como un valor fundamental desde el ejercicio social para contribuir a establecer la garantía de no repetición”, dice.
¿Qué te motivó a levantar esta candidatura?
Tiene que ver con mi compromiso político. Yo soy una mujer política, militante del Partido Comunista. Desde hace muchísimos años está la urgencia de cambiar esta Constitución. Hace muchísimos años que venimos en esta lucha, por lo tanto, la preparación ha sido en forma permanente y, cuando se da todo lo que ha ocurrido, esta revuelta social, el partido me propone como una de las candidatas junto a otro compañero. Y lo asumí con harta humildad, con mucho entusiasmo también, con mucha creatividad para poder hacer una campaña en medio de la pandemia y cuarentena. Las motivaciones tienen que ver con eso, con un principio de vida, con una lucha de muchos años,
Hay constituyentes que ya han comenzado a reunirse para definir lo que será el reglamento ¿Has sido parte de esas conversaciones previas?
Se formó un grupo de constituyentes feministas. Ahí hay más de 35, entre ellas, la machi Francisca Linconao. Ese primer encuentro que tuvimos fue muy honroso, un espacio de mucha emotividad, porque la lucha que venimos dando tiene que ver con, por ejemplo, las causas que abrazan los hermanos del pueblo mapuche. Y, cuando ella fue detenida, en Arica también llevamos una campaña para su liberación.
¿Qué aspectos deberían ser plasmados en este reglamento?
El reglamento tiene que tener perspectiva de género, porque hay muchos constituyentes que tienen, en esta lógica patriarcal y en este sistema, la limitante de cómo distribuir sus tiempos y sus espacios, teniendo hijos e hijas a cargo para poder desempeñarse en este rol tan histórico y fundamental. Todas esas cosas también las vamos a abordar.
Se habla mucho de que algunas sesiones sean transmitidas. ¿cuál es tu opinión?
Desde mi vivencia territorial, una de las cosas principales tiene que ver con la apertura de este proceso. La Convención debería funcionar en esa línea, con sesiones abiertas y de forma permanente para que toda la ciudadanía las pueda ver, pero también está la importancia de que se pueda sesionar en los distintos distritos. Ese es uno de los temas principales que debieran estar en ese reglamento y también el enfoque participativo. Cuando hicimos la campaña, planteamos la importancia de la participación ciudadana y, para ello, hicimos un compromiso que lo vamos a honrar: instalar la Casa Constituyente, que es un espacio físico, el cual se abre a la ciudadanía para vivir en forma colectiva el proceso de la redacción de la nueva Constitución. Estamos muy esperanzados en esa Casa, que va a funcionar de manera permanente e independiente, que se traslade a los territorios de mi región. Desde nuestra mirada, desde el día uno hasta el punto final de la redacción, debe haber participación activa de las bases sociales. Es así como se va a legitimar esta Constitución.
Para ti, ¿cuáles son los temas prioritarios que se deben debatir en la Convención Constitucional?
Como uno de los prioritarios, los derechos humanos como valor principal. También la descentralización, que es un tema fundamental para abordar, porque, si logramos un Estado descentralizado, que efectivamente entregue poder de decisión política y económica a cada territorio y que esas decisiones sean con una amplia participación de la ciudadanía, eso va a permitir, no solamente que la Región pueda decidir por su futuro, sino que los municipios dejen de ser meros administradores y tengan un rol principal, fundamental desde la lógica de gobiernos comunales para construir dignidad para el buen vivir (…). También el Estado plurinacional para la autonomía territorial de los pueblos originarios y quiero hacer énfasis en el pueblo tribal afrodescendiente, que quedó fuera de los escaños. Esa es una contradicción democrática. Ellos han luchado mucho por este reconocimiento y nuestra región tiene la más alta población de afrodescendientes, por lo tanto, para mí es un tema fundamental el reconocimiento de los pueblos originarios y el pueblo tribal afrodescendiente.
Tú fuiste presa política, ¿qué significado tiene el llegar a esta instancia, luego de vivir esa experiencia?
Es tristemente simbólico, porque yo fui detenida cuando recién cumplí 19 años. Esto fue posterior al 5 de octubre de 1988, es decir, ya había ganado el “No” y la esperanza andaba revoloteando en el corazón del pueblo, si lo queremos romantizar. El 31 de diciembre de 1988, en un saludo que es una costumbre de la Brigada Ramona Parra, fue asesinado Salvador Cautivo. Allí hubo un enfrentamiento y, a raíz de aquello, varios jóvenes fueron detenidos por el fiscal militar Juan Bautista Romo Aravena. Yo fui detenida junto a otras compañeras y compañeros y se nos abrió proceso como ha ocurrido con los jóvenes. Por eso digo que es simbólico, porque hoy estamos en un cambio, en un hito, en un momento histórico del país, con jóvenes privados de libertad.
Es brutal que ahí se repitan las imágenes…
Es brutal. Por eso me emociono al hablar. Desde el trabajo que hemos venido realizando, hemos dicho que la impunidad del pasado, esa no justicia, ese no establecimiento de la verdad, es la que ha garantizado todas las injusticias que estamos viviendo hoy, porque la dictadura no afectó solamente a las víctimas directas, a los ejecutados y ejecutadas, a las más de mil 200 personas que permanecen desaparecidas hasta el día de hoy, sino que afectó al pueblo en su conjunto. Entonces, es una mezcla de sentimientos. Es decir, hoy estamos viviendo este momento histórico, pero no olvidamos, porque sería imposible olvidar el pasado, que es lo que a nosotras nos ha mantenido en pie durante todo este tiempo. Siempre decimos que nosotros pertenecemos a este pequeño grupo que existe en todo Chile, de aquellos que no tuvimos que despertar, porque nunca nos dormimos, nunca dejamos de estar en la calle, exigiendo verdad y justicia (…). Y con mucha tristeza, con mucho dolor, vimos luego las mutilaciones oculares, los muertos, los montajes con estos famosos incendios y empezamos a poner las fotos de las víctimas de esta revuelta social.
Tú también eres cantora popular ¿cómo te interesa abordar el tema de los derechos culturales en el debate de la Convención?
La aspiración es que la cultura quede establecida como un derecho dentro de la nueva Constitución, así como los mecanismos para que la ciudadanía, en su conjunto, acceda y goce de la expresión cultural y de los valores culturales, pero esto tiene que venir con mecanismos de protección a los trabajadores y trabajadoras de la cultura que han sido tremendamente golpeados, particularmente, en esta pandemia, pero a lo largo de la historia han sido invisibilizados. Los artistas no han sido valorados como trabajadores, sino como personas iluminadas con dotes especiales, pero el reconocimiento de ellos como trabajadores tiene que estar establecido en la Constitución, para que puedan tener la protección que se requiere. Eso va a ser fundamental en el debate.
En términos de infraestructura cultural, ¿cuál es la realidad de Arica?
La infraestructura cultural es muy precaria. El Teatro Municipal ha tenido reparaciones, pero no cuenta con toda la infraestructura técnica que requiere una producción teatral. Nosotros no tenemos una biblioteca pública, tenemos una tremenda biblioteca regional en la Universidad de Tarapacá, pero es de la universidad y no hay grandes lugares para hacer eventos. Son los parques públicos, el Teatro Municipal y hace poco se restauró la ex Aduana, que es un edificio patrimonial, que hoy se llama la casa de la cultura, pero es un espacio pequeño. No hay salas de danza, salas de estudios de grabación.
¿Cómo explicas esto?
Si le entregas menos del 1 por ciento del presupuesto de la nación a Cultura, en realidad, desde ese punto de partida, entendemos que va a ser siempre un camino muy largo, todo concursable, todo desde el sistema neoliberal. Mercantilizado, competitivo e individualista, no hay una mirada más colectiva de la construcción que necesitamos. Mira, ésta es la ciudad de los estudios: de productividad, infraestructura, de plazas laborales, de todo. Todo el mundo nos estudia y por ello se paga increíblemente, pero con mucha tristeza vemos que cuesta que se concrete en medidas concretas.