El último estudio de la Fundación SOL titulado Propuesta de reajuste del Salario Mínimo con criterios de suficiencia (2021 – 2023) para una Recuperación no Precaria busca dar cobertura a la línea de la pobreza de forma gradual. Considerando un hogar de 4 personas, se alcanzaría la línea de la pobreza en noviembre de 2023 con un Salario Mínimo bruto de $625.000.
Para lograr su efectiva implementación, la propuesta se base en tres criterios:. El primero es la suficiencia del Salario Mínimo en relación a gastos del hogar, al tamaño de la economía y a la línea de la pobreza, el segundo la gradualidad en los reajustes para satisfacer estos criterios de suficiencia y el tercero apunta a considerar mecanismos de subsidio para las micro y pequeñas empresas que requieren de un apoyo temporal para disminuir el impacto de estos incrementos en el costo salarial.
El presente reajuste salarial pluri-semestral vuelve a poner en el centro de la discusión el objetivo principal de la política pública del Salario Mínimo, esto es, que lo que reciba el trabajador o trabajadora pueda satisfacer sus necesidades esenciales y las de su grupo familiar, es decir, que “al menos permita cubrir la línea de la pobreza (sobrevivencia) para un hogar promedio de cuatro personas, de tal forma, que no sea obligatorio que 2 o más personas en un hogar trabajen jornada completa solo para superar la pobreza por ingresos definida por el Estado de Chile” afirma Benjamín Saéz, investigador de la Fundación SOL y co-autor del estudio.
Uno de los criterios de la propuesta tiene relación con la protección de las micro y pequeñas empresas mediante subsidios temporales y decrecientes, que les permita enfrentar los efectos económicos de la actual crisis sanitaria y beneficiar a sus trabajadores y trabajadoras.
El primer reajuste equivale a $33.500 para el 1 de mayo de 2021, lo que se traduciría en un Salario Mínimo de $360.000. Las empresas que registren ventas anuales hasta 25.000 UF tendrían un subsidio total, de forma que seguirán costeando un salario de $326.500.
El primero de noviembre de 2021 se llevaría a cabo el segundo reajuste de $60 mil y se alcanzaría un sueldo de $420.000. El subsidio contemplado para las micro empresas equivaldría al 100% de las cotizaciones previsionales que pagan las y los trabajadores, es decir $79.800. Las micro y pequeñas empresas que venden entre 600 y 5.000 UF recibirán un 90% del subsidio; y por último, las pequeñas empresas con ventas entre 5.000 y 25.000 UF ($740 millones al año) recibirán 80% del subsidio, de esta forma podrían costear un Salario Mínimo efectivo entre $340.200 y $356.160.
Los próximos reajustes serán cada semestre en $60 mil y el porcentaje del subsidio según el tamaño de la empresa se irá reduciendo en 10 puntos porcentuales, hasta que en mayo de 2023 se alcancen los $600 mil brutos y en noviembre del mismo año se llegue a cubrir, por primera vez, la línea de la pobreza o sobrevivencia para un hogar de cuatro personas con un monto bruto de $625 mil pesos y un salario líquido de $506.250.
Mientras tanto, los subsidios a las micro y pequeñas empresas se extenderían hasta noviembre de 2026, ya en mayo de ese mismo año sólo se estaría beneficiando a las micro empresas que venden hasta 600 UF al año con un monto equivalente al 10% de las cotizaciones previsionales.
Costo de la propuesta
El costo anual promedio para el periodo (2021-2023) sería de US$456 millones. La propuesta contempla su financiamiento redireccionando los recursos del Ingreso Mínimo Garantizado (IMG), que corresponde a una transferencia directa a los trabajadores/as dependientes para garantizar un ingreso líquido mayor a $300.000.
Eliminando esta política de Ingreso Mínimo Garantizado es posible aumentar el valor de la fuerza de trabajo y dejando el costo real de la propuesta en US$176 millones más de lo que se proyectaba gastar para el IMG. Esta suma de dinero representa un 0,06% del PIB de Chile, el cual podría financiarse a partir de una mayor recaudación de impuestos.
Las propuestas por parte del gobierno siguen estando bajo un paradigma que no responde a estándares básicos de suficiencia, ni tampoco contribuyen a corregir el actual atraso salarial, sino más bien apoya con subsidios que no elevan el valor de la fuerza de trabajo. Este estudio viene a llevar la discusión a un plan de reactivación no precaria para las y los trabajadores, mediante una medida de emergencia de corto plazo.
La propuesta presentada permite superar la línea de la pobreza en un plazo de dos años, como una medida de emergencia de corto plazo. Además de llevar la discusión a avanzar en corregir el atraso salarial avanzando en un plan de reactivación no precaria para las y los trabajadores.
Perspectiva Comparada
Uno de los mayores argumentos para retrasar el aumento del salario mínimo es que se requiere un mayor crecimiento económico, sin embargo, como es posible observar en el siguiente gráfico, el salario mínimo de países más avanzados, cuando tenían el mismo PIB per cápita en términos comparables, resultaba ser considerablemente mucho mayor al chileno.
Holanda al año 2020 tenía el mismo PIB per cápita en dólares comparables que tiene Chile y su Salario Mínimo era 3,7 veces superior, sucede lo mismo con el caso de Estados Unidos, que al año 1966 tenía condiciones similares y su salario mínimo era 3,2 veces superior al valor nacional actual.
Por último, los investigadores concuerdan en que la discusión respecto al valor del trabajo remunerado debiese apuntar a solventar los gastos efectivos de los hogares, cabe recordar que el 41,7% de quienes perciben el mínimo o menos corresponden a jefes o jefas de hogar. Asimismo, recalcan en definir democráticamente el fin y luego debatir respecto a los medios para conseguir tales fines.