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Sumito Estévez, chef venezolano: “Todos los países ganan bastante con las migraciones”

En conversación con el programa Cuestión de Gustos, el empresario y cocinero radicado en Chile se refirió a sus vínculos con la ciencia, a sus inicios en la gastronomía y a su relación con su hija, quien inició un proceso de transición al identificarse como transgénero no binario.

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  Jueves 3 de junio 2021 15:31 hrs. 
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A principios de 2018, el chef venezolano Sumito Estévez (55) se instaló en Chile para sumarse a un proyecto específico del Centro de Innovación Gastronómica de Inacap. Esa visita estaba proyectada sólo para unos meses, pero las cosas se fueron dando y el cocinero decidió quedarse en Chile para levantar su propio emprendimiento: SumoGusto, un restaurante cuyo menú combina las recetas venezolanas con los sabores del mundo y que hoy funciona en modalidad Delivery.

“En un momento me vi en una situación muy complicada en Venezuela a raíz de toda esta crisis y las primeras personas a las que, curiosamente, les pedí una mano, eran dos chilenos”, comentó el chef en entrevista con el programa Cuestión de Gustos respecto de su decisión de quedarse en Chile

Durante la entrevista, el chef también se refirió a su paso por los estudios de física y a su decisión de dedicarse por completo a la gastronomía. Según indicó, su casa siempre estuvo muy ligada a la ciencia, ya que su padre había sido miembro fundador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes. 

“Era normal que en la casa se hablara y, se habla, mucho de ciencia. La única suscripción que tengo hoy es de una revista de ciencia, ni siquiera una de cocina. Y, cuando decidí estudiar física, era lo natural. Lo que siempre había soñado con hacer de chico y el mundo de la cocina fue un accidente”, relató. 

sumito estévez

Sumito Estévez señaló que siempre le gustó cocinar, por lo que a los 14 años fue parte de un club de gastronomía. Sin embargo, la decisión definitiva se dio cuando comenzó a trabajar en un restaurante mientras, paralelamente, estudiaba en la universidad. Las cosas se dieron por azar, según precisó: “Nunca me vi siendo cocinero, hasta que entré a una cocina a trabajar. Ni siquiera era algo que tenía en el panorama como una posibilidad. Me veía perfectamente proyectado en el futuro como un investigador de ciencia”, dijo. 

El cocinero venezolano también comentó que su paso por la academia le permitió ser mucho más metódico a la hora de desarrollarse como chef.  “Uno tiende a buscar fuentes de información, cosa que es inusual en el mundo de la cocina”, explicó.

“El método universitario genera algo que es muy importante en mi cocina, que es la capacidad de documentar (…). Siento que si es muy útil pasar por un medio universitario para llegar al mundo de la cocina, porque cambia la mirada metodológica” subrayó el cocinero. 

El chef también abordó etapas de su infancia, por ejemplo, los viajes que realizó a India para conocer a su familia materna. También se pronunció respecto de la separación de sus padres y cómo ese distanciamiento le permitió vivir dos mundos culinarios completamente diferentes: el venezolano de su padre y el de la india de su madre. Tuve la posibilidad de vivir dos países en uno”, comentó. 

Por otra parte, Estévez se refirió al universo gastronómico que encontró al llegar a Chile. Sobre este tema, el chef señaló que nuestro país tiene una “pequeña pesadilla a la hora del mercadeo que se llama Santiago de Chile”. “Este es un país tan largo, con regiones tan increíblemente marcadas, que, obviamente, tiene muchas cocinas”, explicó. 

“El tema es que quien es la voz cantante es la ciudad y es muy difícil para Santiago de Chile, como todas las capitales, explicar qué es gastronómicamente Chile. Por lo tanto, quienes entramos a Santiago de Chile, que es un polo de atracción, nos cuesta mucho entender qué se come en Chile”, dijo. 

“Es un país fascinante en términos gastronómicos. El otro punto que me parece espectacular es que la cocina está más asociada a lo espiritual”, agregó el cocinero.   

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Sumito también indicó que es importante que los hijos de migrantes no pierdan su vínculo con la cultura gastronómica de sus países de origen. Según manifestó, “por muy chilena que se vuelva esa persona” siempre le van a preguntar sobre sus raíces. “No es un tema de nacionalismo. La pertenencia es importante para que el corazón sane”, señaló. 

Todos los países ganan bastante con las migraciones”, dijo y añadió sobre su experiencia en Chile: “Estoy muy agradecido, porque siento que Chile lo ha sabido manejar muy bien con respecto a todo el continente”. 

Finalmente, el cocinero se pronunció respecto de su relación con su hija, quien inició un proceso de transición al identificarse como transgénero no binario: “La gente tiene que entender que la comunidad trans a nivel mundial tiene expectativa de vida de 48 años (…),  porque se normaliza la idea de que por ser distinto una persona es menos valiosa”, comentó

Y cerró: “Mi lucha no es por mi hija, porque mi hija tiene los suficientes recursos. Mi hija no necesita que venga papá a defenderla. Mi lucha es para que la gente termine de entender que hay cosas que no son negociables en la humanidad que son los derechos humanos, el derecho a la casa, la educación, la salud, la identidad. el derecho a la vida”. 

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