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Plurinacionalidad, pero no solo eso: los deseos constituyentes de los pueblos originarios

Los 17 escaños reservados son la esperanza de las naciones preexistentes al Estado de Chile para garantizar en un texto fundamental los derechos que por siglos se les han negado.

Andrea Bustos C.

  Domingo 6 de junio 2021 15:26 hrs. 
pueblos indigenas

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Fueron más de 280 mil votos los emitidos en las papeletas de pueblos indígenas en las elecciones del 15 y 16 de mayo. Si bien el resultado final estuvo lejos de alcanzar una participación amplia – con un padrón de cerca de un millón de personas – aquellos sufragios significan un hecho histórico para Chile.

Por primera vez, los integrantes de pueblos originarios votaron por representantes de sus naciones de origen, sufragios que garantizan su participación en el proceso Constituyente a través de escaños reservados.

Sin embargo, el anhelo de los pueblos originarios no se restringe solo a ser parte de esta redacción, pues el objetivo es que sus demandas históricas respecto de sus derechos y garantías internacionalmente reconocidas queden plasmadas en el texto constitucional.

La vulneración vivida por los pueblos originarios no ha cesado a lo largo de la historia. Si bien los vejámenes cometidos en tiempos de la Conquista hoy serían impensados, la violencia ha mutado a otras expresiones, manteniéndose presente, de forma simbólica incluso, en la institucionalidad pública.

Casos como el de Gabriela Blas, mujer aymara condenada por la muerte de su hijo sin consideración de las características culturales presentes en su caso, o el de Lorenza Cayuhan, obligada a parir engrillada, son muestras recientes de la violencia ejercida hacia los pueblos originarios, muchas veces con mayor fuerza hacia las mujeres.

 

Escaños

 

Falta de respeto a las lenguas originarias, ausencia de interculturalidad en la educación o la salud son otras muestras de la poca valoración y amplia vulneración que ejerce el Estado de Chile sobre las naciones preexistentes a su conformación. Por ello, la posibilidad que los pueblos originarios puedan por fin dejar su huella en la nueva Constitución es una esperanza ampliamente sentida.

Plurinacionalidad y absoluto respeto

La plurinacionalidad es uno de los conceptos clave para establecer un nuevo marco de reconocimiento a las naciones que habitan Chile. El concepto hace referencia a un modelo político, económico y sociocultural que reconoce la existencia de diversos pueblos en su extensión geográfica, reconociendo así sus diferencias, pero especialmente garantizando el reconocimiento de sus derechos y su autonomía, así como también el desarrollo equitativo de estas diferentes naciones.

Hoy aquello en Chile no ocurre, pues si bien se reconoce la existencia de diversos pueblos, lo cierto es que las naciones originarias no son vistas y tratadas como tales.

“Nosotros nunca hemos sido considerados en la Constitución chilena, por tanto no están resguardados nuestros derechos. Entonces toda la violencia ejercida contra las naciones originarias radica en esa invisibilización”, explica Elisa Loncon, constituyente electa por el pueblo mapuche.

Y agrega que “si queremos cambiar el modo de relación del Estado de Chile con las naciones originarias, eso pasa por el reconocimiento de la plurinacionalidad, aplicada fundamentalmente en los derechos colectivos que tienen las naciones originarias, y que también ya son reconocidos a nivel internacional”.

Desde Rapa Nui, la constituyente electa Tiare Aguilera Hey comenta que este proceso -con la inclusión de 17 escaños reservados- “es una oportunidad para actuar en conjunto y de alguna forma materializar las demandas transversales en esta nueva propuesta de Constitución”.

Tiare Aguilera Hey

Tiare Aguilera Hey, constituyente electa de Rapa Nui.

Asimismo, respecto de debate que se dará en el proceso, Aguilera explicó que como pueblo aspiran a seguir mejorando los lazos entre el Estado de Chile y Rapa Nui.

“Nosotros tenemos un gran avance en la Constitución actual, que se ve reflejado en el artículo 126 bis donde se reconoce a Rapa Nui y a Juan Fernández como territorios especiales por la fragilidad ecosistémica y cultural, esto especialmente en Rapa Nui”, señala.

“Para nosotros es muy importante que en esta nueva constitución se profundice mucho más en el reconocimiento de esta especialidad, que podamos contar con normas especiales y ojalá con un capítulo especial dentro de la Constitución”, agrega.

Pero, sin perjuicio de las particularidades de cada pueblo, la constitucionalista Rapa Nui explicó que la plurinacionalidad es un principio que no puede estar ausente para garantizar el respeto de cada nación.

“Las demandas de nosotros como pueblos se ven reflejadas en lo que implica este concepto que, principalmente, tiene que ver con autonomía para los distintos pueblos, con una relación especial para el territorio, con la administración de los recursos naturales, con el reconocimiento de los organismos tradicionales, de la bandera, de la lengua (…) De alguna forma albergaría de mejor manera las distintas demandas del pueblo Rapa Nui y también de los distintos pueblos indígenas de Chile”, explica.

El concepto no es nuevo a nivel internacional, está reconocido de forma global y algunas constituciones ya lo garantizan. Tal es el caso de Ecuador y Bolivia en la región. Sin embargo, en Chile es una discusión pendiente.

Pero el establecimiento de la plurinacionalidad no es un punto único, pues su consagración no tendría sentido a futuro de no acompañarse por el reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales de los pueblos originarios.

 

Elisa Loncon

Elisa Loncon, constituyente electa del pueblo mapuche.

 

“Eso haría la diferencia, porque si tendremos una constitución que nominativamente se reconoce plurinacional, pero no resguarda los derechos colectivos, será la nada misma”, manifiesta Elisa Loncon.

Una filosofía diferente

Otro punto esencial instaurado desde los pueblos indígenas en la discusión pública es la forma de relación con la naturaleza. Mientras para muchos chilenos y chilenas ésta es un insumo para el vivir humano, para las naciones originarias la naturaleza es parte de sus vidas, y no está a su servicio, sino que es un complemento, una compañera.

Este punto también será revisado en la Constitución, pues deben analizarse varios puntos relacionados, como la garantía de un medio ambiente libre de contaminación, el agua, o el modelo de desarrollo del país, que hoy se fundamenta en lo que algunas corrientes han llamado extractivismo.

“El tema de los derechos de la naturaleza, la visión como un ser vivo es indígena, pero la necesidad de proteger la tierra y sus seres como los ríos, las montañas sí o sí lo deben incorporar toda la sociedad (…) La crisis que vivimos tiene que llevarnos a la reflexión de que gran parte ha sido provocada por este desbalance y la explotación desmedida de la naturaleza por el ser humano, y eso cabe abordarlo con profundidad”, explica Loncon.

Aquel anhelo no se restringe solo al pueblo mapuche, pues la vinculación y respeto con la naturaleza se amplia a todos los pueblos originarios que habitan el país.

Ejemplo de aquello es que la constitucionalista aymara Isabella Mamani también ha consagrado en su programa los temas territoriales y el agua como un derecho humano.  Mientras que Isabel Godoy, representante Colla, ha manifestado públicamente la necesidad de consagrar los derechos de la naturaleza, un tema que si bien es poco abordado en Chile, ha sido ya consagrado en otras constituciones.

nueva constitucion

La viabilidad del debate

La derrota de la derecha en las últimas elecciones no solo causó molestia, división y amplia necesidad de revisión interna en el sector, sino también abrió para los sectores que buscan transformaciones la posibilidad de llevar los temas al debate sin las limitaciones que se podían prever.

“Ya hay constituyentes que lo incorporaron en sus campañas, como desde 8M y la Lista del Pueblo. La derecha oficialista que se opone siempre al reconocimiento y al ejercicio de derechos está en minoría, entonces a través de un trabajo de alianza con todos los sectores del pueblo de Chile es posible obtener eso y tener incorporación dentro de la Constitución no solo el concepto de plurinacionalidad, sino también los derechos colectivos de las naciones originarias”, señala Elisa Loncon, constituyente mapuche.

Sin embargo la forma y profundidad del debate no solo dependerá de la intención de los y las constituyentes, sino también de cómo la ciudadanía siga el proceso  y presione para que efectivamente sus demandas históricas sean incluidas.

Desde Rapa Nui, Tiare Aguilera Hey hace énfasis en la incertidumbre que existe hoy al respecto y destaca la necesidad de que este proceso no solo se clarifique a la brevedad para los constitucionales electos, quienes todavía no tienen plena certeza de cómo será su operatividad, sino que también se comience desde ya a revisar la forma en que se garantizará el diálogo.

“El presupuesto también nos juega en contra para la participación ciudadana. Es un presupuesto bastante escueto para lo que significa la incorporación no solo de los pueblos originarios, sino para una efectiva participación ciudadana en todo el país, sobre todo en regiones donde se complejiza mucho más. Ha sido bastante compleja la forma en que se ha dado la información, un proceso lento”, dice.

Más allá de la forma en que se den los debates, tal como ocurrirá con otra decena de temas, el proceso constituyente abre caminos de discusión que hasta ahora no estaban presentes, dando oportunidades históricas para que quienes por décadas han sido olvidados y vulnerados hoy tengan un espacio para la garantía de sus derechos.

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