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Piero: “Soy un periodista, un tipo que cuenta lo que pasa”

El músico nacido en Italia y radicado en Argentina conversó con el programa Herencia y Coherencia del Centro Desarrollos Sistémicos Serbal, espacio donde se refirió a su infancia, a sus inicios en la música y a su exilio político.

Diario Uchile

  Lunes 7 de junio 2021 17:25 hrs. 
Piero

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Piero de Benedictis, más conocido como Piero, es una persona que acumula un sinfín de historias. A sus 76 años recuerda con claridad su infancia en Italia, su viaje en barco a Latinoamérica y sus inicios en la música. Así lo dejó ver en entrevista con el programa Herencia y Coherencia del Centro Desarrollos Sistémicos Serbal.

“Hay muchas anécdotas y vivencias”, comentó el músico durante la conversación, rememorando, en primer lugar, cómo sus primeros años estuvieron marcados por la ausencia de su padre.

“Nací en Italia en un pueblo de pescadores y turismo. Entonces, aparece una historia en la que tenía menos de 13 años. Todos los días, mi madre me peinaba y yo le preguntaba, dónde está papá. Y ella decía: ‘en la América’”, rememoró el cantautor. 

Un día, ella me va a buscar al jardín de infantes y le dicen que Piero no había ido. Pasaron dos, tres, cuatro horas y, entonces, una chica que era amiga de mamá, que era planchadora, me dice: ‘Piero, ¿qué haces acá?’ Me voy a América. Ella se quedó pasmada y me dijo: ‘Déjame que termine de planchar y nos vamos juntos’”, relató el compositor. 

El músico también compartió cómo fue la experiencia de viajar en barco, junto a su familia, para instalarse en Allen en Río Negro, Argentina. Según dijo, en esa travesía descubrió su pasión por la música. Nuevamente se había desprendido de su madre, quien lo encontró horas más tarde comiendo chocolate, mientras le cantaba a un grupo de viajeros. 

“Se perdió Piero de nuevo. Mi mamá desesperada dejó a mi hermana en el camarote y me fue a buscar en el barco hasta que me encontraron en el tercer turno del barco y me ven sentado arriba de la mesa, comiendo chocolate y cantando para los muchachos”, dijo, indicando que su historia tiene mucho que ver con el perderse para reencontrarse. 

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El músico también compartió una anécdota de su adolescencia. Apenas había terminado primaria y, producto de la influencia de uno de sus amigos, inició una carrera como seminarista, desconociendo, completamente, el carácter de esa decisión. Según dijo, su único deseo era cursar el seminario para llegar a Buenos Aires y comenzar a vivir en la metrópolis. No había ninguna motivación religiosa detrás.  

“Estábamos llegando, jugando y nos fuimos a la capilla y el inspector nos da la bienvenida y yo digo: ¿qué sacerdote?, ¿de qué me está hablando? Están todos locos acá. Me vino una paranoia y terminó la charla y me voy a la oficina del director y le digo: ‘Mire padre, aquí hay una confusión’. Y me dice: ‘He visto casos raros, pero esto nunca lo había escuchado’. Así que el cura me dice que me quede unos días y así fue que me gustó”, comentó el cantautor. 

“Hice dos años y el tercero me fui a Buenos Aires, o sea , que a los 11 yo estaba independizado. Ahí empecé a conocer gente, curas, que fueron famosos, curas del tercer mundo, solidarios, curas normales, verdaderos, hermosos. Ahí tocamos la guitarra y sonaba bien. Entonces, dije, estoy enfermo tengo surmenage (…), pero era mentira. Yo quería estar solo con la guitarra. Me fui a la enfermería y ahí empecé a tocar hasta que dije, nunca quise ser cura. Fue un pacto con Dios de vamos a hacer un viaje juntos, pero quiero tener familia, tener chicos, entonces, me salí del seminario”, dijo. 

Piero también indicó que fue su padre, quien lo apoyó en un primer momento para iniciar un viaje a Buenos Aires e iniciar su periplo musical. Sin embargo, señaló que en ese camino hubo mucho azar: “Todo fue regalado, desde arriba”, comentó.  

“Hasta que llegamos a un club de barrio y estaba lleno. Ahí me agarró como un toque en el corazón. Esto era un juego para mi y me puse a llorar. Le hablé a la gente y les dije: ‘Voy a dejar la carrera de medicina. Me voy a poner a cantar porque ustedes me están diciendo que me ponga a cantar. Quiero ser del pueblo para el pueblo (…) y voy a ser como un cantor que les cuenta cuentos, historias de lo que pasa en la vida’. Así empecé”, recordó. 

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Por otra parte, Piero comentó cómo, en 1968 junto a José Tcherkaski, nació una de sus canciones más recordadas: Mi viejo. Según compartió, su padre fue uno de los primeros en escuchar esta melodía que terminaría por marcar su carrera musical. “Fue una cosa muy fuerte, un parto, porque él lloraba y yo lloraba hasta que terminé. Entonces, él seguía caminando y llorando por el living”. 

El músico también se refirió al contexto en que se dio su exilio en 1976. Él acababa de ser padre, por lo que debió abandonar a su familia, refugiándose en España. En ese sentido, el músico sostuvo que su hermana fue quien lo alertó respecto de su persecución: “Yo le decía, yo no estoy en política, cuento cosas que son un poco la realidad, pero soy un periodista, un tipo que cuenta lo que pasa y ella no me escuchaba, lloraba”.

“Cuando cruzo la Avenida Libertador, que vivía ahí, le hablo a un amigo que vivía al frente de la avenida. Mientras subimos a su departamento vimos que abajo ya estaban los dos Ford Falcon sin patente en la puerta de la casa. Subieron, entraron por diez minutos y rompieron todo. Nunca más entré a ese departamento”, dijo. 

Finalmente, Piero rememoró su vínculo con países como Colombia y se manifestó esperanzado respecto del proceso constituyente que vive Chile. “Chile despertó y está despertando. Están pasando cosas muy interesantes que hay que cuidarlas, porque son pequeños grandes progresos”.

Revisa la entrevista completa aquí: 

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