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Año XVI, 25 de abril de 2024


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Del “Nunca más” de Cheyre al estatuto de garantías de la democracia de Jadue

El planteamiento del candidato presidencial comunista abrió un nuevo debate en el encendido escenario electoral. Dos académicos de la Universidad de Chile plantean sus posturas respecto de esta idea donde está en el centro un hecho histórico: el golpe de Estado encabezado por las FF.AA. contra el Gobierno de Salvador Allende.

Raúl Martínez

  Domingo 13 de junio 2021 21:14 hrs. 
Jadue

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Daniel Jadue, el candidato del Partido Comunista, volvió a quedar en el centro del debate luego que planteara en un programa de Facebook Live que pediría un estatuto de garantías democráticas a la DC y el Ejército para asegurar que en caso de ser electo presidente, no será derrocado como ocurrió con Salvador Allende en septiembre de 1973.

Es más: Jadue agregó que las FF.AA. no pueden colocarse nuevamente al servicio de una potencia extranjera y luego recordó que las instituciones castrenses nacionales han actuado más veces contra el pueblo chileno que en guerras con otras naciones.

Sus palabras encendieron la discusión en medio del debate político que ya se está presidencializando de cara a la elección del próximo mes de noviembre donde el alcalde de Recoleta aparece como el candidato con mayor preferencia en todas las encuestas de opinión.

Las reacciones llegaron desde todos los sectores: el Presidente Sebastián Piñera afirmó que los dichos de Jadue demostraban una “mala comprensión de la democracia”, mientras que la candidata presidencial del Partido Socialista, Paula Narváez, indicó que el edil “se equivoca” y demuestra “ciertas vacilaciones democráticas”.

El concepto que se ha reiterado en estos días respecto de lo dicho por Jadue es que su error está en que las FF.AA. chilenas son obedientes al poder civil y no deliberantes del devenir político del país.

Consultado por Diario y Radio Universidad de Chile, el doctor en ciencia política y docente del Instituto de Asuntos Públicos de nuestra casa de estudios, Felipe Agüero, se mostró de acuerdo con ese planteamiento.

“Me parece un planteamiento equivocado. Creo que las FF.AA. en este periodo y en todo periodo deben permanecer fuera sin deliberar y este llamado a este estatuto de garantías es preguntarle a las FF.AA. que den unas garantías, garantías que están ya están contenidas en la Constitución. Entonces no me parece a mí ni necesario ni conveniente”, precisó el docente.

Para Agüero el paso de los años no da una perspectiva respecto del apego estricto de las entidades armadas al marco democrático, algo que a su juicio debe estar contenido en la nueva carta fundamental que se va a comenzar a redactar en algunas semanas más.

“Todavía las FF.AA. siguen por mandato de la Constitución, que se va a cambiar ahora, que es de la seguridad nacional. Creo que ese es un concepto que tiene que ser reemplazado por otro, tiene que desaparecer ciertamente de la Constitución. Creo que en las FF.AA. ha habido algunos avances, pero la verdad es que son poco conocidos y la responsabilidad en eso más bien está en el lado de los gobiernos, del poder civil que de las propias FF.AA.”, subrayó.

Otra mirada la aporta el doctor en sociología y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile Miguel Urrutia, quien plantea que la idea planteada por Jadue es acertada.

Para el académico, la iniciativa tiene como objetivo “buscar la evitación a toda costa de actos de boicot sedicioso en contra de cualquier gobierno, de cualquier signo que asuma. Se sabe que es más probable que esos actos de boicot ocurran cuando son gobiernos definitivamente de izquierda porque la experiencia nos lo demuestra”.

Para Urrutia el “este llamado de Jadue se puede leer como un pacto en un sentido amplio, no solo de imponer algo como se le hizo en el caso de Allende, lo que fue prácticamente una prehumillación antes de ascender a la presidencia. Acá podríamos estar hablando de un pacto efectivo de garantías donde se puedan a sentar a conversar fuerzas que no necesariamente van a deliberar contenidos programáticos de un gobierno, pero sí van a deliberar el marco en el cual cualquier programa que exprese la soberanía popular debe desarrollarse”.

Respecto del rol de las FF.AA. en la era postdictatorial, Urrutia indicó que aún falta mucho por hacer, en particular porque el poder civil se ha conformado con aperturas y reconocimientos que son ambiguos, en particular cuando el Ejército planteó la tesis del “Nunca más” a través del entonces comandante en jefe de la institución castrense, Juan Emilio Cheyre.

Esto porque a juicio del académico hay un sector político “recalcitrantemente conservador” en el país que tiene “una interpretación retorcida del “Nunca más”. Estos sectores demandan “que no se repitan los actos de insubordinación del mundo popular que según esta interpretación, habrían llevado a un desenlace como el del golpe. Esa interpretación aparece a cada instante, de modo que el nunca más que supuestamente corona este proceso, es muy insuficiente”.

Para Urrutia “desde ese punto de vista, un llamado de atención como el que está haciendo hoy día Jadue a través de la noción de un estatuto de garantías democráticas, me parece que viene a poner el dedo en esa llaga al decir ‘son ustedes, los sectores políticos e institucionales que boicotearon a Allende, los que deben comprometerse a no repetir  tales conductas’. Y nunca más van a condicionar este compromiso a que el soberano, que es el pueblo de Chile, deba comportarse dentro de unos marcos arbitrariamente impuestos por la élites oligopolíticas. Porque, hasta aquí, el nunca más se ha entendido de esa manera. Se ha entendido como “nunca más habrá golpe, nunca más habrá violaciones a los derechos humanos en la medida -agregan los sectores reaccionarios- que los subalternos tampoco vuelvan nunca más a salirse del marco de lo que es un Estado ordenado por principios como la preminencia del mercado y la gran propiedad capitalista’”.

De esta forma el especialista asegura que la idea planteada por el abanderado comunista podría ser un avance en el resguardo de la propia democracia y lograr así dar más y nuevos contenidos a este concepto del “Nunca más”.

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