Los tiempos han cambiado para la industria audiovisual y, sin duda, la crisis sanitaria aceleró todas esas transformaciones. Hoy los cines permanecen cerrados, los festivales se adaptan a formatos digitales y las plataformas de streaming se transforman en gigantescas ventanas de difusión. Pero, ¿cómo el periodismo cultural se ha hecho cargo de esa nueva dinámica?
Motivados por esta interrogante, un grupo de periodistas y académicos del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile decidió retomar el trabajo de una de las revistas cinematográficas más icónicas de los años 70: Primer Plano. El proyecto nació en 2018 cuando los investigadores Claudio Salinas, Hans Stange y David Vera Meiggs dieron a conocer un ejemplar inédito de la revista que, producto del Golpe de Estado, nunca entró en circulación.
La visibilización de ese ejemplar marcó un antes y un después para los investigadores. De ahí en adelante, comenzaron a articularse, integrando a su equipo editorial al crítico Héctor Soto y a la periodista María Eugenia Meza.
Finalmente, la nueva versión de Primer Plano fue presentada el miércoles recién pasado en una actividad virtual en la que se plantearon los principales lineamientos del proyecto que, de ahora en adelante, estará abierto para toda la comunidad en el sitio Web Revista Primer Plano.
Hans Stange, editor general de la nueva plataforma, manifestó que el proyecto recoge el espíritu de la publicación original, es decir, una idea en donde el cine no es solamente un objeto de consumo, sino que también, una experiencia estética valiosa. En esa línea, afirmó que hoy sería “anacrónico” replicar el modelo de la revista de 1970 y que la propuesta actual busca “recomponer, críticamente, la relación entre cine y su público”.
“Frente a todo lo que está pasando en términos audiovisuales, la irrupción de las series por streaming, la aparición de sagas de películas, donde hay más efectos especiales que talento artístico en principio, y frente a la desaparición del cine como fenómeno masivo, vale la pena volver a pensar esto críticamente”, dijo.
Según Stange, uno de los principales retos que se instala en este nuevo contexto es la posibilidad de exponer los diferentes cines que están contenidos en el país y el mundo. De acuerdo a ello, sostuvo que esta nueva versión de Primer Plano tiene un obstáculo importante: “En general, las plataformas – como Netflix o Amazon- tienden a reproducir catálogos que son bien acotados: harta película de Hollywood, harta película de Marvel. Si uno quiere ver en Netflix películas clásicas, no están. Si uno quiere ver películas húngaras, polacas, italianas, las que están son producciones hechas a la medida de las producciones norteamericanas, es decir, son películas muy formateadas. Hoy no tenemos acceso a la diversidad audiovisual”.
“Tenemos un cine que es cada vez más diverso y tenemos además, cada vez más cines. Se hacen muchas más películas de las que se hacían antes gracias a las tecnologías digitales, porque no hay que filmar en celuloide, sino que se graba en digital. Pero, de nuevo, el problema está en cómo todas esas películas llegan al público chileno”, añadió el investigador, quien celebró la “buena salud” del cine nacional.
Primer Plano: 1972
La revista Primer Plano surgió a principios de 1972 y fue publicada por medio de la editorial de la Universidad Católica de Valparaíso. Su propuesta era ambiciosa. En más de 100 páginas abarcaba el amplio universo de la industria audiovisual, apuntando a la crítica y a la reflexión. De esa manera, exponía entrevistas a figuras como Helvio Soto, Aldo Francia y Enrique Urteaga. También proponía secciones sobre el cine europeo y latinoamericano así como análisis vinculados al sector.
Primer Plano era un proyecto completamente diferente a Ecran, que entre 1930 y 1969 dedicó sus páginas al cine y el teatro. “Representaron dos polos opuestos de entender el cine, pero no de forma antagónica. Ecran es una revista que permitía promover el espectáculo cinematográfico. Es una de las primeras revistas que hace lo que hoy llamamos farándula, que se preocupa de que tal actriz terminó con tal actor, promueve cahuines, pero también te va mostrando, qué pasa con los rodajes, te va dando noticias y avances de las películas que vienen. Es una forma de periodismo especializado, súper interesante y muy vanguardista de la época”, dijo Stange.
“Primer Plano, en los ‘70, sigue entendiendo el cine como un espectáculo popular, un espectáculo masivo, pero tiene la impronta de que este espectáculo masivo no solo puede ser disfrutado y consumido como cuando uno va al circo, sino que también puede ser comprendido cuando nosotros somos capaces de reflexionar”, explicó el investigador.
Primer Plano sólo contó con cinco publicaciones. El Golpe de Estado terminó por truncar todo el proyecto que, pese a su corta vida, dejó una huella imborrable dentro del periodismo cultural. “Primer Plano promovió un espectador informado, atento, sensible (…).Recogió todos estos movimientos de vanguardia de la historia cinematográfica y nosotros estamos en un punto de exposición igual de importante, donde el cine está dejando de ser un arte masivo para transformarse en un arte de nicho. Están pasando varias cosas importantes que valen la pena revisar en beneficio siempre del público”, concluyó Hans Stange.
2021, una nueva etapa
La nueva versión de la revista Primer Plano propone una actualización constante de su contenidos. “Lo principal es dar una mirada lúcida, creativa y crítica sobre el cine que es un reflejo o reflexión de una realidad”, adelantó la periodista María Eugenia Meza, quien forma parte del comité editorial del proyecto.
Según dijo, los contenidos serán planteados sin academicismos, generando “una reflexión para la gente que se sienta en la butaca de los comunes”. “Estamos situados en ese punto intermedio entre lo que es el trabajo académico, la investigación y las reflexiones desde el punto de vista de las distintas formas de ver la academia y los diarios o las revistas comunes y corrientes”.
“Ese fue el espíritu que tuvo la original Primer Plano y por eso, finalmente, quedó instalada en el imaginario de los amantes del cine como una revista tan importante, porque logró crear un puente entre lenguajes que pueden a veces no ser tan comprensibles con un público corriente”, indicó la comunicadora.
De esa forma, el proyecto considera críticas, reportajes, entrevistas y una sección de recursos que enlaza, directamente, con CineChile y Ondamedia. “Vamos a tener un poco de todo. Evidentemente, hay una sección de crítica en donde no sólo tomaremos las películas que están en cartelera en este momento. Tendremos artículos de opinión, noticias breves y obituarios que, lamentablemente, en este tiempo son necesarios”, explicó María Eugenia Meza.
“También tendremos una sección con links de películas y libros en PDF que estén en circulación libre y legal. Va a ser una fuente importante no sólo para los espectadores y aquellas personas que están interesadas en entender cosas del cine que no sean solo de actualidad”, agregó la periodista.
En esta primera etapa, el proyecto sólo funcionará de manera virtual, trabajo que será reforzado con sus distintas redes sociales. No obstante, la idea, a largo plazo, es poder crear un financiamiento compartido entre el equipo y los lectores para, una vez al año, publicar una edición de la revista en papel con los mejores textos del año.