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Por una nueva política exterior para Chile al servicio del proceso Constituyente

Columna de opinión por Esteban Silva Cuadra
Viernes 23 de julio 2021 12:27 hrs.


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Transición post dictadura y la política de reinserción internacional de Chile hasta hoy

En el plano de las relaciones exteriores, el gobierno de transición de la post dictadura del presidente  Aylwin y la Concertación de partidos por la Democracia fue influido y determinado por varios factores globales: la crisis terminal del Bloque Socialista de Europa del Este y la desaparición de la Unión Soviética; el fin de la era marcada por la influencia de la Conferencia de Bandung y el Movimiento de Países No alineados; y la expansión sin contrapeso de la dominación económica global de las corporaciones transnacionales y de la triada liderada por Estados Unidos más la Unión Europea y Japón.

En lo ideológico, se instaló una ofensiva contra las ideas socialistas y la teoría de la dependencia -que oponía al centro con la periferia en el marco del conflicto Norte/Sur. En ese contexto, se produjo una contención y reflujo de las opciones transformadoras, que desde el tercer mundo se proyectaban. con la expansión (sin contrapeso) de concepciones conservadoras que preconizaban “el fin de la historia” con primacía de una concepción única de democracia liberal y capitalista.

El mundo experimentó así un histórico retroceso democrático y social como resultado de la expansión de la globalización especulativa financiera y la ola privatizadora neoliberal, impuestas a escala planetaria por los gobiernos de Ronald Reagan, en Estados Unidos y de Margaret Thatcher, en el Reino Unido. En esta nueva correlación mundial, los centros de poder imperialistas ejercen el monopolio y control de las nuevas tecnologías, de los recursos naturales, de los flujos financieros, de las comunicaciones y del complejo militar-industrial que produce los armamentos de destrucción masiva.

Si bien el primer gobierno democrático de la post dictadura buscó reinsertarse en el mundo restableciendo relaciones con todos los países que habían roto relaciones con Chile durante  la dictadura, pragmáticamente se acomodó y fue continuista de la política exterior impuesta por la derecha pinochetista, que propiciaba una política exterior del Estado chileno al servicio de la política comercial que favorecía a los intereses de los grandes grupos económicos, bancarios y financieros dominantes y, en consecuencia, continuó priorizando la inserción comercial de Chile en la globalización neoliberal. Los distintos gobiernos de la post dictadura de la Concertación como de Chile Vamos fueron continuistas de una política de relaciones internacionales puesta al servicio del modelo de desarrollo neoliberal dominante, caracterizado por la desregulación, la privatización de los recursos naturales estratégicos, de la salud, la educación y las pensiones. Con apertura a los mercados externos para atraer inversiones del capital especulativo y financiero con la operación de las corporaciones transnacionales en áreas estratégicas de la economía y servicios. Cuya arquitectura se edificó priorizando a nivel internacional Tratados Bilaterales de Inversión (TBI) y Tratados de Libre Comercio (TLC). Tratados desreguladores y privatizadores que poco tenían de “libre” comercio y que fueron negociados con cláusulas de secretismo, sin conocimiento ni participación de la ciudadanía y que serían presentados por la élite dominante durante 30 años  como factores del éxito y fortaleza (incuestionables e intocables) del modelo económico neoliberal hoy en crisis.

Una nueva Política exterior para Chile en sintonía y al servicio del proceso Constituyente

El levantamiento social y popular de octubre de 2019 abrió la posibilidad de terminar con la Constitución que nos impuso la dictadura cívico militar y elaborar una nueva Constitución y puso en cuestión la actual institucionalidad y el modelo neoliberal predominante.

La nueva política Internacional que proponemos busca generar una nueva política de relaciones internacionales del Estado de Chile puesta en sintonía y al servicio del proceso Constituyente que debemos construir como pueblo soberano y que debe plasmarse en una nueva Constitución para un Estado Plurinacional, de derecho social con democracia participativa. Una nueva Constitución nacida de un poder Constituyente originario que permita, una vez aprobada por nuestro pueblo, refundar una nueva institucionalidad para superar el modelo neoliberal dominante y construir un nuevo modelo de desarrollo soberano, sustentable y justo. En coherencia con aquello, uno de los ejes fundamentales de un nuevo gobierno transformador al servicio del proceso constituyente, debe ser también asegurar la activa participación del pueblo en la nueva definición de los grandes objetivos de la política internacional  y las relaciones internacionales del Estado chileno.

Una nueva política internacional es indispensable para forjar el nuevo Estado Plurinacional y pluricultural de Chile. Para ello, el Chile del siglo XXI requiere edificar una nueva política de relaciones internacionales sin fronteras ideológicas de ningún tipo, como bien lo planteaba de manera premonitoria y adelantada a su tiempo el presidente Salvador Allende. La nueva política internacional de los pueblos de Chile debe ser definida y construida con una activa  y real participación ciudadana y popular. Nuevas relaciones internacionales fundadas en la recuperación de nuestra plena soberanía y autodeterminación en coherencia con el proceso constituyente en que se encuentra empeñado el pueblo de Chile para recuperar el ejercicio pleno de la soberanía popular y asegurar una real soberanía económica, productiva, institucional y cultural del Chile del siglo XXI. En coherencia con una política soberana pensamos que la integración con América Latina y el Caribe debe ser definida como un objetivo estratégico de la política exterior chilena pensamos que es necesario que la visión y vocación de integración latinoamericana y caribeña de Chile debe estar plasmada en la nueva Constitución.

Junto a un valioso equipo de independientes  y de militantes de partidos y movimientos de Chile Digno que apoyamos la candidatura presidencial del compañero Daniel Jadue, elaboramos de manera colectiva, plural y unitaria una propuesta sobre política y relaciones internacionales para el PROGRAMA DE GOBIERNO PARA UN CHILE DIGNO, VERDE Y SOBERANO, PLURINACIONAL E INTERCULTURAL, FEMINISTA Y PARITARIO, titulada: “UNA NUEVA POLTICA EXTERIOR PARA UN CHILE EN TRANSFORMACIÓN”.

Se trata de una propuesta que parte de un diagnóstico común y que propone desde un conjunto de principios y ejes de acción compromisos, propuestas y acciones específicas para configurar una nueva política de relaciones internacionales al servicio del Chile constituyente, movilizado y en transformación.

Ciertamente, se trata de una propuesta que requiere ser debatida, mejorada y profundizada. Pero por sobre todo deben ser abordada y discutida por el pueblo desde los territorios y con las organizaciones sociales en el  marco del proceso programático Ciudadano y Popular del Programa  y como contribución a un programa común en materia de relaciones internacionales luego de las primarias presidenciales de Apruebo Dignidad.

Gestar un Programa de gobierno antineoliberal y transformador con una nueva política de relaciones internacionales al servicio del proceso constituyente de los pueblos de Chile  requiere de la participación del pueblo como actor protagónico.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.