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“La noción de democracia que conocemos en occidente no es aplicable”: expertos analizan el fracaso de la intervención en Afganistán

Paz Milet, académica del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, y Pablo Jofré, analista internacional, señalan que para EE.UU. nunca fue importante el proveer de herramientas democráticas al país afgano. Un análisis que fue confirmado por el propio presidente Joe Biden en horas da la tarde de este lunes. "Nuestra misión es la que se mantiene hasta ahora: prevenir un ataque terrorista en nuestra nación”.

Claudia Carvajal G.

  Lunes 16 de agosto 2021 20:52 hrs. 
talibán

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Este lunes fue el primer día que Afganistán y, particularmente Kabul, amaneció bajo control talibán desde 2001, luego que el domingo los combatientes entraran en la capital afgana sin encontrar resistencia y lograran así tener a casi todas las provincias bajo su control.

En mayo pasado, las fuerzas militares de Estados Unidos y la OTAN iniciaron la última parte de la campaña de retirada anunciada en orden a entregar sus bases militares a los afganos y tan solo 24 horas después de la salida del país del presidente, Ashraf Ghani, el gobierno colapsó y muchos afganos manifestaron su temor a las represalias violentas de los combatientes talibanes.

Para entender un poco más sobre este nuevo episodio crítico en el país de Oriente Medio, conversamos con la doctora en Ciencia Política y Académica del Instituto de Estudios Internacionales, Paz Milet quien explicó las razones de esta rápida toma del poder a manos del Talibán y señaló que pese a que para el concierto internacional puede parecer que la caída del gobierno fue sorpresiva y a gran velocidad, en realidad, los avaneces territoriales de los talibanes ya llevaban varios meses.

“Mientras los talibanes estuvieron alejados del poder real de la conducción del país, siguieron existiendo como una fuerza activa, poderosa y generando redes y áreas de influencia. Sin duda, la capacidad de los talibanes es tal que el gobierno que estaba en el poder, apoyado por las fuerzas externas no tuvo ninguna capacidad de generar contrapeso y además era tanto el miedo del avance efectivo de los talibanes que se esperaba para tres semanas más en Kabul, que también las fuerzas afines al gobierno rápidamente cedieron posiciones”, explicó.

Paz Milet

Paz Milet.

En ese sentido, la analista internacional se refirió al rol que jugó el ahora ex presidente afgano Ashraf Ghani quien abandonó el país solo unas horas antes que los talibanes declararan la victoria y entraran al palacio de gobierno.

“Él ya sabía que tenía un escenario difícil y los talibanes ya se habían negado a esta convivencia pues querían tomar el control del país dado que tenían la capacidad para hacerlo. Cuando Ashraf Ghani vio mermada su capacidad efectiva de control del poder es que sale de éste”, comentó.

Una de las críticas que ha abundado en la opinión de los especialistas internacionales dice relación con el abordaje que llevó adelante Estados Unidos y sus aliados sobre la crisis en el país asiático, ya que no tomó en cuenta las características propias y la idiosincrasia tribal de Afganistán y es eso lo que llevó a que luego de 20 años de control, finalmente la intervención haya resultado en un fracaso total.

“Afganistán no ha tenido la capacidad de generar autonomía y cuando se retira la comunidad internacional el escenario es particularmente difícil porque los ciudadanos que de alguna manera se vincularon con ellos también están experimentando las mismas dificultades que los estadounidenses y británicos que dejan el país. Por lo tanto, internamente piden apoyo para salir de Afganistán. Se sabe que los retrocesos que se van a vivir con los talibanes generan temor y una reacción muy fuerte por parte de la población que trata de generar una pronta huida a través de Estados Unidos o de Pakistán, por ello, se genera una presión para generar mayores campos de refugiados”, señaló Milet.

“Lo primero que debería hacer la comunidad internacional es no respaldar al régimen talibán en el poder. También hay que tener en cuenta que existen divisiones en el mismo régimen y hay facciones más duras y otras que sí quieren negociar con el exterior, entonces podrían darse ciertos mecanismos de diálogo y presión. Sin duda es que la señal que hay desde Estados Unidos es que no quieren seguir involucrados en una guerra en la que han estado 20 años y sin un resultado positivo, por lo tanto, si ahora vuelven a entrar para sacar a los talibanes del poder, la gran pregunta es hasta cuándo se quedarían. Sin duda estos 20 años sin resultado positivo será determinante en las decisiones futuras”, estimó la académica.

Una opinión similar manifestó el periodista y analista internacional Pablo Jofré, para quien occidente y en particular EE.UU no es que no haya querido entender lo que sucedía en Afganistán. “Lisa y llanamente no le interesaba entenderlo, porque sus objetivos eran otros: políticos, geopolíticos y económicos”, precisó.

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Pablo Jofré.

Un actor relevante en el escenario geopolítico de esa región es China, país cuyo presidente, Xi Jingping, ha señalado que los problemas de Asia deben ser resueltos por los asiáticos y sin intervención occidental. A eso se suman los intereses económicos del gigante asiático en el territorio como por ejemplo en la reactivación de la Ruta de la Seda.

“Afganistán es un elemento central de los nuevos proyectos de cooperación e infraestructura que China está implementando y que son la nueva Ruta de la Seda, por donde pasan oleoductos, gasoductos y hacen que este país mediterráneo se convierta en bisagra de este conjunto de operaciones, acciones e infraestructura internacional”, indicó Jofré.

“No hay una política en el sentido de lograr crear en Afganistán condiciones políticas, económicas, sociales, de defensa de los derechos humanos, sino que se buscó dar un ejemplo a países que daban cobijo a grupos terroristas respecto de lo que Estados Unidos estaba dispuesto a hacer en venganza por los hechos del 11 de septiembre del 2001”, aseveró.

Para Paz Milet hay un problema grave en la manera de entender qué es lo que se debe hacer siempre en estos países en conflicto de parte de las naciones que provienen de otro tipo de cultura y forma de vida y es eso lo que hace que las intervenciones militares fracasen e incluso puedan provocar un mayor daño a la larga.

La noción de democracia que nosotros conocemos en occidente no es aplicable en Afganistán, hay otras dinámicas que es necesario considerar y no se las tomó en cuenta, sino que se buscó imponer una lógica occidental. No se generaron herramientas para un ordenamiento político de acuerdo a las características de Afganistán, y, en la práctica, lo fundamental es que se armó a la población para defenderse de los regímenes talibanes más que construir autónomamente, dar un ordenamiento sobre todo en un contexto de paz, porque los niveles de violencia siguen siendo importantes. No se tuvo en cuenta la dinámica cultural del país en que se estaba inserto”.

Y efectivamente el propio presidente Joe Biden confirmó el análisis de ambos periodistas cuando, al dirigirse a la nación estadounidense en la tarde de este lunes, indicó que mantendrá la decisión del retiro de tropas desde el territorio afgano pese a las duras críticas que ha recibido por tal decisión.

 

Nuestra misión en Afganistán nunca fue crear una democracia sólida, nuestra misión es la que se mantiene hasta ahora: prevenir un ataque terrorista en nuestra nación” manifestó el presidente demócrata en un punto de prensa desde la Casa Blanca.

Justamente respecto de los reparos que ha provocado la salida de los efectivos militares de Afganistán, que incluso llevaron a que Donald Trump pidiera la dimisión del mandatario estadounidense, la periodista y doctora en ciencia política, Paz Milet, reflexionó sobre los costos que conlleva la decisión para Biden, tanto desde la perspectiva doméstica como internacional.

“Fue Trump quien delineó esta salida que fue consensuada, hubo un diálogo en el que participaron los distintos actores para ver cómo se desarrollaba el proceso de salida desde Afganistán y ahora es él quien señala que Biden debe dimitir por aplicar una política que inició el republicano. Eso es totalmente contradictorio”.

Este proceso no es responsabilidad directa de Biden, sino que hay cuatro ex presidentes de Estados Unidos vinculados con esta decisión que inició George W. Bush luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001 y tras la negativa de extradición de Osama Bin Laden, se decidió la invasión de Afganistán. Pero después fueron otros los presidentes los responsables de permanecer en ese país, a Biden le tocó el escenario ya decretado”, agregó la académica.

Un asunto que ha sido de inquietud transversal es el riesgo que significa para mujeres, niñas y niños el retorno de un control talibán en Afganistán ya que durante su gobierno, desde 1996 a 2001, prohibieron la educación y el trabajo para mujeres y niñas y restringieron su acceso a la atención médica, algo que había cambiado luego de ser expulsados del poder y las mujeres habían logrado recuperar un lugar en la vida pública y ya eran la cuarta parte del parlamento, pero que ahora vuelve a aparecer con la conquista de Kabul.

Para Pablo Jofré, sin embargo, es necesario esperar antes de sacar conclusiones apresuradas porque este poder talibán es distinto al de finales del siglo XX, por lo tanto, es muy posible que hayan morigerado sus prácticas integristas. Además, Jofré señaló que durante la intervención de Estados Unidos y sus aliados también hubo graves violaciones a los DDHH que no han sido documentadas.

Creo que las medidas no serán maximizadas como en 1996, porque se dieron cuenta que la política que ejecutaron en esa política les generó un aislamiento internacional y finalmente el ataque de las potencias occidentales. Debe existir una protección absolutamente clara hacia las mujeres y niños, pero veo que en el concierto internacional hay una hipocresía y doble discurso pues durante 20 años también se violaron los derechos humanos del pueblo afgano, en hombres, mujeres y niños. Hubo miles de muertos causados no solo por el Talibán, sino también por Occidente y no recuerdo a las comunidades internacionales denunciando los ataques norteamericanos o británicos”.

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“Claro que existe preocupación porque los talibán no ejerzan la política que ejercieron el’96, pero también es necesario tener una política coherente y consecuente de no parecer hipócrita cuando callé por más de 20 años de invasión y ocupación de Afganistán con decenas de miles de muertos, con la destrucción del país”, añadió al analista.

Los talibanes aseguraron que mantendrán los derechos alcanzados por las mujeres ya que esa pérdida representaría uno de los peores retrocesos para este país, sin embargo, muchas mujeres artistas, políticas y activistas afganas, no confían en tal promesa, por ello es que en la sesión del Consejo de Seguridad de la ONU que se llevó a cabo este lunes, el secretario general del organismo, Antonio Guterres, instó a la comunidad internacional a permanecer unida y emplear todos los recursos posibles para garantizar los derechos humanos en Afganistán, sobre todo los de las las mujeres y las niñas de modo de asegurar que el país no se transforme nuevamente en un refugio para organizaciones terroristas.

 

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