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“En Afganistán no ha ganado el islamismo, ha ganado la heroína”

La impactante aseveración emitida por el reconocido periodista y escritor italiano Roberto Saviano, especializado en la mafia y el crimen organizado en un artículo del 'Corriere della Sera' ha resonado como una clarinada. Más allá de dogma, diferencias tribales y/o culturales, imposición de las leyes del Corán y la represión contra las mujeres, Occidente -afirma- está obviando que los talibanes son, ante todo, narcotraficantes y que su negocio financia la guerra.

Luis Hernán Schwaner

  Jueves 19 de agosto 2021 16:43 hrs. 
Opio

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El periodista y escritor italiano Roberto Saviano habla sobre la situación en Afganistán argumentando desde la perspectiva económica más que desde la puramente ideológica. El autor del best seller Gomorra publicó ayer miércoles en el diario ‘Corriere della Sera’ un artículo en que afirma tajantemente la oración con que titulamos: “En Afganistán no ha ganado el islamismo, ha ganado la heroína“.

Y agrega: “la de Afganistán es una guerra del opio”. Sostiene Saviano que los medios de comunicación y los comentaristas internacionales están ignorando completa (…y deliberadamente, nos preguntamos), que entre las principales dinámicas del conflicto están las fuentes que lo financian, porque más del 90% de la heroína mundial se produce en Afganistán. “Esto significa -dice- que los talibanes, junto con los narcos sudamericanos, son los narcotraficantes más poderosos del mundo. En otras palabras, en esta guerra, ganaron los mejores traficantes”, agrega el periodista napolitano especializado en el crimen organizado.

Y su razonamiento pone datos sobre la mesa: “Así, las drogas que producen financian la guerra y se venden en Estados Unidos y al mundo, y a las mafias italianas. El error es llamarlos milicianos islamistas: los talibanes son narcotraficantes”, insiste. Pero, erróneamente, el discurso mayoritario, asevera, pone énfasis en lo circunstancial: el peso ideológico de los talibanes.

Saviero recuerda que “si se leen los informes de la oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Crimen (la UNDC), durante al menos veinte años se encontrarán siempre los mismos datos: más del 90% de la heroína del mundo se produce en Afganistán (aunque) en los últimos diez años también han comenzado a jugar un papel muy importante en cuanto al hachís y la marihuana”.

Y aquí entra el rol jugado, según Saviano, de manera consciente por Estados Unidos, porque Washington y el Pentágono separaron deliberadamente la guerra propiamente tal del narcotráfico que sabían que ejercen los talibanes.

Recuerda: “en 2002, el general Franks, el primero en coordinar la invasión de Afganistán por tropas terrestres estadounidenses, declaró: ‘No somos un grupo de trabajo antidrogas. Esa no es nuestra misión’. El mensaje estaba dirigido a los señores del opio, instándolos a no aliarse con los talibanes pero sí con Estados Unidos, que les permitiría crecer”, señala Saviano.

Y devela que el poderoso medio ‘The New York Times’ publicó que en la lista negra de traficantes de heroína que iban a ser arrestados (en ese entonces), lista manejada por el Pentágono, no se incluía obviamente a los que se habían puesto del lado de los estadounidenses.

Concluye Roberto Saviano su artículo advirtiendo que no se puede olvidar, al hablar del conflicto afgano, mencionar el opio. “Antes de las escuelas coránicas, antes de la imposición de la burka, antes de las niñas-novias, antes de todo aquello -reitera- los talibanes son narcotraficantes”.

Digno de tenerse en cuenta.

(Imagen: Europa Press 2017)

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