Este miércoles el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que en agosto el Índice de Precios al Consumidor tuvo una variación mensual del 0,4%, acumulando un 3,2% en lo que va del año y un 4,8% a doce meses. Esta última cifra sitúa a la inflación en uno de sus puntos más altos desde enero de 2016, pese a que la variación es menor a la reportada en julio, de 0,8%.
De acuerdo al INE, nueve de las doce divisiones que conforman la canasta del IPC aportaron incidencias positivas en la variación mensual del índice y tres presentaron incidencias negativas. Entre las divisiones con alzas en sus precios destacaron vivienda y servicios básicos con un 0,9% y restaurantes y hoteles con un 1,8%. Mientras que los sectores que consignaron bajas mensuales en sus precios destacan las bebidas alcohólicas y tabaco con un -0,8%.
En el desglose, vivienda y servicios básicos anotaron aumentos de seis de sus nueve clases. Las más importantes fueron gas (3,8%) y agua (1,8%). Mientras, en el rubro de restaurantes y hoteles se consignó un alza en sus dos clases. Las más relevantes fueron restaurantes, cafés y establecimientos similares (1,8%), seguida de alojamiento (2,1%).
El economista y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, señaló que “el IPC resultó levemente más bajo que lo que estábamos viendo en esta nueva tendencia; sin embargo, todavía es alto y el anualizado 4,8% también refleja que la trayectoria hacia más del 5% (inflación proyectada por el Banco Central) continúa inalterada”.
Recordemos que el pasado 1 de septiembre el Banco Central advirtió en su último Informe de Política Monetaria (IPoM) que la inflación anual del IPC culminará el año con un 5,7% y destaca que uno de los escenarios de riesgo es la “persistente discusión respecto de la estabilidad de los ahorros previsionales”, en relación a la tramitación del cuarto retiro del 10% que actualmente está en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputadas y Diputados.
Sobre esto último, Alarcón aseguró que “si se produce el cuarto retiro la inflación se va a ir por arriba del 6%, podría llegar al 6,4%”, es decir, sobre la proyección del 5,7% estimada por el Banco Central.
Esta opinión fue compartida por el economista de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, quien agregó que “respecto de los subsidios del Estado, la economía no aguantaría más una prolongación muy alta de estos beneficios”. Asimismo, si bien reconoció la reactivación de la actividad económica apuntó que “lo grave que nos está pasando es que estábamos y estamos recuperando muy pocos puestos de trabajo y eso se está notando en que la tasa de desempleo no está cayendo como correspondería a unas altas tasas de expansión de la economía”
El director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, Cristián Echeverría, apuntó que “la persistencia de los apoyos estatales y la extensión del IFE más allá de diciembre traería sin duda un impacto de acelerar aún más la demanda agregada en el consumo” y añadió que respecto a una eventual aprobación del cuarto retiro “en un momento en que la economía no lo necesita y la gente no lo necesita, estoy seguro de que el Banco Central haría lo que tiene que hacer, que es subir aún más rápidamente las tasas de interés para contrarrestar ese efecto, porque no dejaría que la inflación se dispare”.
Desde el Gobierno, el ministro del Trabajo, Patricio Melero, comentó en entrevista con Radio Infinita que “la inflación está por sobre lo que esperamos y proyectamos y está dejando en evidencia la enorme cantidad de liquidez que hay hoy día en la economía, en las sumas del IFE y los giros a las AFP, lo que está empujando un alza en los precios y lo que más preocupa es cómo golpea esta inflación a los sectores de menos recursos que tienen peor reacción a un deterioro de los salarios y a la capacidad de dinero para adquirir bienes”. De manera que, a su juicio “es una señal más de los elementos negativos que se están generando producto de este calentamiento de la economía dada la mayor liquidez que hay”.
Por su parte, el economista Manuel Riesco se mostró contrario a estas proyecciones y desdramatizó los efectos que podría provocar un cuarto retiro en la inflación. Según expresó en su columna en Diario Universidad de Chile esta medida “sin duda estimulará la demanda solvente por bienes y servicios, en particular los de aquellos que adquieren quienes tienen derecho a efectuar los retiros: los once millones de afiliados activos al sistema AFP, que rotan constantemente en los seis millones de ocupaciones asalariadas que mueven la economía del país, y un millón y medio de jubilados por dicho sistema”.
En ese sentido, Riesco apuntó a que, si bien esta iniciativa ha elevado transitoriamente el precio de algunas cosas, “no han debilitado el peso en modo alguno”, agregando que la emisión del Banco Central de cerca de 10 mil millones de dólares para facilitar los retiros “no es significativa y ciertamente insuficiente para compensar el fuerte incremento en la demanda por dinero derivada de la recuperación económica”. Por lo que calificó de “exageradas y más bien apocalípticas” las predicciones de los economistas respecto de la inflación y su relación con el cuarto retiro del 10% de las AFP.