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Tiempo y trabajo: la demanda por la reducción de la jornada laboral en Chile

Columna de opinión por Rodrigo Mallea - Jorge Rosales
Miércoles 6 de octubre 2021 8:22 hrs.


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¿Cuántas horas a la semana deberían ser de trabajo? El teletrabajo virtual ha hecho que la línea entre el trabajo y el hogar sea más borrosa que nunca, y solo está empeorando. El clásico estribillo de 1817 de “ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación, ocho horas de descanso” cada vez está más lejos de hacerse realidad en Chile si no actuamos ahora. Incluso el desglose clásico de semana y fin de semana se está quedando en el camino. Los expertos se encuentran investigando cuántas horas debería ser una semana laboral ideal y los resultados prometen beneficiar a toda la sociedad. Un estudio realizado por expertos en gestión del tiempo de EEUU mostró que la jornada laboral ideal comprende 38 horas a la semana. La pregunta en el centro es: ¿existe una fórmula de cuántas horas debería trabajar al día? e igual de importante ¿cuánto tiempo debiéramos dedicar a descansar?

Las largas jornadas laborales han sido y siguen siendo de enorme preocupación por la salud y el bienestar de los trabajadores. Hace cien años, los días de 16 horas de trabajo, 6 días a la semana eran relativamente comunes. En ese momento la campaña por la reducción de la jornada laboral galvanizó el movimiento sindical en los Estados Unidos y en Europa para exigir la jornada de 8 horas. Este movimiento por jornadas laborales más cortas fue uno de los primeros esfuerzos generalizados y coordinados para cambiar las condiciones de trabajo.

El tiempo en el trabajo es uno de los componentes más básicos de la exposición ocupacional. Tanto el tiempo como la paga son los dos elementos de toda relación laboral que se pueden medir en términos cuantitativos. Además de ser un aspecto crítico de cualquier trabajo, hay evidencia que indica que las largas jornadas de trabajo son un factor de riesgo para una serie de resultados de salud agudos y crónicos. El tiempo en el trabajo estructura todos los demás aspectos de la vida diaria. La forma de la jornada laboral, el trabajo semanal, el mes de trabajo y el año de trabajo tiene profundo significado para la vida del trabajador tanto dentro como fuera del trabajo.

Una extensa literatura que se puede encontrar resumida en distintos informes de expertos como Chu del año 2021, que documenta que las largas jornadas laborales están estrechamente relacionadas a enfermedades crónicas, mala salud mental y comportamientos negativos como el tabaquismo y el consumo de alcohol. La investigación epidemiológica ha demostrado que trabajar durante muchas horas afecta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, estrés, fatiga crónica, la probabilidad de accidente cerebrovascular, ansiedad, calidad del sueño, mortalidad por todas las causas, tabaquismo, hipertensión, salud autopercibida, comportamientos de salud y estado de salud mental. Respecto a las largas horas de trabajo, se han obtenido resultados similares por otros estudios, que incluyen infarto de miocardio, lesiones, mala salud física, consumo de alcohol, inactividad física y depresión. En general, se ha comprobado que las jornadas laborales prolongadas son perjudiciales para la salud.

Las horas extraordinarias (trabajar más horas de las programadas) también están relacionadas con una serie de problemas. Un estudio de 2012 en más de 2,000 funcionarios públicos británicos encontró que aquellos que trabajaban horas extras tenían tasas más altas de depresión. Y un estudio de 2017 en 429 personas encontró que aquellos que trabajaban más horas tenían una mayor incidencia de depresión, ansiedad y mala calidad del sueño. La temida condición del trabajador, el agotamiento, también se relaciona con horas de trabajo más largas en un estudio de 1996 realizado en Japón. La investigación también sugirió que las horas de trabajo más largas están relacionadas con una mala calidad de vida y opciones de estilo de vida más deficientes, lo que podría agravar cualquier problema de salud o de salud mental derivado del exceso de trabajo.

Según un informe del 2019 de la Cámara de Diputados de nuestro país, los datos de la OIT señalan que, en comparación con los países de la OCDE, Chile se encuentra solo junto a Israel, Suiza y Turquía con jornadas de 41 a 45 horas laborales semanales. En Francia, Australia, Bélgica, Dinamarca y Países Bajos las jornadas van de 30 a 39 horas semanales, mientras que la gran mayoría de los integrantes (21 de 36) de esta organización establecen una jornada de 40 horas. En el ámbito latinoamericano, Chile junto a Brasil, El Salvador, Honduras y República Dominicana se encuentran entre los países que tienen una jornada laboral semanal de 41 a 45 horas. Entre las 46 y las 48 horas de trabajo semanal se encuentran Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. Mientras que Ecuador es el país latino con la menor jornada, que llega a las 40 horas.

En cuanto a las horas máximas que se pueden trabajar por semana, Chile se encuentra junto a Argentina, República Dominicana, Ecuador, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Uruguay en el rango de 49 a 59 horas. Brasil y Venezuela establecen que deben ser 47 o menos, mientras que Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala y Honduras señalan que pueden ser hasta más de 60.

Las largas jornadas de trabajo y un espíritu adicto al trabajo también pueden dañar a la sociedad en un nivel más amplio. Las personas que trabajan demasiado tiempo tienen poco tiempo para participar en otras actividades fuera del trabajo, como pasar tiempo con sus familias o dedicarse al voluntariado o cuidarse a sí mismas, como hacer algo de ejercicio físico o comer de manera saludable. La participación ciudadana es muy importante para mantener la democracia. Y si la gente trabaja mucho, simplemente no tiene tiempo para participar en la vida cívica.

Pero acortar la semana laboral en un día puede tener un beneficio más amplio. Una semana laboral de cuatro días significa una disminución de los viajes, especialmente del uso del transporte público para llegar a los trabajos el quinto día de la semana, lo que podría beneficiar al medio ambiente. Al mismo tiempo, una semana laboral más corta podría beneficiar a ciertos grupos demográficos, como los ancianos o los niños pequeños. Los cuidadores en edad laboral tendrán más tiempo para cuidarlos en casa, aliviando la presión sobre los recursos públicos y la atención privada. Trabajar demasiado tiene mayores implicaciones. Cuanto más tiempo pasamos en el trabajo, menos tiempo tenemos para otras cosas importantes de la vida.

En resumen, la investigación de un siglo indica que las horas de trabajo más cortas dan como resultado una mejor productividad empresarial, así como la percepción de beneficios físicos y psicológicos para los empleados. Reducir la jornada permitirá que les vecines del Distrito 9 y de Chile puedan participar más en actividades ciudadanas que les mejoraría la calidad de vida.

Rodrigo Mallea, abogade Universidad de Chile y candidate a Diputade Distrito 9
Jorge Rosales-Salas, investigador del Centro de Economía y Políticas Sociales

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.