El jueves 30 de septiembre se cumplieron cuatro años de la muerte de Joane Florvil, uno de los casos de discriminación más emblemáticos ocurridos en Chile. Había llegado en 2016 desde Haití y fue detenida en Lo Prado por el supuesto abandono de su pequeña hija, delito del cual no era culpable. Un mes después, tras haber pasado por una comisaría y estar internada en la Posta Central, falleció con 27 años.
En el marco de esa conmemoración y cuando el derecho a la migración vuelve a ser una discusión urgente en Latinoamérica, el sello Aula Records publicará Cantos en memoria de Joane Florvil, un disco que contiene dos obras inspiradas por su historia. Será editado el próximo 20 de octubre en formato digital, vinilo y cassette.
Por una parte, el registro contiene Elegía para Joane Florvil, una obra compuesta por Marcelo Stuardo e interpretada por el Ensamble de Percusiones Usach, que también conforman Vania Calvil, José Vinot y Pablo Espinoza. Grabada en el Teatro Aula Magna Usach, la pieza está basada en “Durazno sangrando”, de Luis Alberto Spinetta, y tiene como invitados a Mauricio Castillo (trompeta, flugelhorn y caracola) y la poeta haitiana Johanne Guercin. Esta última declama el poema “¿Por qué nadie es Joane Florvil?”, creado por el médico y escritor haitiano Jean Jacques Pierre-Paul inmediatamente después de ocurridos los hechos.
“Me da vergüenza decirlo, pero somos un país muy racista”, afirma Marcelo Stuardo, quien es solista de la Orquesta Clásica Usach y junto a esta agrupación ya había grabado una versión distinta de la obra, incluida en el disco El divino soliloquio (2019). “Nunca me había pasado, pero cuando se estrenó había personas llorando, entre mis colegas y el público, y no fue porque tocamos lindo, fue por el dolor del caso y porque nos vimos reflejados como sociedad. Tenemos que avergonzarnos de esta forma de ser”.
Por otra parte, el disco incluye Cantos para Joane, una reinterpretación de la composición de Marcelo Stuardo, creada por el DJ y productor Carlomarco (Federico Palma) y el percusionista congoleño Chikadora (Claude Rosney), con la colaboración del cantante haitiano Abelardo Augusto y el cantautor Nano Stern.
Reconocido por conjugar electrónica y ritmos africanos y por ser gestor del encuentro musical NOAF, Carlomarco explica que durante la grabación -realizada en Estudio Niebla- utilizaron instrumentos tradicionales, como balafón y ngoma, y que la pieza se puede dividir en tres secciones: “En la primera está Chikadora con el balafón y representa la raíz africana, la música propia de allá. Luego hay una segunda parte más catártica y, después de todo este proceso en que hubo caos y sufrimiento, la parte final se despide de una forma más celestial, en una actitud menos rabiosa y denunciante”.
Para Marcelo Stuardo, ambas piezas “son como un ritual sonoro”, mientras que Carlomarco valora que el disco vincule sonidos diversos: “Siempre he tenido la inquietud de generar diálogo entre géneros que aparentemente no tienen tanto que ver, pero tienen una raíz que los une. En este caso, países como Haití, Chile y el Congo están muy alejados, pero no nos damos cuenta de que tienen muchas cosas en común”.
Un retrato de Joane Florvil
Como ocurre con todos los discos publicados por Aula Records, la carátula y el diseño de Cantos en memoria de Joane Florvil fueron encargados especialmente a una artista visual. En este caso, la tarea estuvo a cargo de Leonor Pérez, ilustradora que ha trabajado para numerosas editoriales en Chile, México, Estados Unidos, Corea y Brasil, además de haber expuesto en Italia y haber recibido premios en algunos de esos mismos países.
Sin embargo, este es su primer encargo relacionado con la música: “Para mí, es tremendamente significativo que hayan visto en mi trabajo la sintonía necesaria para interpretar la música y la poesía que nacieron de esta dolorosa historia. Lo asumo con mucho respeto, delicadeza y gratitud y valoro que Aula Records genere instancias creativas para dar forma a objetos artísticos que transmitan nuestra historia, cultura y memoria”, dice.
En esa línea, Leonor Pérez relata que sus primeros bocetos aludían al “dolor de la tragedia” de Joane Florvil, pero luego desarrolló “un tono más esperanzador” que la llevó al resultado final: “Tomé aspectos de todo lo anterior. Trabajé con un retrato de Joane y su familia, en medio del territorio chileno y haitiano, e incluí pájaros que remiten a la migración y al vuelo que es la muerte. A ella la vestí con parte de un paisaje de Santiago, que es donde murió, pero también donde nacen flores, para expresar la vida que se extiende en su hija”, detalla.