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Kena Lorenzini: “Soy una convencida de que fueron las mujeres quienes derrotaron a la dictadura”

La fotógrafa Kena Lorenzini ha sido testigo de los distintos movimientos sociales que han marcado la historia reciente de nuestro país y hoy, por medio de la presentación de 60 imágenes, la reportera gráfica vuelve a revivir un pasado que dialoga, directamente, con la revuelta de estos días.

Abril Becerra

  Lunes 1 de noviembre 2021 13:45 hrs. 
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La idea original era hacer un libro, pero la crisis sanitaria supuso un leve cambio de planes y la fotógrafa Kena Lorenzini y la curadora Cynthia Shuffer se lanzaron en la planificación de una muestra que removía una parte de la historia de la dictadura: la resistencia de las mujeres en los años 80. 

Así, revisitando historias olvidadas e imágenes en blanco y negro, las investigadoras dieron con 60 imágenes de distintos tamaños que hoy son parte de la exposición Nuestra urgencia por vencer: fotografías de la lucha de mujeres contra la dictadura, muestra que hasta el 19 de diciembre podrá ser visitada en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) de manera presencial.

La exhibición se estructura sobre la base de tres ejes que aluden, directamente, a la artista visual Lotty Rosenfeld: “No +”, sobre el inicio del movimiento de mujeres; “Somos +”, sobre la movilización en el espacio público; y un eje por la vida, en el que se observan las motivaciones detrás de esta organización feminista. La curatoría también incluye una proyección con entrevistas a personalidades como Fanny Pollarolo, Teresa Valdés, Estela Ortiz, Marcela Brzovic, Jéssica Lillo, Owana Madera y Erika Hennings.

En definitiva, se trata de un recorrido que permite conocer las distintas formas de resistencia de las mujeres en dictadura. Una mujer con el puño en alto frente a la Catedral de Santiago. Una olla común. Una manifestación en el centro de la ciudad. Una consigna sobre los presos políticos y los detenidos desaparecidos. “Democracia en el país y en la cama”. Todas esas imágenes remueven una historia apenas contada. Una memoria que bien dialoga con la revuelta de estos días, replicando imágenes como si el tiempo se hubiese estancado. 

Para la reportera gráfica Kena Lorenzini la exposición es todo un logro, porque desde 2018, al calor de la ola feminista, pretendía revelar estas imágenes inéditas: “Soy una convencida de que fueron las mujeres quienes derrotaron a la dictadura. No fue el ‘No’. Fueron las mujeres las que se la jugaron. Yo las vi. Mayoritariamente, fueron mujeres las que salieron a las calles y no porque todos los hombres estuvieran detenidos, encarcelados”, relata la fotógrafa, quien también fue parte de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI) y del Movimiento Unitario Mujeres por la Vida.

“Entonces, cuando vi aparecer a estas jóvenes con tanta fuerza, sentí la necesidad de dar a conocer estas imágenes. En el fondo, queríamos mostrar el anonimato de las mujeres. Hacer un reconocimiento a todas las mujeres, las pobladoras, a Mujeres por la Vida, que fue un movimiento que anudó un estilo de hacer protesta”, dice. 

¿Cómo se organizaban esas convocatorias masivas? 

Boca a boca. En ese tiempo no había celular ni nada, pero las organizaciones sociales se pusieron a disposición, aunque eran parte de esto. También estaban las tomas de terreno que para mí fueron súper importantes. Las mujeres inmediatamente se hicieron cargo de la comida, de que había que tener un espacio para la salud como una Cruz Roja, que había que tener defensa, agua, espacios para lavar. Ellas se hacen cargo de la vida en ese lugar. Entonces, vimos todos esos aspectos donde las mujeres luchaban contra el hambre, contra la violencia. Hacían sus propias intifadas. 

¿Cómo era ese ejercicio de salir a la calle a fotografiar versus lo que pasa ahora? 

Varias veces he dicho que es mucho más violento ahora que en esa época, aunque en esa época pudieras desaparecer o morir con mucha más facilidad que hoy. O sea, en una protesta morían 10 personas tranquilamente. O 42, que fue lo máximo de personas que murieron en una protesta. También, era muy cuerpo a cuerpo con la prensa, en general. Nos quitaban los rollos (…). Siempre tuve miedo, sin embargo, pasado el día, yo llegaba a mi casa, me duchaba, me cambiaba de ropa y me iba a carretear. O sea, no era una vida de desgracia. No era desgraciada. Era una persona joven que tenía una vida normal dentro del contexto.

Y, ¿ahora? 

Desde 2011 he salido a fotografiar harto, pero tampoco me interesa ir a fotografiar como la primera línea. Son otras cosas las que me interesa fotografiar. Me interesa mucho la línea de los carteles, porque en el fondo son las crónicas de lo que está pasando. Cada cartel es un mensaje. Es una crónica. Me fascina esa parte y también la generalidad de lo que ocurre. Me gusta eso, me apasiona. Ahora, en dictadura jamás usé un casco ni nada. Me ponía un pañuelo en la boca, un pañuelo desechable al final y para de contar. Ahora no. Uso mascarilla, casco, anteojos protectores y un chaleco que me regaló una gran amiga que le puso unas planchas de aluminio, por los balines y también por las piedras.

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Cuando uno ve la muestra se da cuenta de que muchas imágenes coinciden con lo que está sucediendo hoy. ¿Qué te pasa con eso? 

Recuerdo un trabajo que hicimos sobre los movimientos de mujeres, las exigencias de los años 30, de los años 20, y son las mismas que hay ahora en el caso de las mujeres. O sea, hemos vivido demasiados años la misma experiencia, la misma sensación de malestar (…) y hasta hoy hay represión y me refiero al hambre, la falta de justicia, la falta de equidad, la falta de paz. Hay presos y presas políticas. Hay personas que han quedado postradas en cama, que se les han volado los ojos, pero además, hay una incapacidad, la misma siento, la misma incapacidad que había durante la dictadura de parte de los poderes del Estado, en especial, el Poder Judicial de hacer justicia. Qué significa que hoy una persona esté presa un año cuatro meses y después salga libre de todo. Entonces, no tienes de donde agarrarte. Eso es lo que me desespera, porque es la misma sensación de la dictadura, como que estás totalmente indefensa. 

En esa perspectiva, ¿cómo observas el proceso constituyente? 

Yo estoy feliz con el proceso constituyente. Literalmente, eso lo ganó la gente en las calles. Todas las personas. Todos los que nos movilizamos. Todas, todas y todes ganamos eso. Lo ganó el 80 por ciento versus el 20 por ciento que lo quería rechazar. Es un proceso que ha costado, porque es inédito y porque el boicot de parte de la derecha es insólito, teniendo a gente ahí metida. Pero creo que es una maravilla que esté dirigido por una mujer mapuche y que esté funcionando. 

Hoy eres concejala por la comuna de Ñuñoa. Desde esa posición, ¿cómo vives este proceso?

Somos una municipio constituyente, así que hemos tenido algunas acciones de trabajo con los constituyentes y he estado ahí presente y escuchando. Pero soy seguidora de la Convención. Estoy muy atenta a las feministas que están ahí y a que el feminismo esté presente y que sea efectivamente paritario. Pero todavía muchos constituyentes tienen mucho que aprender, porque hoy escuchaba a cuatro constituyentes y todos hablaban de nuestros compatriotas del pueblo chileno, de los chilenos, y no usaban lenguaje inclusivo, pero tampoco incluían a los otros pueblos. Todos eran de la comisión de derechos humanos. Eso me llamó mucho la atención. Entonces, todavía hay mucho que trabajar. 

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De forma paralela a la exposición, la reportera gráfica también presentará el libro Nuestra urgencia por vencer, texto que amplía y  complementa el contenido de la muestra. El volumen también incluye entrevistas a algunas de las protagonistas de estas fotografías. 

Más información sobre la muestra aquí.

Créditos imagen principal: Freddy Ibarra.
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