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Reducción de la jornada laboral y el camino hacia una mejor calidad de vida de los chilenos

Especialistas abordaron las implicancias en la aplicación de las iniciativas que actualmente se tramitan en el Congreso y destacaron la necesidad de repensar el paradigma de los actuales sistemas de trabajo.

Natalia Palma

  Lunes 1 de noviembre 2021 10:50 hrs. 
Diputadas y diputados de distintos sectores se unieron en la 'Bancada Transversal por las 40 Horas', dándole una amplia aprobación al proyecto en la Cámara Baja. Actualmente se discute en la Comisión de Trabajo del Senado. Foto: Archivo.Diputadas y diputados de distintos sectores se unieron en la 'Bancada Transversal por las 40 Horas', dándole una amplia aprobación al proyecto en la Cámara Baja. Actualmente se discute en la Comisión de Trabajo del Senado. Foto: Archivo.

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Más de cuatro años han pasado desde que la diputada del Partido Comunista, Camila Vallejo, ingresó el proyecto que reduce la jornada laboral de 45 a 40 horas semanales, cuyo artículo único modifica el Código del Trabajo y establece que la aplicación de esta ley no representará una disminución en las remuneraciones actuales de las y los trabajadores.

Tras no presentar movimientos en los primeros dos años de llegar al Congreso, recién en 2019 la comisión del Trabajo de la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó la idea de legislar, pero no fue hasta después del estallido social del 18 de octubre que la Sala visó la iniciativa por 86 votos a favor, 33 en contra y 31 abstenciones.

Actualmente, esta se encuentra atascada en la comisión del Trabajo del Senado, sin presentar avances hace más de un año y por la que diputados de oposición insistieron en su tramitación en mayo pasado.

De hecho, el diputado del PPD, Raúl Soto, presentó un nuevo proyecto en esta materia que propone un sistema “4x3”, es decir, cuatro días de trabajo y tres de descanso y que busca reducir gradualmente la jornada laboral hasta llegar a las 38 horas al quinto año de implementación.

Esto, en un contexto en el que se cuestionan las extensas jornadas laborales y cómo impactan en la salud física y mental de los chilenos, las que se han visto perjudicadas especialmente durante la pandemia.

Según datos de la OCDE, se entiende como horas trabajadas como el número total de horas efectivamente trabajadas anualmente divididas por el promedio de personas empleadas por año.

Bajo ese concepto, Colombia lidera la lista con 2.172 horas trabajadas al año, seguido de México, con 2.124 horas. En tanto, Chile tiene un promedio anual de 1.825 horas, situándose en el octavo lugar de la lista.

Al respecto, el abogado y asesor laboral del sindicato Cintac, Cristián Hidalgo, sostuvo que “siempre la implementación de estas nuevas formas de jornadas, que implican una reducción de la misma, va a generar algún tipo de ajuste que generará algún tipo de resistencia y conflictos, tanto del lado de los trabajadores como de los empleadores”.

En concreto, Hidalgo apuntó que el sistema 4×3 planteado por el diputado Raúl Soto no tendría mayores inconvenientes para las jornadas distribuidas en 45 horas semanales, pero sí para aquellas que cuentan con un sistema de faena de turno continuo, principalmente usado en fábricas para que no se detenga el trabajo de las maquinarias.

Este último refiere, por ejemplo, a un trabajador cuya jornada laboral se extiende desde las 07:00 horas hasta las 15:00 horas, seguido por nuevo turno de las 15:00 horas hasta las 23:00 horas, hasta un tercer turno desde las 23:00 horas hasta las 07:00 horas del día siguiente.

Según el profesional, esto “implicaría que la empresa tenga que contratar turnos adicionales, si es que quiere mantener la faena de lunes a domingo bajo la modalidad de tres turnos de ocho horas cada uno. Eso tiene un aspecto positivo que es la generación de mayores empleos, pero del punto de vista del empleador podría resultar negativo por tratarse de un mayor desembolso”.

Asimismo, recalcó que una reducción de la jornada laboral no incidiría en un aumento de la productividad de los chilenos, en la medida que no se cambie el paradigma de los sistemas actuales de trabajo.

En ese sentido, Hidalgo sostuvo que “los modelos de trabajo que se aplican en muchas empresas en este país están obsoletos. Muchos tiempos muertos, muchos puntos críticos sin resolver y ahí hay un tema de administración que es de responsabilidad del empleador para optimizar sus recursos materiales y humanos para generar una lógica de equipos de trabajo, romper con la dinámica verticalista que se da en las estructuras laborales actuales y generar una lógica más horizontal y concéntrica (…) que permite que un trabajador se desempeñe menos horas y produzca lo mismo o más que un trabajador chileno”.

Una postura similar planteó el abogado y académico de la Universidad Central, Julio Contreras, quien expresó que el debate en torno a la reducción de la jornada laboral “es positiva para el trabajador, pero claramente tiene que ir de la mano de una necesaria discusión con los distintos actores en el ámbito de la producción y con otras cuestiones que tienen que ver con formas de establecer las mejoras en la productividad, sobre todo en estos tiempos de convulsión sanitaria que ha perjudicado gravemente a la mediana y pequeña empresa”.

Otros de las demandas sentidas por la población ha sido la necesidad de impulsar medidas que permitan compatibilizar la vida laboral con los cuidados en el hogar, como de los hijos y adultos mayores que recaen principalmente en las mujeres. Una realidad que ha quedado al descubierto en diversas manifestaciones de trabajadores del comercio, quienes han solicitado el cierre de este sector a las 19.00 horas.

Al respecto, la diputada del Partido Radical e integrante de la comisión de Mujeres, Marcela Hernando destacó que, ante esta situación, que también golpea a otros rubros, las y los trabajadores “deberían ir encontrando espacios laborales en los cuales ellos pudieran compatibilizar sus propias realidades, sus propias familias, que no tienen por qué ser todas iguales”.

En esa línea, la parlamentaría comentó que “Yo no creo que todos los trabajadores tengan que trabajar de día o que todos deban trabajar de noche”; sin embargó cuestionó que este tipo de modalidad no sea abordada en los proyectos de ley ingresados al Congreso.

Hernando señaló que “no queda tan clara esa flexibilidad respecto de que sea de común acuerdo y que sea el trabajador el que proponga el horario que más le acomoda” y agregó que “pienso que el problema fundamental es que existe mucho lobby de las grandes empresas del comercio, principalmente el retail y las grandes cadenas. Es lo que ha tenido estancadas estas iniciativas”.

Por ello, hizo un llamado al Senado para retomar la discusión de estas materias, puesto que a su juicio “ellos tienen mucho menos compromiso con las urgencias que señala la ciudadanía. Asimismo, dijo esperar que el ministro o ministra del Trabajo que asuma en el próximo gobierno se preocupe de mejorar la legislación laboral actual y fortalezca a los sindicatos, de manera de dotarlos de un mayor poder de negociación y no seguir siendo el “David contra Goliat” de este terreno.

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