El Ministerio de Educación resolvió que, a partir de marzo, se retomarán todas las actividades de manera presencial en los distintos establecimientos educacionales a nivel nacional. Y, a pesar de que la moción se sustenta en los altos índices de vacunación, en el Colegio de Profesores pusieron la voz de alerta sobre el tema.
En ese contexto, la Máster en Salud Pública y académica de la Universidad de Magallanes (UMAG), Lidia Amarales, recoge los argumentos del profesorado y apunta a la vacunación universal como el único camino para retomar la presencialidad.
“Yo creo que es difícil saber con tanta antelación lo que va a pasar. Ya lo hemos visto: estamos aprendiendo con esta pandemia. No podemos pronosticar si de aquí a marzo tendremos controlada la pandemia”, asegura. “ es importante el inicio de la presencialidad escolar, sobre todo la población más vulnerable, que es la que se ha visto más afectada del aprendizaje on line, aumentando las brechas ya existente entre los niveles socioeconómicos” pero “Es razonable la postura de los profesores, ya que desde una mirada de salud pública, hay que tener la seguridad de que el 100% de los niños están vacunados y que el 100% de la comunidad escolar está vacunada para poder tomar una medida de escolaridad presencial”, complementa Amarales, subdirectora académica del Centro Asistencial Docente e Investigación (CADI) de la Universidad de Magallanes.
¿Obligatoriedad de vacunación? “Ponerlo como algo obligatorio da la sensación de imposición. Hay otros mecanismos para que los chilenos se vacunen. Uno de ellos es el pase de movilidad. El pase es la llave”, acota la profesional de la salud.
“Las libertades individuales están supeditadas a las libertades poblacionales. El pase de movilidad debería ser la llave para insertarse socialmente”. El gobierno a perdido de utilizar esta herramienta, como lo están utilizando algunos de los países desarrollados y además da un mensaje ambivalente: Si ves que en las distintas fases los aforos son diferentes para personas vacunadas y no vacunadas, lo que se está haciendo es dar la posibilidad de no estar vacunado. Y cuando se hacen políticas poblacionales, no puede haber ambivalencias”, afirma. “Si una persona no quiere vacunarse, se queda en su casa, no va a lugares públicos y se mantiene sin vacuna. Pero si quiere socializar, tiene que estar vacunado. Tenemos que disminuir los susceptibles: es la única manera de controlar la pandemia. Y eso está más que demostrado científicamente”, enfatiza también la profesional.
Finalmente, Amarales deja en claro que la vacunación contra el COVID-19 se volverá con toda probabilidad en una situación habitual, parte de la nueva normalidad, como parte del Programa Nacional de Inmunizaciones en Chile: “En el mundo científico todos piensan que esto será una situación endémica, es decir, el virus será permanente en el tiempo. Probablemente el virus va a ir mutando. Se van a desarrollar mutaciones a través de los años y tendremos que vacunarnos anualmente, tal como con la influenza, para tener inmunidad ante las nuevas variantes. Esa va a ser la situación de aquí en adelante. Es una nueva realidad”.