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El complejo escenario económico que enfrentará el país (y el próximo Gobierno) en 2022

Los últimos datos publicados sobre la inflación, según las voces expertas, indican que podría crecer aún más, afectando principalmente al ciudadano de a pie. ¿Cómo evolucionarán las causas globales de esta situación y qué soluciones a nivel local permitirían enfrentar este fenómeno? Dos preguntas fundamentales para el gobierno que asumirá en marzo próximo.

Lorena Moreno Berroeta

  Miércoles 17 de noviembre 2021 17:07 hrs. 
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En un año aún marcado por la crisis generada por la pandemia del Coronavirus en el ámbito sanitario, y social, lo económico ha tomado un rol relevante en la agenda nacional, particularmente en un ambiente de elecciones presidenciales, el desarrollo del Proceso Constituyente, el debate por el cuarto retiro de los fondos previsionales y un cuestionamiento de la sociedad a diversas instituciones del Estado.

En ese contexto, se hace necesario un debate sobre el escenario macroeconómico del próximo gobierno, las razones del aumento del costo de vida y las proyecciones de crecimiento para los siguientes años.

Los últimos informes económicos que sacuden al país

El inesperado último Índice de Precios al Consumidor (IPC), que destacó una variación del 1,3% en el mes de octubre, superó todas las expectativas del mercado, ya que los economistas consideraban que se trataría de una cifra cercana al 1%. Este resultado también trajo a la palestra el miedo por el alza de la inflación, que en las últimas semanas ha sido ligada a la posibilidad de realizar un cuarto retiro de los fondos previsionales. Actualmente, en Chile se vive una constante alza de precios y la situación del dólar tampoco llama a la calma, ya que su comportamiento errático también crea incertidumbre en el mercado financiero.

Según lo informado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) a través del boletín estadístico que refleja los Índices de Precios al Consumidor del mes de octubre publicado el 8 de noviembre, durante el mes de octubre el costo de la vida en el país ya acumulaba un alza del 5,8% durante el 2021 y de un 6% en los últimos doce meses. Una cifra en crecimiento que ya genera preocupación en los expertos de la materia.

Para desarrollar esta medición, el INE distribuye en 12 divisiones los elementos que componen la canasta básica, y son aquellos que permiten medir el IPC. Esta canasta evaluada está compuesta por 303 productos, y abarca desde los productos básicos como el pan y arroz, hasta los servicios de recreación y hotelería. Estos índices están segmentados en alimentos y bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas y tabaco, vestuario y calzado, vivienda y servicios básicos, equipamiento y mantención del hogar, salud, transporte, comunicaciones, recreación y cultura, educación, restaurantes y hoteles, bienes y servicios diversos.

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Gráfico: Instituto Nacional de Estadísticas.

No obstante en el informe, siete de estas doce divisiones elevaron sus precios, mientras que cuatro disminuyeron sus valores y sólo una no tuvo variación. Entre las que variaron, destacaron el alza del transporte con un 3,9%, de recreación y cultura con un 7,8%, y la disminución de vestuario y calzado con un índice negativo de 3,3%.

Incluso, las cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas golpearon al Gobierno que tampoco esperaba este aumento. Ese impacto se reflejó en las palabras del ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, quien aseguró que el alto IPC de octubre “es una mala noticia, lisa y llanamente”, que se contradice con las cifras de crecimiento y empleo que manejan desde el Ejecutivo. Además, Cerda sostuvo que existen factores que afectan el índice inflacionario “que deben preocuparnos y llamarnos la atención”.

Por su parte, el miércoles 10 de noviembre el Banco Central publicó su Encuesta de Expectativas Económicas (EEE), que reflejó el optimismo del mercado chileno en relación a las proyecciones de expansión económicas para el 2021, también ligado al Indicador Mensual de Actividad Económica (IMACEC) de octubre, donde los expertos esperan una expansión de 12,5%. Sin embargo, en el informe también se sostiene un menor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 11,2% y un aumento de la inflación y las tasas de interés. También se informó de la expectativa de reactivación económica, y recortaron su proyección de crecimiento a un 2,0%. Esta encuesta es una publicación mensual que se desarrolla a través de consultas a diversos académicos, ejecutivos y/o asesores de instituciones financieras, para entregar información de expectativas de distintas variables económicas, y la publicación se realiza entre el día 10 y 13 de cada mes.

Además, en las últimas semanas en medio de la discusión del proyecto de ley que permitiría el cuarto retiro del 10%, algunas de las voces de la economía nacional, como el presidente del Banco Central, Mario Marcel, o la Presidenta de la Asociación de AFP, Alejandra Cox, han asegurado que los retiros de los fondos previsionales han generado un costo económico significativo, lo que ha provocado un cambio en la inflación esperada para este año, específicamente durante el mes de diciembre que variaría desde el 4,4% al 5,7%, según cifras de los expertos en la materia.

Sin embargo, a nivel mundial diversos países han sido afectados por el aumento de la inflación en sus economías, lo que principalmente se traduce por la crisis global generada por la pandemia del Coronavirus. Además, el mercado concentrado que existe también es un factor importante, ya que la falta de materias primas e insumos para la generación de productos a escala global también afecta directamente al incremento de precios en esta era comercial tan globalizada.

Por ejemplo, esta semana se conoció que el Índice de Precios al Productor en el mercado chino subió un 13,5% en el mes de octubre con respecto al año anterior, y tuvo un incremento significativo luego del 10,7% de septiembre. Además, diversos problemas energéticos, las interrupciones en la cadena de suministro de alimentos y bienes esenciales y una crisis inmobiliaria cada vez más incipiente han provocado un aumento de las inflaciones en ese mercado asiático, y a nivel mundial ya se observan los primeros indicios del traspaso de los precios del producto al consumidor final.

El problema global de la inflación económica

En este contexto, en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, la economista y académica de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago, Marcela Vera, asegura que, en efecto, en la actualidad existen diversos factores a nivel nacional como en el ámbito global que han significado un aumento en esta cifra, ya que algunos aspectos que no se relacionan directamente con la economía interna del país sí impactan fuertemente respecto del alza de los niveles generales de precios.

“En todos los países hoy día está subiendo la inflación. Es importante comprender las verdaderas tendencias que hay detrás de la inflación. No es posible sólo explicar la inflación por el lado de la demanda interna, sino que hay que mirar qué ha ocurrido con la oferta interna y luego qué es lo que está ocurriendo a nivel estructural en la inflación global. Cuando miras la inflación, no sólo tienes que mirar lo que está ocurriendo con tu demanda interna, con lo que la gente está consumiendo, sino que también con la oferta que está habiendo internamente y de manera de que también tengas que analizar el ámbito de la oferta externa. Cuáles han sido los cuellos de botella, cuáles han sido los aumentos en los precios de los commodities y también el aumento de los costos del transporte o traslado, que han afectado los distintos ámbitos de tu economía interna, para que se comprenda que la inflación no sólo es un proceso que tenga que ver con el aumento en el consumo de determinados bienes, sino que es un fenómeno global”, señala la académica.

Marcela Vera.Marcela Vera.

Por otro lado, en Chile también se produce un impacto del escenario internacional en relación al aumento de precios de bienes y servicios. Situación que aparece en el horizonte por el tipo de economía del mercado nacional. “Nuestra economía es altamente abierta al comercio internacional y abierta al mercado de capitales. Cualquier afectación sobre la economía global tiene un impacto muy alto sobre la economía chilena producto de esta apertura comercial y esta apertura en el mercado de capitales”, explica Vera.

Similar opinión tiene el también académico de la Facultad de Administración y Economía de la USACH, Víctor Salas, ya que a su juicio algunos factores propios de la pandemia del Coronavirus, como los rebrotes que obligan a restricciones de movilidad, “no permiten que estas cadenas (de producción) funcionen eficientemente”.

“Evidentemente, vamos a encontrarnos y a quedarnos con un proceso de presiones inflacionarias de aumento de precios en todos los mercados, que es lo que ha estado ocurriendo. Eso es también en el caso del petróleo y de varios de los productos que nos están llegando. De todas maneras, eso va a pasar durante el primer año y después, tal vez, los precios se vayan ajustando a medida que se controle la inflación en las economías del primer mundo como Estados Unidos, China y Europa”, sostiene el economista.

No obstante, Salas explica que a nivel local lo que complica la situación económica podría estar relacionado por las medidas de control sanitario debido la pandemia, ya que cuando se produzcan retrocesos en el Plan Paso a Paso “va a ver más control y menos libertad de movilidad, lo que significa es que hay acciones y actividades productivas que no se van a poder realizar y gente que no se podrá mover para hacerlas”. Sin embargo, también afirma que la situación económica mejoraría durante el 2022, ya que las dificultades en las cadenas de suministro tendrán menos impacto en las presiones de los precios, que tenderán a normalizarse.

“Las presiones inflacionarias no nos van a llevar más allá del 6% ó 7% de inflación y eso seguramente va a ocurrir a fines de este año y el primer trimestre del próximo, porque los elementos propios de las presiones inflacionarias que se han desencadenado están asociados con hechos que eran temporales. A mí siempre me impresionó el Banco Central, y encontré que exageraba su punto de vista de las presiones inflacionarias motivadas por los retiros de fondos previsionales y por los mayores gastos fiscales, porque si fueran permanentes habría que asustarse. A lo más, vamos a tener a inflación en enero y febrero, y eso siempre ha ocurrido”, apuntó.

Por su parte, para el director del área de Consultoría de Unegocios y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Pablo Barberis, la incertidumbre inflacionaria de este segundo semestre tendrá continuidad durante el 2022, ya que actualmente la inflación se asocia a diversos factores.

Barberis explica que estos factores se dividen en cuatro ítems, y uno de ellos es el Ingreso Familiar de Emergencia, otro se compone de los retiros del 10%, un tercero está dado por la contingencia política y el último por las variables exógenas que impactan a Chile por la alta demanda de productos ante una baja oferta en el mercado, lo que permitiría el inicio de la estabilización del efecto inflacionario durante el segundo trimestre del próximo año, impactando también la variabilidad del dólar, que podría bajar de los 800 pesos.

Hay un efecto inflacionario muy alto que tiene ver con variables fuera de Chile que nos impactan y las variables internas de nuestro país van a terminar a fin de año, que tiene que ver con el IFE que va a dejar de distribuirse y va a provocar que la gente tenga que salir a buscar trabajo, y la otra especulación es el cuarto retiro del 10%, que hoy día estamos viendo un escenario más visualizado a la no aprobación del mismo. Eso hace que los mercados sean muy volátiles y eso también ha impactado a la inflación y al alza de la tasa de interés. El escenario local (sin estas variables) debiera ya estabilizarse en diciembre y eso marcaría una pauta de estabilidad local respecto al primer trimestre del 2022 en adelante. Eso va a hacer que la inflación empiece a mesurarse a partir del segundo trimestre del 2022, justamente porque ya no habrá tanto dinero circulante ni tanta liquidez”, expuso Barberis.

En ese sentido, al analizar el aumento de la demanda de bienes o servicios, se observa un impacto sobre los precios en el mercado. Sin embargo, para Marcela Vera, la principal razón de este aumento se produce por la falta de prevención por parte del Estado, que podría controlar los riesgos ante el alza de la demanda al adaptarse a los períodos oscilantes de mayor oferta y mayor demanda, aumentando la producción en esos ámbitos.

“Ese es el ámbito donde ha habido, en términos internos, una debilidad. El Estado no ha generado políticas preventivas frente a esta situación de inflación. Algunos economistas lo venimos planteando hace dos años, cuando se inició la pandemia, respecto de cuáles iban a ser los sectores más impactados producto de la inflación y perfectamente podrían haberse generado algunas políticas de prevención y también de control sobre la estabilización de los precios”, explica Vera.

El estado actual el erario fiscal 

No obstante, otro factor que preocupa a la expertiz económica se relaciona con la situación del erario fiscal debido a las ayudas estatales entregadas durante la pandemia, deuda que actualmente “está en torno al 30% del Producto Interno Bruto”, una cifra baja si se compara con otros países donde alcanza el 100% e incluso el 200%. En ese sentido, Marcela Vera explica que la renacionalización de los recursos permitiría aumentar el ingreso al fisco y significaría una mejora tanto en el corto plazo como en el mediano y largo plazo.

“Como economista jamás quisiera que el Estado se sobreendeudara porque esperaría que se pudieran generar los ingresos adecuados para satisfacer los gastos que el Fisco tiene. En ese horizonte, es fundamental generar un proceso de renacionalización de los bienes comunes, de manera de que el Estado, ya no por la vía de los impuestos sino que por la vía de la recepción de fuentes de ingresos extraordinarias, pueda aumentar sus niveles de ingresos y pueda satisfacer de buena forma los niveles de gasto público que tiene. Para que no haya sobreendeudamiento fiscal, tienen que existir mayores ingresos. Para que existan mayores ingresos, no hay otra alternativa que no sea a través de la renacionalización de los bienes comunes”, afirma Vera.

Víctor Salas - EconomistaVíctor Salas.

Por su parte, Salas sostiene que la situación de la deuda internacional chilena no ha sido un factor que aplique mayor interés a los créditos internacionales por la situación controlada del riesgo país, lo que permite un espacio más extendido para pagarla. Incluso, el académico explica que los organismos internacionales que establecen diversas políticas económicas han propuesto ideas más progresistas para mitigar los efectos de la crisis.

Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional han propuesto que sean los ricos los que aporten todo este costo de la pandemia a través de un impuesto a los ricos, y ésa es una propuesta de estos organismos que son bastante conservadores. Ellos mismos han hecho la propuesta de que los ricos de todos los países aporten a financiar este aumento del gasto fiscal en el que hubo que incurrir”, afirma Salas.

Ese gasto, en los últimos meses, se puede resumir en tres aristas: las razones sanitarias por las compras de vacunas y el proceso de vacunación financiado por el Estado; la protección social a través del subsidio del Ingreso Familiar de Emergencia; y la reactivación a través del aumento de gasto fiscal para recuperar la economía.

Además, Barberis explica que la situación actual del país no permite una baja de impuestos, ya que éstos son las principal fuente de ingresos del Estado y es necesario implementar una correcta fiscalización que impida evadir impuestos.

“Con la gran deuda que tenemos por la ayuda social por los paquetes económicos del Estado hacia la población, ha habido que endeudarse y hay una carga de pagos que hay que hacer, y hay que ser mucho más eficiente en generar mucho más fomento en empleabilidad y beneficios sociales que hoy están al debe como la salud, infraestructura, vivienda y otros más. El Estado necesita captar más recursos y yo siento que no está en condiciones de bajar impuestos. Una manera eficiente de recaudar impuestos es mantener lo que está hoy día pero tener un foco sano y correcto para evitar una evasión tributaria. Evidentemente, ser un protagonista desde el Estado para evitar la evasión tributaria”.

La necesidad de una reforma sustantiva al sistema económico

En esa línea, otra arista que ha surgido en el último tiempo ha estado relacionada con una reforma tributaria. Incluso, es un aspecto que tiene directa relación con las elecciones presidenciales del próximo 21 de noviembre, ya que algunas de las propuestas de los aspirantes a La Moneda para sostener las arcas fiscales se refieren a crear nuevas reformas, a eliminar impuestos y exenciones, o al aumento del royalty a la gran minería para aumentar el ingreso a la billetera estatal. Sin embargo, Marcela Vera indica que es necesario un cambio de paradigma que permita mejorar el modelo tributario, que actualmente se sostiene en el cobro de impuestos a los más pobres.

Pablo Barberis - EconomistaPablo Barberis.

“Dado que nuestro régimen tributario es regresivo, es necesario pasar a un régimen tributario que sea progresivo, que le cobre más impuesto a aquellos que tienen más dinero. Es importante considerar que en vez de que se cobre un impuesto al consumo, el ingreso fundamental que pueda obtener el Estado vía impuestos sea a través del cobro de impuestos al patrimonio o impuesto a las personas. Eso es lo que uno observa en cualquier país desarrollado. Si uno lo analiza en comparación con la OCDE o con Europa, todos tienen un diseño en donde el impuesto está dirigido, fundamentalmente, a las principales familias de esos países, pero también a los principales patrimonios. De manera de que pueda financiarse el gasto público vía el impuesto que se le cobra a esas personas que más ingresos tienen”, explica Vera.

Por su parte, Salas concuerda con la necesidad de una reforma tributaria y asegura que “lo que se requiere es un acuerdo social y político de todas las fuerzas que permita que eso sea validado, incluso poniendo en la mesa a los empresarios para esta conversación, para que haya una acuerdo consciencia porque hay que financiar estos mayores gastos de reactivación económica y mantener algunos gastos de subsidios a las familias que todavía no logran encontrar trabajo e ingresos permanentes”.

En ese contexto, Barberis explica que aún hay espacio para la generación de una reforma tributaria porque el Estado aún puede cobrar más impuestos, “pero eso tiene que hacerse en consenso con el sector privado para buscar una lógica de acuerdo nacional y un proyecto país coherente, donde estén todas las partes para tener un acuerdo de palabra entre el sector público y el sector privado de cara a una fuerte reactivación económica y a que se puedan presentar proyectos que realmente solucionen los aspectos sociales donde estamos al debe”.

Además, otra modificación tributaria que permitiría aumentar el ingreso fiscal para generar impactos positivos en la economía y como fuente extraordinaria para el financiamiento de políticas públicas se basa en el fortalecimiento del impuesto al royalty que actualmente no es significativo en términos de la recaudación fiscal, beneficiando principalmente a la gran minería. Asimismo, Marcela Vera agrega que también es necesaria una fiscalización de la evasión y la elusión fiscal, que permita “generar los mecanismos adecuados para que aquellos que eluden impuestos, que evaden impuestos, paguen el impuesto que les corresponde al Estado”.

En esa línea para Barberis, los cuatro pilares fundamentales del crecimiento económico sostenible de un país se basan en la inversión donde empresas locales y extranjeras deben invertir en el país porque eso desarrolla productividad y empleo, la exportación de empresas chilenas que se abren al mundo generan activación del mercado, el consumo interno al adquirir bienes y servicios a través de un trabajo con un sueldo remunerado, y el tamaño del Estado que desarrolla necesidades y debe comprar bienes y servicios a los propios proveedores del país.

“Uno de los focos fundamentales y grandes desafíos que tiene el próximo Gobierno, independiente quién sea el candidato elegido, es que tiene que propiciar el crecimiento económico, dar estabilidad a todos los mercados, al sector privado y potenciar y darle mucho foco a la empleabilidad”, sostiene.

Desde ahí, las cifras económicas y el gasto fiscal que han significado las ayudas estatales durante la crisis del Coronavirus, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el IFE laboral, entre otros tipos de bonos, han generado cierta incertidumbre sobre el escenario macroeconómico que espera al próximo Gobierno.

En ese contexto, la actual Administración ha tenido importantes fuentes ingresos a través del retiro de los fondos previsionales que reactivaron la economía, además del Fondo de Estabilización Económica y Social que financia eventuales déficit fiscales para amortizar la deuda pública, y del uso del Seguro de Cesantía. Estos tres factores permitieron financiar diferentes políticas económicas que se han desarrollado en el país, pero esta realidad será distinta para el próximo periodo presidencial, lo que afectará directamente el costo de la vida en Chile.

El siguiente Gobierno no va a tener esos mecanismos y si no hace las medidas adecuadas a tiempo, podemos observar una situación de debilitamiento económico. La estabilidad económica siempre se va a conseguir en la medida de que aquellos aspectos estructurales que requiere una sociedad para poder vivir adecuadamente estén resueltos y, en ese horizonte, es fundamental que el Estado vuelva a tener estas visiones de rol de producción, de distribución, de fiscalización y de articulación social, de manera de que pueda haber una nueva institucionalidad que permita al país la senda del desarrollo, pero también del cuidado medio ambiental, eco sistémico, por supuesto, de la adecuada garantización de derechos de la sociedad”, concluye Marcela Vera.

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