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Carolina Arredondo: “Espero que Gabriel Boric sea el próximo Presidente de Chile, sino para nosotros el camino será bastante oscuro”

En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, la actriz conversó sobre su participación en el polémico montaje Blackbird, pieza que forma parte de la muestra internacional del Festival Santiago a Mil 2022. Asimismo, se refirió a las elecciones del próximo 19 de diciembre y señaló que, en estos comicios, “hay muchas cosas en juego”.

Abril Becerra

  Sábado 11 de diciembre 2021 9:42 hrs. 
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Durante las últimas semanas, la actriz Carolina Arredondo ha participado en distintos actos con el objetivo de apoyar la campaña presidencial del candidato Gabriel Boric. Como muchos de sus colegas, se ha desplegado por el territorio nacional y no ha querido ser indiferente respecto de estas elecciones.  

No obstante, de manera paralela, la actriz también ha ensayado para Blackbird, montaje que protagoniza junto al actor Néstor Cantillana y que forma parte de la programación del Festival Santiago a Mil 2022. En esta producción chileno-argentina dirigida por Claudio Tolcachir, la actriz interpreta a Uma, una joven que enfrenta al hombre que abusó de ella cuando sólo tenía 13 años.

El texto del dramaturgo escocés David Harrower es desgarrador e interpela de manera constante a los espectadores, repasando dolores e indagando en los universos de ambos personajes. “Lo que ella viene a abordar en este encuentro son preguntas en base a el abuso que él cometió con ella”, adelanta la actriz. 

“Entonces, es un texto muy complejo. La forma en que está escrito te deja lleno de preguntas y lo que hace es pasar todo el debate, los cuestionamientos y el juicio, hacia el público”, sostiene. 

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En sus versiones en México y España, las y los actores que han interpretado la obra comentan que éste es un texto que implica mucho desgaste emocional. ¿Cómo ha sido para ti esta experiencia? 

Cualquier emoción es una consecuencia de algo. Entonces, como estamos en un proceso de ensayo, uno puede decidir trabajar desde esa súper emocionalidad desbordada o ir trabajando mucho más desde distintas formas. La verdad es que podríamos estar un año entero analizando la obra, porque es una obra compleja y tiene un desgaste. Tiene un desgaste físico que es innegable y creo que de ahí viene la consecuencia de trabajar las emociones, que es sin duda lo que nosotros hacemos. Pero no quiero anteponer el resultado de una emoción al trabajo que estamos haciendo, que tiene mucho que ver con encontrar el ritmo, cómo nos vinculamos con los recuerdos que estamos relatando dentro de la obra. Tiene hartos pliegues en ese sentido. Hartos matices de lectura que estamos haciendo. 

Desde una perspectiva de género, la obra tiene momentos bastante fuertes. Por ejemplo, cuando Uma dice que, a diferencia de Ray, ella no ha tenido la posibilidad de rehacer su vida… 

Si. Es súper curioso, porque esta obra se estrenó en 2005 y no tuvo la repercusión que ha tenido en los últimos estrenos desde 2015-2013 y es porque hoy estamos frente a una coyuntura política, una perspectiva de género, una mirada feminista sobre las cosas que nos permiten leer los materiales de manera distinta. Eso es lo interesante de cuando uno va revisitando textos, obras, novelas, películas. Efectivamente, lo que mi personaje siente es que ella vive con esto todos los días, porque es algo que está ahí y porque todo su entorno se encargó de hacérselo saber. También hubo un juicio hacia ella, una exposición hacia ella y, en ese sentido, creo que el abuso marca todas las dimensiones de la vida de una persona. La obra es muy interesante y es muy aguda por como va planteando estos temas. 

Durante los últimos meses, las artes escénicas han comenzado a activarse lentamente. ¿Cómo has visto este proceso? 

Es una alegría, porque se nos permite trabajar. Así de básico es, siempre entendiendo que lo que nosotros hacemos es nuestro sustento, es con lo que vivimos. El siguiente análisis es que vivimos con una institucionalidad que le exige muy poco o nada a la política publica respecto de las artes, las culturas y el patrimonio. Luego, sin duda está lo gratificante que es volver a encontrarse con el público, porque nuestro trabajo se vincula con el poder entregar algo a otro, a otra. Eso es una alegría tremenda. Siempre es conmovedor volver a subirse al escenario, a diferencia del cine o la televisión, porque uno no alcanza a tener ese contacto directo con las y los espectadores.

Ante la inquietud que existe en general en el ambiente respecto de la crisis sanitaria, ¿cómo el sector proyecta los próximos meses? 

Es muy difícil. Somos un rubro que trabaja sobre la inestabilidad y, en esta situación sanitaria donde además hay un proceso electoral con cambios de gobierno, es más difícil. Entonces, lo que uno va haciendo es proyectar, agendar, tratar de crear y hacer, pero, finalmente, es la realidad de la pandemia la que irá determinando lo que podamos hacer y lo que no.

En ese sentido, ¿qué esperar de la próxima autoridad cultural? 

Lo primero que pretendo es que Gabriel Boric sea el próximo Presidente de Chile, sino para nosotros el camino es bastante oscuro, bastante complejo. Espero que podamos tener, desde el Ministerio, una mirada mucho más de conocimiento en torno a lo que hacemos. Generalmente, a las autoridades que llegan al Ministerio o al antiguo Consejo, hay que  explicarle lo rudo que es la concursabilidad. No conocen nuestro oficio, nuestro quehacer, que sí, tiene particularidades, porque no responde a lógicas de mercado, por más que tratemos de hablar de las industrias creativas o de las economías naranjas. Entonces, ¿qué esperaría? Una persona que tenga mayor conocimiento desde la práctica y que tenga una apertura al diálogo con las distintas organizaciones para poder llevar adelante la instalación de un Ministerio que, hasta el día de hoy, no se ha instalado en un 100 por ciento.

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¿Por qué decidiste sumarte a la campaña de Gabriel Boric? 

Somos muchas y muchos los que tenemos un deber con poder proteger nuestra democracia. Lo que tenemos por delante del 19 de diciembre es enorme. Es un camino de seguir profundizando las desigualdades, un camino de retroceso en algunos derechos adquiridos o poder instalar un nuevo gobierno de Gabriel Boric que además pueda proteger el proceso constituyente. Eso como ciudadana. Luego, uno puede hacer un desglose de una como mujer, de una como artista, de los distintos aspectos de la vida que me convocan a decidir ser parte de la candidatura. Muchos gremios y distintas agrupaciones se sumaron y se plegaron porque vemos que lo que está en juego es muy grande.  

¿Con qué te has encontrado en ese “Puerta a puerta” en el que has participado? 

Pasan dos cosas que son muy bonitas. Cuando la gente nos reconoce, inmediatamente tiene una disposición distinta al diálogo. Entonces, podemos conversar y creo que hoy la gente tienen incertidumbres que son absolutamente válidas, pero que son incertidumbres que nos llaman a ser flexible  frente a este proceso de cambio que estamos viviendo. No podemos negarlo. Estamos viviendo un proceso de cambio. La siguiente sensación es hay un porcentaje de la población a la que no le interesan los procesos eleccionarios y eso también es poder constar una realidad de la cual no nos hemos hecho cargo o no se ha hecho cargo la clase política y es un sentimiento absolutamente válido. Eso no se soluciona necesariamente con un voto obligatorio: se resuelve haciendo los cambios que se requieren, pero también he tenido la oportunidad de escuchar y ver mucha esperanza. Mucha creatividad autoconvocada en torno a esta candidatura. Eso también es algo muy potente y que se valora. 

¿Cómo ha sido el participar en esta campaña en familia? 

Siempre es un agrado. Siempre nos ha unido la coyuntura política. No es algo nuevo, pero sí es algo que agradezco y valoro mucho. De alguna u otra forma, el resultado de la elección me sorprendió, porque me mostró que estoy cercada en torno a las opiniones políticas, porque hubo mucho resultado que no esperaba y no veía venir. No sé en qué momento permitimos que los discursos de odio entraran con tanta fuerza y no fuimos capaces de pararlo. Ahí todos somos responsables. 

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